Educación e intolerancia

La orientación sexual no es un problema, el problema es la falta de tolerancia y de educación en los hogares. Que fácil es lavarse las manos y echarle la culpa a los demás, cuando los responsables son algunos padres que creen que con enviarlos al colegio es suficiente para que aprendan a vivir.

Suponer que unas cartillas pueden deteriorar y lavarle el cerebro a los niños es como creer en la existencia de los unicornios, pues como bien es sabido jamás hay que suponer algo sin siquiera haberse informado o preguntar antes.

Dejemos de ser ignorantes, dejemos de capar responsabilidades y de asignarlas a otros, seamos fuentes de enseñanza para nuestros hijos y no simplemente los dejemos plantados frente al televisor para que esa caja idiota les indique como comportarse.

Dediquemos más tiempo en ser padres y no solo los fecundadores de su existencia y por favor dejemos de señalar con el dedo a quienes tienen preferencias sexuales distintas recuerden que como suelen decir nuestras madres señalar con el dedo es de mala educación.

Hagamos un énfasis en la importancia de la tolerancia y sobre todo de los valores, esos que deben provenir de los hogares y se transmiten con buenas acciones hacia las demás personas.

En que clase de mundo quieren ver crecer a los niños si tal vez por cosas del destino este le llega a salir homosexual o más corrientemente llamado maricón.

Usted, ¿prefiere ver a su hijo muerto pero no amanerado? Piénselo muy bien.

Yo personalmente no tengo hijos pero si creo en que la tolerancia y el amor son fuerzas mayores que pueden arrasar hasta con la más letal de las envidias o la más cerrada de las mentes.

No ser madre no significa que no me preocupe el futuro de la niñez o que me sea indiferente el tema, lo que si me preocupa es la clase de ejemplo que están teniendo cuando se les enseña que lo diferente es igual a anormal, a dañino, a perjudicial.