Ledecky finalmente se cuelga un oro; domina los 1.500 metros
TOKIO (AP) — Katie Ledecky será la primera en reconocer que sus estándares son casi imposibles de cumplir, especialmente en esta etapa de su ilustre carrera en la natación.
Siempre ha que querido nadar más rápido — una singular mentalidad que le ha llevado a la cúspide de su deporte. Pero no es un objetivo razonable cuando es algo que has logrado en múltiples ocasiones.
“Es una auténtica bendición y una maldición", dijo con cierto atisbo de ironía.
En un lapso de algo más de una hora el miércoles en el Centro Acuático de Tokio, la estadounidense captó el tipo de perspectiva que podría ayudar a otros atletas olímpicas que lidian con el peso de expectativas desmesuradas cada cuatro años, o cinco en el caso de estos Juegos Olímpicos que fueron aplazados por la pandemia.
Primero, Ledecky sufrió un duro revés.
Y luego, reaccionó para una vibrante victoria.
Se apuró en resaltar que ninguno de los desenlaces definen lo más importante en la vida.
“Yo prefiero que la gente se preocupe primero de la gente que sí está sufriendo", dijo Ledecky. “Es un verdadero privilegio estar en unos Juegos Olímpicos — y más unos Juegos en medio de una pandemia. Mucha gente en todas partes del mundo está pasando por momento muy duros. Soy una afortunada de estar aquí”.
El miércoles, Ledecky se recuperó del peor resultado de su brillante carrera olímpica para ganar los 1.500 metros libres, la primera vez que se nada esta distancia en la rama femenina del programa olímpico.
No fue el triunfo que todos anticipaban. Tomó una gran ventaja desde el principio, pero pasó problemas para superar a su compatriota Erica Sullivan en los últimos metros.
Pero llegó primera con tiempo de 15 minutos, 37,39 segundos. Sullivan terminó en segundo puesto con 15:41,41, mientras que el bronce fue para la alemana Sarah Kohler con 15:42,91.
“Pienso que hay personas que podrían sentirse mal porque no lo gane todo y esas cosas, pero quiero que la gente se preocupe por otras cosas que están pasando en el mundo, personas que sufren en verdad”, dijo Ledecky. “Estoy orgullosa de darle una medalla de oro al equipo de Estados Unidos”.
Fue una jornada turbulenta para Ledecky en la piscina, un tanto abrumada por los altibajos que vivió en cuestión de una hora.
Rebasó un carril para abrazar a Sullivan y celebrar con un poco característico grito hacia la porra estadounidense, y pareció contener el llanto al retirarse las gafas antes de salir de la piscina.
En su primera final del día, Ledecky fue superada ampliamente por su rival australiana Ariarne Titmus, quien venció por segunda ocasión en dos oportunidades a la estrella estadounidense con su triunfo en los 200 libres.
De hecho, Ledecky ni siquiera consiguió una presea, la primera vez que le sucede eso en unos Juegos Olímpicos. Ledecky ni siquiera estuvo cerca: hizo la primera vuelta en el séptimo lugar y nunca subió más allá de su quinto puesto final.
“Después del 200, sabía que tenía que cambiar de página muy rápido”, comentó Ledecky. “En la cálida piscina pensaba en mi familia. En cada brazada pensaba en mis abuelos”.
La voz se le quebró. Apretó los ojos intentando contener el llanto.
“Son las cuatro personas más fuertes que conozco”, declaró. “Y eso fue lo que me ayudó a superar eso”.
Titmus, conocida como “Terminator”, le dio a las australianas su tercera medalla de oro en natación individual con un récord olímpico de 1:53,50, que se suma a su triunfo en los 400 libres.
La hongkonesa Siobhan Haughey estuvo al frente durante buena parte de la competencia pero se quedó con la plata con crono de 1:53,92. El bronce fue para la canadiense Penny Oleksiak con 1:54,70.
“Obviamente, haber tenido un gran resultado en los 400 me dio confianza en los 200”, admitió la campeona. “Creo que mi cierre fue mi fortaleza en los 400. Sabía que podía aprovechar eso en los 200”.
Titmus no quedó complacida del todo con su tiempo, pero fue suficiente para ganar otro oro.
“Sinceramente, no es el tiempo que pensé que podía lograr esta mañana, pero son los Olímpicos y hay muchas otras cosas que pasan”, comentó. “Así que todo se reduce a ganar aquí. Estoy muy contenta".
La italiana Federica Pellegrini terminó en la séptima plaza en sus quintos y últimos Juegos Olímpicos. Se llevó el oro en 2008 y sigue siendo la poseedora del récord mundial.
Dentro de una agitada jornada:
— Gran Bretaña se adjudicó su primero oro en el relevo 4x200 libre desde 1908, arrasando a sus rivales con una cuarteta que incluyó a los dos primeros de los 200 individuales libres: Tom Dean y Duncan Scott. Estados Unidos no subió al podio por primera vez desde los boicoteados Juegos de Moscú en 1980.
— Estados Unidos sumó otras dos medallas en los 200 metros combinados para mujeres, pero no del metal deseado. La japonesa Yoi Ohashi completó la prueba por delante de las estadounidenses Alex Walsh y Kate Douglass, sumando otra victoria a su oro en los 400 metros combinados. El tiempo de Ohashi fue de 2:08,52, Walsh se quedó con la plata con 2:08,65, y el bronce fue para Douglass con 2:09,04. La campeona olímpica defensora y plusmarquista mundial, la húngara Katinka Hosszu, terminó en séptimo lugar a sus 32 años, la competidora de mayor edad en la final.
— No hubo sorpresas en los 200 metros estilo mariposa, donde el húngaro Kristof Milak logró otra dominante victoria. Milak ganó por casi dos cuerpos de ventaja, refrendando su condición como uno de los mayores favoritos en la piscina olímpica. Llegó con tiempo de 1 minuto 51,25 segundos, casi dos segundos y medio delante del japonés Tomoru Honda, quien se colgó la plata con 1:53m73. El bronce fue para el italiano Federico Burdisso con 1:54,45.