Crece tensión por ocupación de presa en el norte de México
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Centenares de agricultores continuaban ocupando el viernes una presa del norte de México, mientras se agota el tiempo para que el país cubra sus adeudos del líquido y evite infringir un tratado internacional de aguas con Estados Unidos que data de 1944.
La Comisión Nacional del Agua de México advirtió que los campesinos que ocuparon la presa esta semana en el estado norteño de Chihuahua podrían haber dañado los controles de la instalación cuando a México le quedan sólo seis semanas para pagar su enorme adeudo de agua que tiene con Estados Unidos. La fecha límite para hacerlo es el 24 de octubre.
A la pregunta de si México podrá todavía cumplir con el plazo debido a la toma de una de sus principales presas, donde los inconformes impiden liberar el líquido, la titular de la Comisión Nacional del Agua, Blanca Jiménez, dijo que “la situación se ve bastante complicada”.
Carlos Morales, director de operaciones de la Comisión Federal de Electricidad, la cual utiliza la presa La Boquilla para generar energía, dijo que los manifestantes habían incendiado el cuarto de control de generadores y de máquinas.
Los agricultores rociaron el equipo con diésel y al parecer le prendieron fuego, señaló Morales. Calculó los daños en aproximadamente 4,6 millones de dólares y dijo que la reparación podría tardar tres meses.
El subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía, dijo que los manifestantes habían mostrado una actitud de insurrección y que podrían enfrentar cargos equivalentes a sedición, disturbios y sabotaje, al igual que legisladores de oposición que los apoyaron.
Mejía dijo que el conflicto podría estar beneficiando a los cárteles del narcotráfico que actúan en Chihuahua, al intentar obligar la salida de la Guardia Nacional y otros elementos policiales de la zona. Esto “sólo beneficia a la delincuencia”, afirmó.
La tensa situación no sólo retrasa a México para pagar su adeudo de agua a Estados Unidos, sino que también amenaza las descargas del líquido para los agricultores locales.
El presidente Andrés Manuel López Obrador intentó el viernes explicarle al país por qué debe dejarse que el agua fluya a Estados Unidos, que proporciona a México cuatro veces más agua proveniente del río Colorado como parte del tratado.
Aumentaban las preocupaciones de que si los granjeros se niegan a ceder, la Guardia Nacional sería enviada de nuevo al lugar y estallaría la violencia. Los campesinos dicen que les preocupa no tener suficiente agua para sus cultivos. Cuando asumieron el control de la presa el miércoles, cerraron las válvulas que dejaban fluir el líquido.
En la madrugada se cortó la electricidad a la presa La Boquilla y hubo reportes de que el servicio celular también había sido cortado, lo que hizo que los activistas sospecharan que era inminente que las autoridades intentarían desalojarlos.
López Obrador reiteró el viernes que piensa que las protestas están motivadas más por política que por preocupaciones por el agua. Dijo que se les debería decir a los agricultores que “no falta el agua, que no van a quedarse sin agua, que incluso ya para este ciclo tienen garantizado el 100%”.
El mandatario expresó de nuevo condolencias por la muerte de una mujer el martes, ocurrida cuando las tropas de la Guardia Nacional se retiraban de la presa tras un choque con los manifestantes. Ese cuerpo indicó que cuatro vehículos comenzaron a seguir a los guardias que escoltaban a tres detenidos el martes por la noche.
La Guardia Nacional dijo que se hicieron disparos desde los vehículos y que los efectivos respondieron al fuego. Una mujer murió y un hombre resultó gravemente herido. La mujer fue sepultada el viernes.
A finales de julio, manifestantes en Chihuahua incendiaron varios vehículos del gobierno, bloquearon vías férreas y también le prendieron fuego a una oficina gubernamental y a casetas de pago en carreteras en protesta por la liberación de agua de las presas locales para pagar el adeudo de líquido a Estados Unidos.
La expansión de cosechas significa que México ha utilizado 71% del río Conchos que fluye hacia el norte, aunque de acuerdo al tratado debió utilizar sólo 62% del agua y permitir al resto fluir hacia el río Bravo (rio Grande en Estados Unidos) para que la aprovechen los agricultores estadounidenses. Los volúmenes son determinados en ciclos quinquenales; el actual ciclo concluye en octubre.
En el pasado, el país latinoamericano ha retrasado los pagos con la expectativa de que las tormentas tropicales periódicas del Golfo de México dejen volúmenes adicionales de agua. Sin embargo, aunque el huracán Hanna tocó tierra en julio en Texas, las lluvias que generó no se desplazaron tierra dentro lo suficiente para llenar las presas en Chihuahua.
La sección estadounidense de la Comisión Internacional de Límites y Aguas, que supervisa el cumplimiento del tratado, dijo esta semana en un comunicado que “lo sucedido en la prensa La Boquilla es desafortunado para todos los implicados”.
Según las cuentas de esa oficina, México todavía adeuda 392,6 millones de metros cúbicos (318.498 acres-pie) a Estados Unidos que deben ser pagados para el 24 de octubre. Esto hace que casi toda la contribución normal de agua de un año sea pagada en mes y medio.
La comisión del agua dijo que “en este momento, sería prematuro afirmar qué sucederá si México concluye el actual ciclo con un déficit”.