Experto: ONU falló antes de represión a rohinyas en Myanmar
NACIONES UNIDAS (AP) — Una revisión independiente de las operaciones de Naciones Unidas en los años previos a que cientos de miles de musulmanes rohinya huyeran de la reciente represión del ejército de Myanmar concluyó que muchas de las agencias del organismo no actuaron juntas, lo que dio como resultado “fallos sistémicos y estructurales”.
La ONU podría haber alcanzado un consenso entre puntos de vista opuestos sobre si debería haber utilizado una diplomacia silenciosa o una postura pública contra los abusos de los derechos humanos en Myanmar, pero no se hizo, señaló Gert Rosenthal, excanciller de Guatemala, en un reporte de 36 páginas publicado el lunes.
El resultado _ como ya ocurrió en Sri Lanka al final de la guerra civil contra los separatistas tamiles en 2009 _ fue un “desempeño disfuncional del sistema de la ONU”, dijo Rosenthal.
"Sin lugar a dudas se cometieron errores graves y se perdieron oportunidades en el sistema de Naciones Unidas al seguir una estrategia fragmentada en lugar de un plan de acción común”, apuntó agregando que el “fallo sistémico se vio aún más magnificado por las luchas internas burocráticas e impropias”.
La crisis, latente durante años, estalló en agosto de 2017 cuando el ejército birmano lanzó lo que denominó campaña de limpieza en el estado norteño de Rakhine en respuesta al ataque de un grupo insurgente rohinya. La campaña obligó a más de 720.000 rohinya a huir a la vecina Bangladesh y provocó acusaciones de violaciones masivas, asesinatos y quema de miles de casas por parte de las fuerzas de seguridad.
Según Rosenthal, la lección clave es "fomentar un entorno que anime a diferentes entidades del sistema de la ONU a trabajar juntas”.
En contraste, el excanciller detectó que desde que el secretario general Antonio Guterres asumió a principios de 2017, "parece haber un renovado reconocimiento de la importancia crucial de la mejora de la coordinación”.
Guterres, que encargó el reporte, aceptó todas sus recomendaciones "y está comprometido con implementarlas”, explicó el vocero de la ONU, Stephane Dujarric.
"El secretario general está muy agradecido al sr. Rosenthal por elaborar un reporte sincero, directo y útil”, añadió.
Myanmar, de mayoría budista, considera desde hace mucho tiempo que los rohinya son “bengalíes” de Bangladesh aunque sus familias lleven generaciones asentadas en el país. A casi todos ellos se les ha negado la ciudadanía desde 1982, lo que los convierte en apátridas de facto, y tampoco han tenido libertad de movimiento ni otros derechos básicos.
En sus conclusiones y recomendaciones, Rosenthal destacó que el gobierno de Myanmar es el principal responsable de los graves abusos contra los rohinya.
El sistema de la ONU “ha sido relativamente impotente para trabajar de forma efectiva con las autoridades de Myanmar para revertir las tendencias negativas en el área de los derechos humanos y consolidar otras tendencias positivas en otras áreas”.
El reporte también recogió “un incremento de las críticas con respecto a la falta de liderazgo demostrado por Aung San Suu Kyi", la líder de facto del gobierno birmano, “así como su falta de voluntad por distanciarse de los militares".