La verdadera misión del Cruz Azul

La verdadera misión del Cruz Azul
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He sido cruzazulino, la mayor parte de mi vida. Al principio le iba a los pumas, pero antes de entrar al Instituto Politécnico Nacional decidí, por mi bien, cambiar de equipo. ¿Irle al América? Jamás. ¿A las chivas?. Nel, son muchos. Pues al Cruz Azul, juega en el Distrito Federal, es uno de los cuatro grandes, acababa de er campeón y además me gusta su playera. Nadie podía saber que sería un camino tortuoso.

No es que el futbol defina mi vida, pero pues me gusta ver como mi equipo gana sus partidos. Al principio no fue tan malo, el equipo lideraba el campeonato de forma frecuente, los titulos no llegaban pero grandes jugadores como Adomaitis, "Chelito" Delgado, Paco Palencia y "Matute" Morales, nos permitían soñar con alcanzar el titulo y cargar una vez más el trofeo tan deseado. Finales jugadas, finales perdidas, pero el equipo estaba ahí, solo faltaba dar el último paso. En realidad no era tan malo ser el subcampeonisimo. Eso significaba que el equipo jugaba bien y ganaba. Daba gusto ver sus partidos y aun más ir al estadio en aquel tiempo cuando el equipo no era tachado de "pecho frio".

Pero las cosas han cambiado. Ahora ni juegos ganados, ni liguillas, ni finales jugadas ni pérdidas. El gran problema del Cruz Azul, desde mi punto de vista es la cabeza, es Billy Alvarez, el dueño del equipo. Billy dice que son los técnicos. Los técnicos no saben qué hacer con tanto jugador que llega sin ser pedido y entonces la culpa es de los promotores. El promotor dice que son los jugadores y los jugadores terminan atacando, cuando se atreven a la directiva. El Cruz Azul ha sido uno de los mayores afectados por uno de los problemas más fuertes, ya no del futbol, sino del mundo. Ver al jugador como objeto y no como persona, disminuyendo sus facultades para quejarse y opinar sobre su futuro. Sí, uno de los problemas es que cada semestre llegan jugadores, si así se les puede llamar, porque algunos ni juegan y  terminan yéndose a otros equipos en los que sí terminan valiendo lo tanto que costaron. Jugadores que valen la pena, campeones de goles, los dejan ir. Técnicos van, técnicos vienen sin darle identidad de juego al equipo. No hay trabajo de fuerzas básicas y los que logran debutar, en su mayoría pasados los 20 años, no reciben las oportunidades y terminan en otros clubes (Nestor Araujo, Jair Pereira, Javier Aquino). 

Cruz Azul F. C. se ha ido pudriendo poco a poco. Ni un vestigio de las glorias pasadas. La burla de todos y cada uno de los demás participe del futbol mexicano. Aficionados enojados pero leales que ahí siguen, yendo al estadio cada quince días para ver a lo mucho un empate del equipo. El Cruz Azul ya no espanta a nadie, ya no es la maquina que iba hecha la mocha contra los rivales y los aplastaba, ahora apenas y llega a un trenecito ganado en las canicas de la feria del santo patrono de su elección. ¿Y Billy Alvarez? Sí, él sigue ahí. 

Llega un momento de la vida de cada aficionado al Cruz Azul en el que entiendes que su verdadera misión es hacerte fuerte ante los golpes de la vida. La vida no es justa, la vida no es fácil y nuestro querido equipo nos hace fuertes ante eso, ante todos y cada uno de los fracasos de nuestro equipo, siempre el siguiente más vergonzoso que el anterior (estuvimos a 5 segundos  de ser campeones y sí, la cruzazulearon). Ni siquiera Tommy Boy con sus seleccionados chilenos, paraguayos, ecuatorianos y el último gran ídolo de sangre azul ("Chaco" Giménez)  pueden cambiar el destino y la misión del cruz azul: demostrarle a los demás que siempre hay alguien peor y ese, señores, es el gran Cruz Azul.

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