Bob Dylan galardonado con el Premio Nobel de Literatura

23 años pasaron desde que la  estadounidense Toni Morrison obtuviera el Nobel de Literatura, para que nuevamente un autor de esa nacionalidad fuera reconocido, al serle otorgado este año a Robert Allen Zimmerman, universalmente conocido como Bob Dylan.

De esta forma, se convierte además en el primer músico en ser  galardonado con este premio, lo cual generó -previsiblemente- algunas reacciones de sorpresa, dado que Dylan, si bien siempre se lo ha considerado un "poeta" por el lirismo de sus letras (e incluso un narrador de microhistorias); nunca ha publicado un libro de poesías, ni novela, ni teatro.

Sin embargo, teniendo en cuenta otros recientes ganadores y ganadoras, parece una decisión coherente con el criterio adoptado por la Academia Sueca de reconocer el trabajo de autores que han desarrollado el arte de su escritura en categorías y formas alejadas de las tradicionales. Así como el año pasado la bielorrusa  Svetlana Alexievich se convirtió en la primera periodista en ganar el Nóbel de Literatura por su mezcla de periodismo y narrativa, y antes se había reconocido en la figura de Alice Munro al género del relato corto, hoy, con esta designación, se está reconociendo un tipo de expresión artística que trasciende lo estrictamente literario, pero que está fuertemente anclado en el poder de sus letras. Así lo expresa el propio Comité Nóbel: "por haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición americana de la canción".

Posiblemente, y aunque lo nieguen los integrantes de la Academia, también sea un gesto hacia el mundo literario de los Estados Unidos, que no recibía el reconocimiento desde 1993, y ya comenzaba a generar ciertas expectativas y ansiedad tamaña espera para el país que tiene el segundo mayor número de galardonados (12) detrás de Francia (15), y el centro principal de la industria editorial del mundo. Mientras que Francia ha tenido sus galardonados en años recientes (Patrick Modiano en 2014 y Jean Marie Le Clezio en 2008), la espera de un nuevo autor estadounidense solo se hacía más y más prolongada.

Atrás quedaron las especulaciones previas que auguraban que el premio podría ir al japonés Haruki Murakami, a la estadounidense Joyce Carol Oates, al noruego Jon Fosse, o al keniata Ngugui wa Thiong. Las casas de apuestas (sí, porque hasta esto se puede apostar) daban como amplio favorito al japonés Murakami...

Ahora habrá que ver cuánto se llevó la persona -o personas- que hayan apostado por Bob Dylan, al que alguna vez -aunque en forma tangencial- ya se había indicado como posible aspirante al Nobel de Literatura. En todo caso, es una señal, y una puerta abierta que deja abierta la Academia Sueca de ahora en adelante, para poder reconocer a más músicos/autores/trovadores, expandiendo las fronteras de la literatura.

Quien sabe, tal vez en unos años Joan Manuel Serrat podría estar recibiendo este mismo premio. Y pensando en Uruguay, tierra que supo dar escritores de la talla de Quiroga, Hernández, Onetti, Benedetti y Galeano... tal vez, Jaime Ross podría terminar transformándose en nuestro primer Nóbel de Literatura.

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