Bolsonaro: Es prioritario reformar el sistema de pensiones

Bolsonaro: Es prioritario reformar el sistema de pensiones
Los periódicos brasileños encabezan sus ediciones con la victoria electoral del derechista Jair Bolsonaro, en Brasilia, Brasil, el lunes 29 de octubre de 2018. (AP Foto/Eraldo Peres)

RÍO DE JANEIRO (AP) — El presidente electo Jair Bolsonaro indicó el lunes que una de las principales prioridades de su gobierno será reformar el costoso sistema de pensiones de Brasil, cumpliendo una promesa de campaña que le granjeó el respaldo del sector empresarial a pesar de que frecuentemente dijo no saber de economía.

El excapitán del ejército obtuvo una fácil victoria por 10 puntos de diferencia el domingo al aprovechar la frustración generalizada en el país más grande de Latinoamérica, que está sumido en una crisis menos de una década después de haber sido uno de los favoritos de los inversionistas entre los mercados emergentes.

La victoria de Bolsonaro inclinó a Brasil, la cuarta democracia más grande del mundo, fuertemente hacia la derecha después de que candidatos del izquierdista Partido de los Trabajadores ganaran los últimos cuatro comicios.

Tal vez más que un respaldo a Bolsonaro en sí, su victoria representa un rechazo generalizado al Partido de los Trabajadores, el cual se encuentra en el centro de una enorme pesquisa por corrupción luego de gobernar tanto en el auge como en la caída del país.

Al igual que otros líderes derechistas que han alcanzado el poder en diversas partes del planeta, Bolsonaro, que asumirá la presidencia el 1 de enero, construyó su popularidad con una mezcla de comentarios frecuentemente escandalosos y posturas de línea dura, pero consolidó su ventaja prometiendo implementar reformas favorables al libre mercado.

Al final, muchas personas fuera de su base electoral aceptaron el trato que ofreció: abandonar sus puntos de vista más extremistas y su forma ruda de expresarlos a cambio de políticas económicas que espera que pongan a Brasil en camino a la recuperación.

Pero muchos advirtieron que sus políticas para combatir la delincuencia, su inclinación a tener oficiales militares como asesores y sus frecuentes críticas a los negros y grupos minoritarios como la comunidad homosexual, y a las instituciones de Brasil podrían socavar la joven democracia del país.

En un indicio de los retos que le esperan, el lunes por la mañana el hashtag EleNaoEMeuPresidente _”No es mi presidente”, en portugués_ era la principal tendencia en Twitter en Brasil.

Ante lo que se espera sea una fuerte resistencia, Bolsonaro tendrá que actuar rápidamente para tranquilizar a los inversionistas internacionales y asegurarles que puede enderezar las finanzas de Brasil.

Los economistas advierten que, si no se efectúan recortes drásticos al gasto público o se aplican incrementos sustanciales en los impuestos para reducir un amenazante déficit de 34.000 millones de dólares en 2019, el país se encuentra a sólo un año o dos de una crisis total, que podría incluir una inflación desbordada y crecientes costos para los préstamos.

“La situación fiscal es tan terrible que el mercado necesita algún tipo de señal”, dijo Matthew Taylor, profesor adjunto en la Facultad de Servicio Internacional de la Universidad Americana. “Creo que Bolsonaro cuenta con una ventana de oportunidad muy breve para que implemente medidas que le generen confianza al mercado”.

Reducir el déficit será especialmente complicado debido a que Brasil apenas comienza a crecer nuevamente a paso lento después de la recesión en 2015 y 2016, y a que el desempleo sigue elevado.

Ante todo esto, Bolsonaro dijo que su asesor Paulo Guedes, economista titulado en la Universidad de Chicago, supervisaría la privatización de muchas industrias y una reforma al sistema de pensiones.

“El primer gran punto: las pensiones. Necesitamos una reforma a las pensiones”, afirmó Guedes el domingo por la noche tras la victoria de Bolsonaro, y añadió que la siguiente medida sería vender empresas paraestatales con el fin de reducir la deuda de Brasil y el pago de intereses relacionados con ella.

“No es lógico que Brasil gaste 100.000 millones de dólares al año en el pago de intereses de la deuda”, afirmó.

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DiLorenzo reportó desde Sao Paulo. La reportera Beatrice Christofaro de The Associated Press y la camarógrafa Yesica Fisch de la AP en Río de Janeiro contribuyeron con este despacho.

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