Reseña: Diane Lane y Kevin Costner reunidos en "Let Him Go"

Reseña: Diane Lane y Kevin Costner reunidos en "Let Him Go"
En esta imagen difundida por Focus Features, Diane Lane y Kevin Costner en una escena de "Let Him Go". (Kimberley French/Focus Features vía AP)

Superman, ese bicho aburrido, por suerte voló del nido. El western de suspenso del guionista y director Thomas Bezucha “Let Him Go” reúne a Diane Lane y Kevin Costner, quienes como los Kent fueron de lejos los personajes más afables de la aburrida “Man of Steel” ("El hombre de acero").

Están juntos de nuevo en “Let Him Go”, esta vez como protagonistas pero nuevamente como una pareja retirada que vive en el campo. Y su química es igual de buena. Tanto Lane como Costner, con sus interpretaciones siempre directas y terrenales, sólo han adquirido profunidad con la edad. Como un viejo matrimonio de ganaderos en Montana en “Let Him Go”, que se estrena el viernes, son básicamente el ideal platónico de la vieja tradición campestre norteamericana. Podrían vender una montaña de jeans si quisieran.

En el filme de Bezucha, una adaptación de la novela homónima de Larry Watson, encarnan a Margaret y George Blackledge, y las primeras escenas son de una armonía ominosa. Su hijo James (Ryan Bruce) regresa del campo para el desayuno, enciende la radio y se pone a bailar con su esposa Lorna (Kayli Carter) y su recién nacido. Si hay una pista de discordia, es durante un momento en que Lorna pone a su hijo bajo agua demasiado caliente, llevando a Margaret a agarrar al niño con lo que probablemente no es su primera mirada recriminatoria a su nuera. Es una señal temprana: “Let Him Go” podrá estar ambientada en las conocidas llanuras estadounidenses, pero es sobre maternidad.

En una serie de rápidos sucesos, James muere en un accidente a caballo. Bezucha corta inmediatamente a tres años más tarde, cuando Lorna está volviendo a casarse en una pequeña y triste ceremonia. Poco después, Margaret ve al nuevo esposo, Donnie (Will Brittain), golpeando tanto a la madre como al hijo en la calle. Antes de tener tiempo de responder, se entera de que la familia se mudó inesperadamente de su nuevo apartamento y comienza a empacar su camioneta Chevy para salir a buscarlos. George, un excomisario, la acompaña.

Hasta este momento, a mitad de la película, “Let Him Go” es buena. Como dos figuras en duelo atravesando el paisaje del oeste, los Blackledge parecen sacados de una mitología elegíaca. Están tratando de vencer la pérdida que se apodera de ellos. “A veces eso es todo lo que es la vida, Margaret”, dice George. “Una lista de lo que hemos perdido”. Es una impresión que Lane y Costner hacen más poderosa al vover a un género que ambos han visitado pero desde una perspectiva diferente. Costner es más identificable con los westerns gracias a “Dances With Wolves” ("Danza con lobos"), “Wyatt Earp” y otras, pero no olvidemos a Lane en “Lonesome Dove” ( “Paloma solitaria”).

Su búsqueda los lleva a Dakota del Norte, donde la oscura reputación de la familia de Donnie, los Weboy, comienza a envolverlos incluso antes de que crucen la frontera a ese estado. Encontrarlos parece una tarea incierta, pero lo logran, y en una cena amenazadora conocen a los Weboy. Ese clan también cuenta con una matriarca formidable, Blanche, una corolaria mucho más violenta y siniestra que Margret interpretada por Lesley Manville, quien le inyecta dramatismo a una cinta por lo demás refrenada.

Pero el choque de ambas familias es manejado con poca fluidez. Los Weboy, que incluyen a un sonriente padre (Jeffrey Donovan) y otros dos hermanos, nunca se manifiestan con claridad. Es confuso qué es lo que pretenden, pero son mala gente y su crueldad se traduce en gestos extravagantes y raros en papeles poco definidos. Lo que parece crear un enfrentamiento a fuego lento entre ambas abuelas rivales se disipa en una balacera que margina a Margaret en el momento equivocado. Lane es la protagonista, aunque la película parece olvidarlo.

“Let Him Go”, un estreno de Focus Features, tiene una clasificación R (que requiere que los menores de 17 años la vean acompañados de un padre o tutor) de la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPAA, según sus siglas en inglés) por escenas de violencia. Duración: 108 minutos. Dos estrellas y media de cuatro.

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Jake Coyle está en Twitter como http://twitter.com/jakecoyleAP.

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