México cae en el índice de lucha contra la corrupción
NUEVA YORK (AP) — México cayó de posición en un índice sobre la capacidad para combatir la corrupción que se presentará el miércoles y que indica que los intentos del gobierno mexicano de interferir en asuntos legislativos y judiciales han mermado la transparencia y la rendición de cuentas en el país.
El Índice de Capacidad para Combatir la Corrupción (CCC), presentado anualmente por el Consejo de las Américas y que clasifica a 15 países de América Latina según la eficacia con la que pueden combatir la corrupción, reveló que México siguió en su trayectoria descendente desde 2019 y este año cayó del puesto 11 al 12, tan sólo por delante de Guatemala, Bolivia y Venezuela.
El reporte aseguró que el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ha criticado al Poder Judicial y a instituciones públicas independientes como el Instituto Nacional Electoral (INE). También destacó que el mandatario ha declarado que planea eliminar la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional Anticorrupción, “lo cual afectaría los esfuerzos institucionales para combatir la corrupción”.
Por otro lado, los organismos anticorrupción en México han sido usados, según algunos observadores, para obtener beneficios personales o cuentan con nombramientos basados en motivos políticos, según el informe.
“Hay este discurso anticorrupción (de López Obrador) que es positivo. El problema es cuando este discurso no se traduce en las herramientas, los mecanismos y en el presupuesto para combatir la corrupción”, dijo Alejandra Soto, de Control Risks, una consultora especializada en riesgos globales que realiza el índice junto al Consejo de las Américas. “Este discurso cotidiano en contra de los otros poderes, y a favor de la agenda presidencial, sin debate alguno, se traduce en un desgaste de contrapesos democráticos".
El índice, que se presenta por cuarta vez, tiene en cuenta varias variables como la independencia de las instituciones judiciales o los recursos disponibles para combatir los delitos cometidos por empresarios o funcionarios de gobierno. Los países con los puestos más altos en el índice -como Uruguay y Costa Rica- se consideran más propensos a ver a los actores corruptos procesados.
El reporte destacó que en México las fuerzas armadas, que no están sujetas al mismo escrutinio que los organismos civiles, “participan cada vez más en importantes proyectos de infraestructura”. También aseguró que en el último año López Obrador escaló sus críticas hacia organizaciones de la sociedad civil y la prensa en medio de revelaciones de supuestos conflictos de intereses y corrupción que involucran a familiares suyos y aliados.
Soto dijo que un 80% de los contratos del gobierno federal son por adjudicación directa en lugar de por licitación, que identificaría más fácilmente la corrupción.
“En México se están debilitando algunos componentes para combatir la corrupción de manera institucional y de manera integral", opinó Soto.
Por otro lado, el Congreso mexicano debatirá una propuesta presidencial para poner a la Secretaría de la Función Pública (SFP), una institución clave en la lucha contra la corrupción, a cargo de las contrataciones públicas y la supervisión de gasto público. Esto tendría consecuencias negativas, de acuerdo con el informe, “ya que la SFP se auditaría a sí misma en lugar de que los organismos autónomos supervisen el gasto público”.
Tras Uruguay y Costa Rica en los puestos más altos del índice están Chile, Perú, República Dominicana, Argentina, Panamá, Colombia y Ecuador.
Brasil cayó a la décima posición debido, entre otras cosas, a que el presidente Jair Bolsonaro ha buscado consolidar el control sobre organismos que investigan la presunta corrupción que involucra a sus aliados, dijo el informe.
Guatemala es otro de los países que sigue cayendo en el índice debido, en parte, al trato a los organismos anticorrupción. El reporte señaló que el Ministerio Público de Guatemala, dirigido por la fiscal general Consuelo Porras, "obstruyó y despidió" a los funcionarios que realizaban las investigaciones relativas a la corrupción. En 2021, Estados Unidos incluyó a Porras en una lista de actores corruptos y sancionó a funcionarios guatemaltecos de alto nivel por supuestos actos de corrupción.