Argentina, plata y bronce, en voleibol de playa

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Argentina, plata y bronce, en voleibol de playa
Los argentinos Julián Azaad (derecha) y Nicolás Capogrosso abrazan a su entrenador tras derrotar a Canadá en el partido por el bronce del voleibol de playa en los Juegos Panamericanos de LIma, el martes 30 de julio de 2019 (AP Foto/Silvia Izquierdo)

LIMA (AP) — Un bronce que generó júbilo _y unión familiar. Una plata inédita, que sin embargo dejó un gusto amargo.

Argentina cerró su participación en el voleibol de playa el martes, con un par de preseas. Julián Azaad y Nicolás Capogrosso se impusieron en dos sets a los canadienses Aaron Nusbaum y Michael Platinga, y obtuvieron la medalla de bronce en el voleibol de playa.

“Un sueño, un sueño cumplido, fue una competencia muy dura, muy larga para nosotros”, expresó Azaad, quien jugó en sus primeros Juegos Panamericanos. “Venimos pensando en Lima hace muchísimo tiempo. Alegría por el nivel de juego que alcanzamos”.

Más tarde, Ana Gallay y Fernanda Pereyra cayeron ante las estadounidenses Karissa Cook y Jace Pardon en la final femenina, dirimida en tres sets. Pese a la derrota, Argentina logró el mejor resultado panamericano en su historia dentro de este deporte, con una plata, que se sumó al bronce de Azaad y Capogrosso, y a otro logrado por Santiago Etchegaray y Pablo Suárez en Guadalajara 2011.

Azaad, de 28 años y nacido en la provincia nororiental de Entre Ríos contó que él y su compañero de dupla buscaron concentrarse al máximo en busca de la presea.

“Lo viví muy concentrado, el deseo por la medalla era muy grande. La verdad es que yo traté, tratamos, de estar lo más concentrados posible, alejados bastante del celular en los últimos días”, dijo Azaad. “Estuve enfocado en todo lo deportivo, en hacer las cosas perfecto, Si ganaba la medalla iba a ser felicidad”.

Y Azaad no se guardó el júbilo. Tras ganar el punto definitivo, corrió a un costado de la cancha, saltó la valla que delimita el graderío y subió a toda prisa por los escalones, para abrazar a sus padres.

“Fui a saludar a mis papás que estaban en la tribuna. Fue lo primero que me nació... los padres son nuestros referentes, que hace que uno tome decisiones que terminan hoy de decantar una medalla panamericana”, relató. “Era sentimiento puro, la adrenalina del festejo es indescriptible, no hay manera de describirlo y compartirlo con ellos fue increíble. Soy cabeza dura, de autoexigirme muchísimo, pero cuando pica la pelota se afloja muchísimo la presión y es momento de disfrutar”.

Evidentemente, los padres, Carina Albornoz y Mario Azaad, disfrutaron también

“Uno comparte alegrías y tristezas, las tristezas por ahí hay que remarlas, y las alegrías hay que disfrutarlas en familia sobre todo, porque me imagino que no sólo nosotros somos parte de este festejo sino también seguramente nuestro hijo, nuestro nieto, nuestras nueras que quedaron en Tres Ríos”, comentó Mario Azaad. “Ellos también forman parte de este no digo triunfo sino logro de Julián”.

Un triunfo mayor, el pase a la final, estuvo al alcance de la mano la víspera, pero Argentina cayó ante México tras un desempate en el segundo parcial.

“Ayer teníamos un partido que habíamos ganado tranquilos el primer set. En el segundo se nos complicó, y en el ‘tiebreak’ es un sufrimiento”, dijo el entrenador de la dupla argentina José Luis Barrionuevo.

El bronce del martes requirió menos angustia. Argentina resolvió el duelo en 37 minutos y salió victoriosa por 21-17, 21-18.

Capogrosso dijo que no es el celular el que lo aleja de su familia, sino la propia práctica de su deporte.

“Esto es un premio a todo el sacrificio y el esfuerzo que venimos haciendo... Lo logramos, no lo puedo creer, hay muchas cosas detrás, muchos entrenamientos, muchos esfuerzos, muchos cumpleaños perdidos, muchos asados que no fuimos”.

Y se mostró feliz por dedicarle la presea a su madre, justo en el día de su cumpleaños y un día después de que intercambiaron mensajes tras la amarga derrota ante la dupla mexicana.

“Mi vieja ayer me escribió, me preguntó cómo estaba. Le dije ‘bien má, me voy a recuperar y te voy a hacer un buen regalo de cumpleaños y éste es el regalo, se lo dije”.

Cook y Pardon se impusieron por 14-21, 22-20, 15-10 a Gallay y Pereyra.

“En el segundo set ellas lograron adaptarse a nuestro juego, que había sido bueno en el primero”, dijo Gallay. “Nos quedamos con la sensación de que pudimos lograr más, el oro, pero al mismo tiempo nos alegra una plata que no habíamos conseguido”.

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El periodista de la AP, Luis Ruiz, contribuyó con este despacho desde Lima.

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