Piden a ONU no abandonar a afganos y poner fin a violencia

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Piden a ONU no abandonar a afganos y poner fin a violencia
ARCHIVO - En esta fotografía del viernes 2 de julio de 2021, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, hace una pausa durante una conferencia de prensa en el Palacio de la Moncloa, en Madrid. (AP Foto/Paul White, Archivo)

NACIONES UNIDAS (AP) — El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, hizo un llamado el lunes para poner fin inmediatamente a la violencia en Afganistán y exhortó a la comunidad internacional a unirse para garantizar que se respeten los derechos humanos de todas las personas, sobre todo de las mujeres y niñas.

Durante una reunión de emergencia, Guterres hizo un llamado al Consejo de Seguridad de la ONU y “a la comunidad internacional en su conjunto para que permanezcan juntos, trabajen juntos y actúen juntos”.

Señaló que está “particularmente preocupado por los relatos de crecientes violaciones a los derechos humanos contra las mujeres y niñas de Afganistán que temen volver a los días más oscuros” de la década de 1990, cuando el Talibán gobernaba la nación y prohibió que las niñas fueran a la escuela e impuso medidas draconianas contra las mujeres.

Guterres dijo que “el mundo está siguiendo los acontecimientos en Afganistán con gran pesar y profunda inquietud sobre lo que está por venir” y con el futuro del país y las esperanzas y sueños de una generación de jóvenes afganos en la balanza, los próximos días “serán fundamentales”.

En este “momento de necesidad", el secretario general pidió a todas las partes, particularmente al Talibán, “a ejercer la máxima moderación para proteger las vidas y garantizar que se puedan satisfacer las necesidades humanitarias”.

Guterres dijo que la ONU sigue teniendo personal y oficinas en las zonas que están bajo el control del Talibán, y que hasta ahora han sido respetadas. “Sobre todo, nos quedaremos y daremos apoyo al pueblo afgano en su momento de necesidad”.

“No podemos y no debemos abandonar al pueblo de Afganistán”, puntualizó.

Mientras tanto, el coordinador residente de la ONU en Afganistán, Ramiz Alakbarov, dijo que seguirá trabajando con las “autoridades de facto” para brindar ayuda humanitaria luego de la toma del Talibán.

Alakbarov comentó el lunes a The Associated Press que los recientes enfrentamientos habían desplazado a unas 600.000 personas y, que debido a la rapidez con la que se desarrolló la situación, los equipos humanitarios no pueden ayudar en todas partes.

Alakbarov, quien se encuentra en Kabul, señaló que la comunidad internacional debería haber invertido más en sanidad, educación y el futuro de las mujeres y los jóvenes, y no necesariamente tanto en infraestructuras de seguridad, si quería evitar “los resultados que tenemos ahora”.

Apuntó que de los 1.300 millones de dólares en ayuda que la ONU ha pedido para Afganistán, los países han aportado apenas un 38%.

Por su parte, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, pidió que se suspendan los ataques contra los civiles afganos, que se protejan los derechos humanos de la gente, sobre todo los de las mujeres, niñas y minorías, y que todas las partes involucradas prevengan el terrorismo.

Durante la reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU, Thomas-Greenfield señaló que “todos debemos asegurarnos de que Afganistán no pueda volver a ser nunca una base para el terrorismo”.

Volvió a enfatizar que “las poblaciones civiles, incluidos periodistas y no combatientes, deben protegerse".

No mencionó la toma del Talibán de Afganistán, pero señaló que el papel de Guterres y de los dos enviados de la ONU —la representante especial Deborah Lyons y el enviado personal Jean Arnaul— “es especialmente vital ahora que entramos en un periodo incierto y crucial que requiere que la comunidad internacional hable con una voz clara y unificada”.

Thomas-Greenfield pidió al Talibán “permitir que las organizaciones humanitarias continúen con su crucial trabajo en Afganistán”, señalando que además de la violencia, el pueblo afgano “está sufriendo los efectos del COVID-19 y de la sequía” y que sus necesidades deben seguir siendo una prioridad en los próximos “días, semanas y más allá”.

El Programa Mundial de Alimentos de la ONU reportó que hay más de 500 toneladas de ayuda en cruces fronterizos que fueron capturados por el Talibán, de acuerdo con la embajadora estadounidense, quien pidió que se permitiera que esta ayuda ingresara a Afganistán inmediatamente.

“Finalmente y crucialmente, los afganos y ciudadanos internacionales que deseen abandonar el país deben poder hacerlo de manera segura”, aseveró Thomas-Greenfield, añadiendo que Estados Unidos promete “ser generoso en el reasentamiento de afganos” y que “todos debemos hacer más”.

Ghulam Isaczai, embajador de Afganistán ante la ONU, señaló que “ya no hay tiempo para el juego de las culpas”. Pidió al Consejo de Seguridad y al secretario general utilizar todos los recursos a su disposición para pedir un cese inmediato de la violencia y el respeto a los derechos humanos y “evitar que Afganistán caiga en una guerra civil y se convierta en un Estado paria”.

Isaczai dijo que estaba “hablando en nombre de millones de personas en Afganistán, cuyo destino pende de un hilo y enfrentan un futuro extremadamente incierto”, incluidas “millones de niñas y mujeres afganas que están a punto de perder su libertar para ir a la escuela, a trabajar y para participar en la vida política, económica y social del país”.

El embajador, que fue designado por el derrocado gobierno de Ashraf Ghani, expresó una profunda preocupación en torno a que el Talibán no cumplirá los compromisos y acuerdos que hizo durante unas negociaciones en la capital qatarí de Doha y en otras reuniones internacionales.

“Hemos visto terribles imágenes de las ejecuciones masivas de militares por parte de los talibanes y de los asesinatos selectivos de civiles en Kandahar y otras grandes ciudades”, dijo. ”Los residentes de Kabul están reportando que el Talibán ya empezó a allanar casa por casa en algunos vecindarios, registrando nombres y buscando a personas en su lista de objetivos. Ya hay reportes de asesinatos selectivos y de saqueos en la ciudad. Los residentes de Kabul viven ahora mismo con un miedo absoluto".

Exhortó al Consejo de Seguridad y a Guterres a que pidan al Talibán poner fin a la violencia, a los asesinatos selectivos y a los ataques en represalia y a que respeten la oferta de amnistía. También le solicitó "declarar inequívocamente que no reconoce la restauración del Emirato Islámico”.

En tanto, más de una veintena de expertos en derechos humanos que trabajan con la ONU señalaron que los países no deben “mantenerse al margen” ahora que el Talibán, que está enlistado por la organización como una organización terrorista, ha tomado el control de Afganistán.

Un comunicado redactado con dureza y emitido el lunes exigía una acción por parte del Consejo de Seguridad. Los expertos denunciaron la “campaña implacable" contra los civiles, trabajadores de ayuda y periodistas que ha incluido asesinatos, restricciones ilegales a los derechos de mujeres y niñas, y “ejecuciones masivas de civiles”.

“El pueblo de Afganistán se merece algo mejor que soportar el silencio y la pasividad de los países miembros de las Naciones Unidas en este peligroso momento”, escribieron. "No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras las vidas del pueblo afgano son tratadas con desprecio, burla y hastío”.

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