Uruguay se encamina a segunda vuelta para elegir presidente
MONTEVIDEO (AP) — El candidato oficialista Daniel Martínez y el opositor Luis Lacalle Pou se encaminan a un balotaje para definir quién de los dos será el próximo presidente de Uruguay, según resultados oficiales.
Con el 90% de los circuitos escrutados, Martínez, candidato de la gobernante coalición de izquierda Frente Amplio, lleva el 38,3% de los sufragios. Lacalle Pou, mientras tanto, obtiene el 28,4%.
En tercer lugar está el candidato del Partido Colorado, Ernesto Talvi con el 12,2%, y en cuarto, el candidato del derechista partido Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, con 10,7%.
La tendencia sitúa como favorito para la eventual segunda vuelta a Lacalle Pou, ya que tanto Talvi como Manini Ríos anunciaron su voluntad de apoyarlo.
Para ser electo presidente se necesitan al menos 50% más uno de los votos.
Lacalle Pou fue el último de los candidatos en hablar en público tras el acto electoral. Flanqueado por su esposa, el candidato dirigió un emotivo discurso desde una tribuna en la que fue presentado como “el futuro presidente”.
Muy emocionado, el candidato del Partido Nacional dijo que los uruguayos dieron con la votación “una clara señal” de que quieren un gobierno de coalición de la oposición.
“El mensaje de hoy es de una alternancia plural, no es de un solo partido”, afirmó y destacó que si los partidos de oposición se unen tendrán mayoría en el parlamento.
La votación de hoy también significó para el Frente Amplio perder la mayoría parlamentaria de la que gozó en los últimos 15 años. A su vez, Cabildo Abierto, fundado hace pocos meses, ingresará a ambas cámaras.
Minutos antes del discurso de Lacalle, Talvi y Manini Ríos habían anunciado que en la segunda vuelta darán su apoyo a Lacalle Pou.
Talvi felicitó a Martínez y Lacalle Pou. “Uno de los dos será el próximo presidente de la República y yo espero que sea Lacalle Pou”.
También Manini Ríos llamó a votar a Lacalle: “El pueblo quiere cambiar. Y Cabildo Abierto escucha la voz de la gente”.
Martínez, por su parte, celebró que el Frente Amplio haya sido el partido más votado e intentó inyectar optimismo a su gente, señalando que los apoyos que recoge Lacalle Pou no necesariamente serán seguidos por los electores. “Ahora se abre una nueva etapa en la que los ciudadanos van a elegir personas y propuestas concretas”, afirmó.
Al mismo tiempo de la elección presidencial se celebró un plebiscito para que 2.000 efectivos militares se sumaran a las tareas policiales y para instaurar la cadena perpetua, pero no logró ser aprobado al obtener entre 46% y 47%, según los sondeos de boca urna.
La jornada electoral transcurrió con calma. En los circuitos electorales, muchos ciudadanos realizaron largas colas para votar, la mayoría sin distintivos que permitieran identificar sus preferencias.
Marcando una gran diferencia con el clima de tensión que se vive en otros países del continente, los candidatos del oficialismo y la oposición destacaron la estabilidad de la democracia uruguaya.
“Uruguay se ha convertido en un oasis de certezas en la región”, dijo Martínez al votar. El candidato oficialista festejó que nueve de cada diez opositores lo saludaron con respeto.
En igual sentido se manifestó Talvi. “Nadie va a cuestionar los resultados de esta noche. Y eso es un tesoro que los uruguayos debemos valorar”, dijo al salir de su domicilio para sufragar.
También Lacalle Pou destacó la confiabilidad de la democracia uruguaya. “Lo que Uruguay tiene para ofrecer, y lo va a ofrecer sin perjuicio del resultado, es institucionalidad, es saber qué va a pasar, saber que se puede creer”.
Tras votar por primera vez en su vida, Francisco Neves, de 22 años, recorrió las calles en un auto con una banderita del Frente Amplio. Le costó definir mucho si votar por la coalición oficialista o por la Unidad Popular, un pequeño partido de izquierda más radical. Finalmente se inclinó por el oficialismo, como el resto de su familia. Siguió los resultados con el temor de que se confirmaran los rumores que vaticinaban una votación aun mayor de Cabildo Abierto.
Sergio Ramos, un docente de 57 años, votó por primera vez en su vida al Partido Nacional: “Hasta hoy siempre había votado a opciones de centroizquierda, pero esta vez quise apoyar un cambio, porque en 15 años en el gobierno el Frente se ha dejado ganar por la corrupción”, dijo a la AP.
La votación había comenzado con un emotivo sufragio del presidente saliente Tabaré Vázquez, diagnosticado con cáncer desde agosto. Vázquez dijo al sufragar: “yo tengo la esperanza y el deseo de poner la banda presidencial al próximo presidente de la República”.
Los 2,7 millones de electores votaron para definir qué desean para el futuro del país: si un cuarto gobierno consecutivo del Frente Amplio o el gobierno de una alianza de partidos opositores, que van de la centroizquierda a la derecha.
El Frente Amplio llegó por primera vez al gobierno nacional en 2005, rompiendo una hegemonía de los dos partidos fundacionales, el Colorado y el Nacional, que habían gobernado el país desde su nacimiento a la vida independiente en 1828.
Desde su llegada al poder, la economía no ha dejado de crecer, el poder adquisitivo de los salarios ha experimentado una fuerte suba y se han sancionado leyes que garantizaron derechos como el casamiento gay, el aborto y la venta de marihuana en farmacias.
Sin embargo, el tercer gobierno del Frente Amplio, encabezado por el Vázquez, ha tenido problemas importantes. Una reforma educativa fracasó, el vicepresidente Raúl Sendic debió renunciar en 2017 jaqueado por casos de corrupción, la inseguridad pública se deterioró hasta alcanzar un récord de 414 homicidios en 2018, la economía se estancó, el desempleó subió hasta el 9% y el déficit fiscal alcanzó el 4,9%.
La oposición coincidió en la campaña en que es necesario tomar medidas urgentes para restablecer la seguridad pública, reformar el sistema educativo y ordenar las cuentas públicas y un gasto estatal que frecuentemente cae en el derroche.
La segunda vuelta se celebraría el 24 de noviembre y el nuevo presidente asumirá el 1 de marzo de 2020.