Narges Mohammadi gana Nobel de la Paz por luchar contra opresión de la mujer en Irán

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Narges Mohammadi gana Nobel de la Paz por luchar contra opresión de la mujer en Irán
En esta imagen de archivo, la iraní Narges Mohammadi, delegada del Centro de Defensa de los Derechos Humanos, durante una conferencia de prensa acerca de la situación humanitaria en Irán, en la sede de Naciones Unidas en Ginebra, Suiza, el 9 de junio de 2008. (Magali Girardin/Keystone vía AP, archivo)

La activista iraní encarcelada Narges Mohammadi ganó el viernes el Premio Nobel de la Paz, en reconocimiento a su incansable campaña a favor de los derechos de la mujer y la democracia, y contra la pena de muerte.

Mohammadi, de 51 años, ha mantenido su activismo a pesar de las numerosas detenciones por parte de las autoridades iraníes y de pasar años tras las rejas. Se ha mantenido como una prominente impulsora de las protestas encabezadas por mujeres en todo el país, desencadenadas por la muerte el año pasado de una joven de 22 años bajo custodia policial. Esas movilizaciones se han convertido en uno de los mayores desafíos para el gobierno teocrático de Irán.

Berit Reiss-Andersen, presidenta del Comité del Nobel noruego, comenzó el anuncio del viernes con las palabras en farsi “Mujer, Vida, Libertad”, el lema de las manifestaciones en Irán.

“Este premio es ante todo un reconocimiento a la muy importante labor de todo un movimiento en Irán y su indiscutible líder, Narges Mohammadi”, dijo Reiss-Andersen. La presidenta exhortó a Irán a dejar en libertad a Mohammadi a tiempo para que asista a la ceremonia de entrega del premio el 10 de diciembre.

Durante casi toda la vida de Mohammadi, Irán ha estado gobernado por una teocracia chií encabezada por el líder supremo del país. Si bien las mujeres tienen empleos, posiciones académicas e incluso cargos de gobierno, sus vidas están estrictamente controladas. Por ley las mujeres están obligadas a cubrirse el pelo de la cabeza con un pañuelo o hiyab. Irán y la vecina Afganistán son los únicos países que mantienen esa obligación para las mujeres.

En una declaración hecha pública tras el anuncio del Nobel, Mohammadi afirmó que “nunca dejará de luchar por hacer realidad la democracia, la libertad y la igualdad”.

“Sin duda, el Premio Nobel de la Paz me hará más resistente, decidida, esperanzada y entusiasta en este camino, y acelerará mi paso”, afirmó en la declaración, preparada de antemano en caso de que fuera nombrada ganadora del Nobel.

Mohammadi, ingeniera de formación, ha sido encarcelada 13 veces y declarada culpable en cinco. En total, ha sido sentenciada a 31 años de prisión. Su encarcelamiento más reciente comenzó cuando fue detenida en 2021 tras asistir a un acto en memoria de una persona fallecida en las protestas nacionales.

Ha estado detenida en la notoria prisión de Evin, en Teherán, entre cuyos reclusos se encuentran personas vinculadas a Occidente y presos políticos.

El presidente estadounidense Joe Biden y Amnistía Internacional también hicieron llamados para que sea excarcelada de inmediato.

“Este galardón es un reconocimiento de que, a pesar de que se encuentra injustamente recluida en la prisión de Evin, el mundo sigue escuchando la voz de Narges Mohammadi a favor de la libertad y la igualdad”, dijo Biden en un comunicado. “Exhorto al gobierno en Irán a que la libere de inmediato de su cautiverio, así como a sus compañeras defensoras de la igualdad de género”.

El premio del viernes envía “un mensaje claro a las autoridades iraníes de que su represión de los opositores pacíficos y los defensores de los derechos humanos no pasará desapercibida”, afirmó Amnistía Internacional.

El hermano de Mohammadi, Hamidreza Mohammadi, dijo que, aunque “el premio significa que el mundo ha visto este movimiento”, no afectará la situación en Irán.

“El régimen se ensañará con la oposición”, declaró a The Associated Press. "Aplastará a la gente”.

