María Sabina y otros curanderos Mazatecos

Usos curativos de los hongos sagrados

María Sabina y otros curanderos Mazatecos

Siendo estudiante de Antropología en la ciudad de México especializado en chamanismo, decidí realizar una investigación sobre los usos ceremoniales y curativos de los hongos sagrados “Teonanacatl”, -palabra náhuatl que significa “Carne de Dios”- practicados por uno de los grupos indígenas del Estado de Oaxaca, los mazatecos. Estas prácticas forman parte de la riqueza cultural de México, herencia de su tradición prehispánica. Durante mis investigaciones pude participar en experiencias rituales con curanderos o chamanes mazatecos. Algunos de los aspectos principales de mis experiencias como participante en estos rituales, fueron fenómenos psíquicos paranormales, como telepatía, clarividencia, magnetismo.

También fui testigo presencial de curaciones de medicina tradicional indígena por medio de cantos chamánicos y oraciones. Además de todo esto, pude vivenciar el éxtasis místico, es decir, el tipo de experiencia que generalmente viven santos y yoguis. Todo investigador de las diversas formas de las prácticas mágicas y medicina tradicional de los pueblos indígenas, debe realizar su labor con un profundo sentido de respeto y humildad. Lo ideal es que el investigador carezca de prejuicios ideológicos o “marcos teóricos” previos al realizar este tipo de investigación, pues esto disminuye su capacidad de comprensión del mundo de la magia indígena.

Los hongos sagrados son una medicina integral, que cura al ser humano en todos los niveles, es decir,  el cuerpo físico, el cuerpo emocional, el cuerpo mental, el cuerpo astral y el cuerpo vital. Esta planta maravillosa tiene múltiples usos psicoterapéuticos y de aplicación efectiva en problemas emocionales  o psicológicos que presenta el paciente. Generalmente la causa se encuentra en algún evento traumático de su más remota infancia. El hongo sagrado  es un desbloqueador  del subconsciente, esa parte de la mente que contiene toda clase de información adquirida por el ser humano desde la etapa fetal, pasando por la primera infancia, adolescencia, edad adulta, etc. Debemos tener presente que los hongos mágicos son básicamente una MEDICINA, de usos específicos. El conocimiento de estos usos medicinales que poseen los curanderos mazatecos desde siglos atrás, da un gran valor a esta cultura tradicional. Ellos sabían desde hace siglos que los hongos mágicos curan gran cantidad de enfermedades, además de incrementar el nivel de conciencia. El mal uso de los hongos sagrados que hicieron algunos  hippies de todo el mundo, hace que la sociedad considere al los hongos como parte de un mundo de drogas, locura y perdición.

El uso correcto del poder encerrado en los hongos sagrados, permite a la persona no perderse, sino encontrarse, conocer su propio ser, despertar la conciencia. Los hongos mágicos son un instrumento que Dios ha proporcionado al ser humano para alcanzar más altos niveles de comprensión y de espiritualidad. Su uso ritual fue un factor determinante en el nacimiento de las religiones prehispánicas de Mesoamérica.. El hongo mágico es una medicina sagrada y un camino hacia el despertar  del Ser. Como parte de mi investigación, tuve el privilegio de conocer personalmente a la célebre sacerdotisa mazateca María Sabina, -conocida mundialmente como la “Sacerdotisa de los Hongos Mágicos”, a raíz de la publicación de las monografías del investigador norteamericano Gordon Wasson en los años 60´s.

Mi encuentro con María Sabina y su ceremonia tuvo una gran trascendencia, cambió mi comprensión del mundo y me hizo comprender el sentido de mi existencia. Aprendí sobre la sabiduría profunda y elevada de esta humilde sacerdotisa indígena. Por medio de su ceremonia y sus cantos chamánicos, me llevó ante la misma presencia de Dios a través de   una experiencia espiritual maravillosa.

Escribí dos libros sobre el tema, y siento la necesidad de compartir con el mundo esta sabiduría espiritual que aprendí de los mazatecos. Las experiencias que había vivido en las montañas, desafiaban todos los conceptos científicos que había aprendido en la escuela de Antropología. Durante varios años de mi vida, mi conciencia había estado dormida. Las ceremonias chamánicas me hicieron despertar, darme cuenta de que los seres humanos somos algo más que un cuerpo físico y una mente; nuestra verdadera esencia es espiritual, divina.

El descubrimiento de esta verdad fue algo demasiado importante, no podía quedarme callado, sentía la necesidad de compartirlo con todos, de decirles: “Somos seres espirituales: Dios es real, está presente en cada partícula del universo, y dentro de cada uno de nosotros”.

Esta es la esencia del conocimiento sagrado que encontré entre los curanderos mazatecos, en las montañas de la sierra. Este conocimiento debe ser justamente valorado, forma parte del patrimonio espiritual de la humanidad. El destino me llevó a convertirme en portavoz de este mensaje de conocimiento chamánico. Mi trabajo ha sido dar testimonio sobre experiencias paranormales –de acuerdo a la definición de la Parapsicología-, y curaciones milagrosas –o al menos inexplicables para la ciencia actual-. Mi misión ha sido desde entonces recopilar información sobre estos conocimientos sagrados, antes de que los mazatecos sean totalmente integrados a la sociedad de consumo, y se pierda así su identidad cultural.

Mi trabajo de investigación es totalmente verídico: No se trata de ficción literaria; los personajes y los sucesos son auténticos. Mi vida se ha convertido en el testimonio de una  conversión: La de un estudiante de Antropología, en un buscador de la sabiduría espiritual escondida en las montañas de la sierra mazateca.

El mundo mágico y sagrado es el contexto dentro del cual viven los mazatecos. El mundo de los hongos mágicos conforma un universo tan vasto y complejo, que ninguna explicación antropológica podrá develar todos los misterios que encierra. La posición del hombre ante la vida y el cosmos, así como el misterio de la muerte y el espíritu, son algunos de los aspectos involucrados en el ritual chamánico mazateco. Nos ubica frente a nosotros mismos, y en relación con lo infinito y eterno. Los chamanes mazatecos son maestros de sabiduría. Su tradición debe ser preservada y revalorada.

(Fragmento del libro "Conversaciones con María Sabina", por Enrique González Rubio, Ed- Cruz O. S.A., México, 1980)

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