La nueva estrategia alemana para hacer frente al COVID-19
BERLÍN (AP) — Mientras Europa trata de contener las infecciones del coronavirus, Alemania ensaya una nueva prueba para ver si puede impedir que se suspendan las visitas a los geriátricos, una medida que causó angustia entre los residentes y los pacientes cuando fue tomada hace algunos meses.
Se trata de las pruebas de antígenos, en las que se busca una proteína específica del virus, que se iniciaron hace algunos meses. Son rápidas y baratas, pero los expertos dijeron en su momento que no son tan precisas como las pruebas RCP para el COVID-19, que detectan la partícula más minúscula del virus.
Alemania, que ha controlado el virus mucho mejor que varios de sus vecinos, dijo hace poco que estaba comprando grandes cantidades de pruebas de antígenos todos los meses.
“Tenemos una nueva estrategia”, expresó la canciller Angela Merkel a periodistas el lunes. “Ahora podemos hacer pruebas rápidas a los visitantes a los geriátricos”.
Las residencias de ancianos recibirán 20 pruebas mensuales por residente. Pueden ser usadas en los pacientes, el personal y, lo que es más importante, en los familiares visitantes, que pueden ser portadores del virus sin saberlo.
“Las aseguradoras cubrirán el costo de cierta cantidad de visitantes por mes”, dijo Merkel. “Eso es un gran progreso en lo que respecta a la protección”.
Alemania tiene uno de los promedios de edad más altos del mundo. Más de 24 millones de personas tienen 60 años o más y unas 900.000 personas viven en residencias de ancianos. Además hay 2,5 millones de personas que tienen problemas de salud graves.
Esto quiere decir que casi un 30% de los 83 millones de habitantes de Alemania son muy vulnerables al virus, indicó Merkel.
Alemania reportó 550.00 casos de coronavirus, menos de la mitad de los que hubo en Gran Bretaña, España y Francia. Las muertes confirmadas por el virus son 10.669, una cuarta parte de las registradas en Gran Bretaña.
Los expertos dicen que, si bien las pruebas de antígenos son un poco más precisas que antes, no deben ser consideradas una alternativa a las RPC.
Científicos de Suiza analizaron hace poco pruebas de antígenos vendidas por los Laboratorios Abbott, de Chicago, y la firma suiza Roche, y llegaron a la conclusión de que detectaban entre 85 y 89 de cada 100 casos positivos de coronavirus.
De todos modos, tienen la ventaja de que los resultados se conocen rápido.
“Y tal vez se pueda crear un centro de pruebas descentralizado”, dijo a la AP Isabella Eckerle, directora del Centro para las Enfermedades Virales Emergentes de la Universidad de Ginebra, donde se analizan las pruebas.
“Levantas una carpa, digamos, frente a una escuela o un parque. La gente se hace la prueba y en 15 minutos sabe si es positivo o no”, agregó.
Christian Drosten, uno de los virólogos más prominentes de Alemania, que ayudó a producir uno de los primeros tests RCP para el COVID-19, cree que la prueba de antígenos puede resultar útil si se toman en cuenta sus limitaciones.
Una característica del nuevo coronavirus es que se multiplica rápidamente en la garganta de las personas infectadas, haciendo que el virus se esparza días antes de que surjan los síntomas. Para cuando se hace el diagnóstico, la cantidad del virus que despiden al hablar o respirar ha bajado significativamente.
Si bien las pruebas RCP indican con certeza casi total si una persona está infectada, los tests de antígenos pueden revelar si una persona es contagiosa y representa un riesgo para los demás.
Algunos expertos opinan que un resultado negativo de la prueba de antígenos podría ser suficiente para que las personas sin síntomas suspendan una cuarentena y regresan a su trabajo o a la escuela.
Eckerle, de la Universidad de Ginebra, tiene sus reservas.
“Esto no es nada revolucionario”, afirmó. “Es una buena adición que llega en el momento justo. Pero se sabe que puede perderse algunas infecciones”.
Es un riesgo que algunos países parecen dispuestos a correr en momentos en que la disponibilidad de pruebas RCP llega a su límite.
Geriátricos de Estados Unidos y España ya están usando las pruebas de antígenos, que la Organización Mundial de la Salud dijo ofrecen una alternativa efectiva a los países de bajos y medianos ingresos.
El laboratorio Abbott dice que está suministrando decenas de millones de pruebas de antígenos de 5 dólares cada una por mes.
“Hay que empezar a pensar si podemos hacer esto cuando visitamos a los abuelos, no solo las residencias de ancianos”, dijo Merkel.
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Achoui-Lesage informó desde Ginebra. Jamey Keaten colaboró también desde Ginebra.