El marido de Mohammadi, Taghi Rahmani, que vive exiliado en París con sus dos hijos gemelos de 16 años, dijo que su esposa “tiene una frase que siempre repite: ‘Cada premio me hará más intrépida, más resistente y más valiente para hacer realidad los derechos humanos, la libertad, la igualdad civil y la democracia’”.

Rahmani no ha podido ver a su esposa desde hace 11 años, y sus hijos no han visto a su madre desde hace siete, dijo.

Su hijo Ali Rahmani dijo que el Nobel no era sólo para su madre. “Es por la lucha”, manifestó.

“Este premio es para toda la población, para toda la lucha desde el principio, desde que el gobierno islámico llegó al poder”, dijo el adolescente.

Las presas políticas en Evin no pueden utilizar el teléfono los jueves y los viernes, por lo que Mohammadi preparó su declaración antes del anuncio del Nobel, dijo la fotógrafa exiliada iraní Reihane Taravati, una amiga de la familia que estuvo 14 días en confinamiento solitario antes de que huyera a Francia este año.

Mohammadi es la 19na mujer que gana el Premio Nobel de la Paz, y la segunda mujer iraní después de que en 2003 se le concediera a la activista por los derechos humanos Shirin Ebadi.

El secretario general de la ONU, António Guterres, describió la selección del viernes como un “homenaje a todas esas mujeres que luchan por sus derechos arriesgando su libertad, su salud e incluso su vida”.

Es la quinta vez en sus 122 años de historia que el Premio Nobel de la Paz se concede a alguien que está en prisión o bajo arresto domiciliario. En 2022, el principal activista por los derechos humanos en Bielorrusia, Ales Bialiatski, estuvo entre los galardonados. Sigue encarcelado.

Mohammadi fue detenida durante las recientes protestas por la muerte de Mahsa Amini, a quien la policía iraní de la moral detuvo por llevar supuestamente suelto el pañuelo de la cabeza. Más de 500 personas murieron por las acciones represivas de las fuerzas de seguridad, mientras que otras 22.000 fueron detenidas.

Pero desde la cárcel, Mohammadi escribió un artículo de opinión para The New York Times en septiembre. “Lo que el gobierno quizá no entienda es que entre a más de nosotros encierren, más fuertes nos hacemos”, escribió.

El gobierno de Irán dijo que la decisión del Comité del Nobel era parte de las “políticas intervencionistas y antiiraníes de algunos países europeos”.

Se trata de “otro eslabón en la cadena de presiones de los círculos occidentales contra Irán”, dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Nasser Kanaani, en un comunicado. La prensa estatal iraní describió a Mohammadi como una persona que ha pasado “dentro y fuera de prisión gran parte de su vida adulta”, y que su activismo aplaudido internacionalmente era “propaganda” y un “acto en contra de la seguridad nacional”.

En Teherán, la gente expresó su apoyo a Mohammadi.

“El premio era su derecho. Se quedó en el país, en la cárcel y defendió a la gente, ¡bravo!”, dijo Mina Gilani, profesora de una escuela secundaria para chicas.

Arezou Mohebi, estudiante de química de 22 años, dijo que el premio era “un galardón para todas las niñas y mujeres iraníes”, y describió a Mohammadi como "la más valiente que he visto”.

El analista político Ahmad Zeidabadi consideró que el premio podría generar más presión sobre Mohammadi.

“El premio traerá simultáneamente posibilidades y restricciones”, escribió en internet. “Espero que Narges no se vea limitada por sus restricciones”.

Antes de ser encarcelada, Mohammadi era vicepresidenta del proscrito Centro de Defensores de los Derechos Humanos de Irán, fundado por Shirin Ebadi.

El Nobel incluye un premio de 11 millones de coronas suecas (1 millón de dólares). A diferencia de otros galardones Nobel que son escogidos y anunciados en Estocolmo, el fundador Alfred Nobel dispuso que el premio de la paz fuera decidido y concedido en Oslo por el Comité Nobel noruego, de cinco integrantes.

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Gambrell informó desde Dubai. Leicester informó desde LePecq, Francia, y Becatoros desde Atenas. Mike Corder, en La Haya; Nicolas Garriga, en París, y Jan M. Olsen, en Copenhague, contribuyeron a este despacho.

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