Boric promete mejorar la vida de todos los chilenos

Boric promete mejorar la vida de todos los chilenos
El presidente electo de Chile, Gabriel Boric, sale de una reunión en Santiago, Chile, el jueves 10 de marzo de 2022. (AP Foto/Luis Hidalgo)

SANTIAGO (AP) — El presidente izquierdista Gabriel Boric afirmó el viernes que llegó al poder para mejorar la vida de todos los chilenos, en un discurso unitario que pronunció a pocas horas de asumir el gobierno para el período 2022-2026.

Boric, que con 36 años se convirtió en el presidente más joven de Chile, se instaló en el palacio de La Moneda con un gabinete de 14 mujeres y 10 hombres, para impulsar un “gobierno feminista”, en el que también estará acompañado de varios exlíderes estudiantiles que, como él, surgieron de las protestas callejeras de 2011 y 2012.

El gobernante asumió en una ceremonia en el Congreso en el vecino puerto de Valparaíso a la que se presentó, fiel a su estilo, sin corbata, al término de la cual señaló que “vamos a dar lo mejor de nosotros para estar a la altura de los desafíos que tenemos como país”.

De regreso en la capital pronunció un tradicional discurso desde uno de los balcones de la sede de gobierno que inició con casi una hora de atraso porque Boric se salió varias veces del protocolo y se acercó a algunos que lo esperaban en las afueras del palacio, y hasta se dio tiempo de tomarse selfies con algunos niños.

“Llegamos aquí para entregarnos en cuerpo y alma al compromiso de hacer mejor la vida en nuestra patria”, dijo al iniciar su mensaje, en el que remarcó la importancia de la unidad entre los chilenos para recorrer la ruta de la esperanza “para que Chile sea un país digno y justo”. Remarcó que “el camino sin duda va a ser largo y difícil", agregó.

Refiriéndose a los países de la región, señaló que “somos profundamente latinoamericanos... haremos esfuerzos para que la voz del sur vuelva a escucharse firme en un mundo cambiante”. Dijo que en el contexto internacional, marcado por la violencia y la guerra, “Chile promoverá siempre la defensa de los derechos humanos en todo lugar, sin importar el gobierno que los vulnere”.

Señaló que al fin de su gobierno de cuatro años espera que todos “sintamos que es un país que nos protege, nos acoge, que nos cuida, garantiza derechos y retribuye con justicia al aporte y sacrificio” que hacen todos.

Tras ganar la segunda vuelta presidencial, con un 56% de las preferencias, afirmó que “vamos a expandir los derechos sociales”, aunque advirtió que “los cambios los vamos a tener que hacer paso a paso, porque si no el riesgo de retroceder es demasiado grande”.

La nueva generación que llega al poder con Boric también prioriza las medidas medioambientales para hacer frente al cambio climático que azota fuerte al país sudamericano con extensas sequías y la desertificación de ciudades.

Su gobierno parte en medio de un complejo panorama político y económico que incluye una inmigración descontrolada en la frontera norte y un histórico conflicto en el centro-sur, donde la violencia y los ataques se mezclan con demandas territoriales indígenas. Además, Chile enfrenta una inflación no vista en más de una década y se estima que el mayor precio del petróleo impactará fuerte en la cadena de suministros en un país que importa casi todo el crudo.

En el plano legislativo, su coalición electoral, formada por el izquierdista Frente Amplio y el Partido Comunista, es minoría en el Congreso, con 37 de los 155 diputados y cinco de 50 senadores, por lo que amplió su base de apoyo con la centroizquierda, a la que entregó varios cargos en el gobierno, pero aún le faltan tres sufragios para lograr la mayoría simple.

Boric, un reconocido partidario del diálogo, tendrá que buscar acuerdos para aprobar una reforma tributaria, que incluye más impuestos para los ricos, para recaudar un 5% del Producto Interno Bruto en cuatro años destinado a financiar algunas promesas de campaña como los cambios graduales a los sistemas de salud y de educación, pensiones universales para los adultos mayores, aumentos del salario mínimo y la creación de 500.000 empleos femeninos.

Su gobierno respaldará con fuerza a una Convención Constituyente dominada por una mayoría de convencionales izquierdistas que debe proponer este año un borrador de una carta magna para reemplazar a la impuesta por el régimen militar de 1973 a 1990. La propuesta será sometida a un plebiscito obligatorio y, si es aprobada, el Ejecutivo deberá traducir sus lineamientos en proyectos de ley que deben ser aprobados por el Congreso.

Analistas coinciden en que el gobierno de Boric partirá con muchas presiones populares y una ciudadanía más empoderada tras el estallido social de 2019 que podría no estar dispuesta a esperar mucho por varios de los cambios prometidos, lo que puede llevar a una corta duración de la tradicional “luna de miel” que suelen tener los mandatarios en los primeros meses de gobierno.

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