Carmelita convierte al Congreso en una carpa

Impulsa una iniciativa para solicitar a los médicos que no digan a los pacientes con enfermedades terminales que están desahuciados

Carmelita convierte al Congreso en una carpa

Cada aniversario luctuoso del músico Pedro Plascencia, conlleva a televisar un episodio de dolor en la vida de la que fuera su madre, la actriz Carmen Salinas Lozano. Hoy, en su faceta de diputada federal, Carmelita, impulsa una iniciativa para solicitar a los médicos que no digan a los pacientes con enfermedades terminales que están desahuciados, lo que ha generado polémica significativa.

LA CONTROVERSIA

En materia legal, una persona con conocimientos básicos asume que es imposible que un enfermo en fase terminal quede al margen de conocer su situación física, porque el aquejado sentirá la necesidad de informar a sus seres queridos sobre cuestiones patrimoniales, aclarar situaciones familiares, afectivas e incluso relacionadas a la contratación de servicios previsorios, por lo que sería comprometedor dejar cabos sueltos.

Además, el paciente quizá tuvo la perspectiva de disponer de un seguro médico de coberturas para enfermedades graves, mismas que pueden adelantar parte del capital acordado o su totalidad. También son beneficiarios en algunas ocasiones de tratamientos internacionales y de una segunda opinión médica, por lo que al quedar exento de conocer su estado de salud, prácticamente estaría conminado a no aprovechar dichas sinecuras.

¿QUÉ DICE LA LEY?

Entre los puntos más importantes, expresa que los enfermos terminales tienen derecho a recibir información clara, oportuna y suficiente sobre las condiciones y efectos de su enfermedad y los tipos de tratamientos por los cuales puede optar. También, que los aquejados podrán designar a algún familiar, representante legal o persona de su confianza para que tomen decisiones en caso de que el enfermo se encuentre impedido. Parece más que claro que sería una omisión grave ocultar el estado de salud de un paciente terminal.

LA HISTORIA Y LA VERDAD

Hace más de 20 años que Carmen Salinas perdió a su hijo Pedro Plascencia a causa del cáncer que padecía. Cada año, se realiza una cobertura del aniversario -natal y luctuoso, ya que es la misma fecha-, ahí, Carmen hace mención al golpe anímico que recibe una madre al perder a un hijo. 

Hoy, diversos sectores señalan que la actriz ha tomado como bandera su sufrimiento para hacerse presente a través de iniciativas que llegan al corazón del pueblo pero que poco contribuyen o son estériles o fatuas, privilegiando mantenerse vigente en la opinión pública y cumplimentar su cometido: entretener a las masas.

ENTRE MÁS CORRIENTE MÁS AMBIENTE

Carmen Salinas no es legisladora por su capacidad intelectual, tiene una curul específicamente para atraer la atención de la prensa sensacionalista y fungir como un producto de consumo para la población poco analítica. La misión de Salinas Lozano es llegar al corazón del pueblo, ya sea a través de la empatía de la desgracia de una madre, o declarando ligerezas. 

Todos los partidos políticos buscan cubrir personajes que satisfagan las emociones, egos y perfiles que la ciudadanía demanda. El ciudadano busca identificarse con algún candidato y de ello se encargan los cuerpos de asesores. Por supuesto que el Partido Revolucionario Institucional tiene gente preparada asesorando a la lagunera, pero es preciso vender humo y convertir al Congreso de la Unión en una carpa o en una copia del cine de ficheras. 

Carmen Salinas es una octogenaria que sobrevive en la opinión pública porque es lo que le gusta al mexicano promedio: el chiste majadero, el albur y la ignorancia convertida en cultura popular. En México es increíble que la reina del albur crea leyes, y los delincuentes combaten el delito.

Por eso dicen: "Al pueblo, pan y circo" y en México es congruente. Referente a lo anterior, por hoy, cerraré este espacio como dijera la mismísima Corcholata: "Nos vale madre, mijitos. Se pueden meter sus opiniones por dónde más les quepa".

Publicado en Inicio » Mundo »