Víctor Valdés: El eterno retorno del hombre solitario

El portero español vuelve a escena con una gran actuación frente al Arsenal

Víctor Valdés: El eterno retorno del hombre solitario
AP

Anatomía de dos instantes

París, mayo de 2006, final de Champions. Víctor Valdés salva al Barcelona y se consagra conquistando la Champions frente al Arsenal
Londres, octubre de 2016, jornada de la Premier. Víctor Valdés vuelve al primer nivel mundial con una gran actuación frente al Arsenal

Parecía escrito en una obra de Shakespeare. Víctor Valdés volvió a sentirse portero de altura frente al Arsenal. El rival ante el cual se consagró como cancerbero en el FC Barcelona. Valdés estuvo colosal ante el conjunto de Wenger. Hizo cinco intervenciones de gran mérito y fue el tercer jugador en número de pases acertados del Middlesbrough de Aitor Karanka.

El infortunio se había cebado con Valdés en los últimos tiempos. El portero catalán fue un niño que nunca quiso ser portero y para el cual ponerse entre los tres palos era una tortura. Valiente y sin miedo a tirarse fue espantando a sus fantasmas. A él lo que de verdad le hubiera gustado es vivir en una tabla de surf cogiendo olas.

El mundillo del negocio futbolístico lo ha tratado como a un apestado a pesar de todos sus éxitos como portero, y de que llegó a estar al nivel o por encima de Casillas en estado de forma durante algunas temporadas. Lo echaron del Mónaco y han dudado de él en muchos equipos por su lesión de rodilla.

"El mundo del fútbol te hace sentirte un lisiado, la gente te deja solo. El fútbol te aparta. Tú ya te has lesionado de la rodilla y te dice: "Otro, tú ya no vales". La lesión de rodilla me hizo volver a sentir lo que es la vida sin ser futbolista. La lesión me hizo volver a la vida de dónde venimos", explicó el cancerbero en una entrevista con Marlon Becerra que merece la pena verla. https://www.youtube.com/watch?v=QxmTmlsvzEw

De la soledad y del destino trágico del portero se pueden hacer libros de psicoanálisis. De alma solitaria, Víctor Valdés es uno de sus grandes representantes y rememora como pocos a esos hombres malditos que son los porteros. Como escribió Eduardo Galeano: "Antes vestían de negro y ahora consuelan su soledad con fantasías de colores". De amarillo chillón Víctor Valdés dejó su portería a cero frente al líder de la Premier.

Valdés vuelve a la élite y nunca olvidará lo que le hizo retornar: "Me fui a recuperar a Alemania y en esos meses vivía en un hotel y tenía que coger el tranvía dos veces para ir de la clínica al hotel para descansar. Gracias a la actitud de la gente yo pasaba desapercibido en el tranvía, en la calle, cosa que no era normal en mi ciudad. Al final volvías a tocar monedas después de muchos años, a saber valorar lo que te costaba un simple billete de tranvía, a tener que pagarte un café, miles de cosas que no eras consciente siendo futbolista. Los futbolistas vivimos una vida irreal. Una vida en la que nos lo dan todo hecho y sencillo. Esa cura de humildad, de ir con las muletas y solo en el tranvía... Nunca más seré una superestrella. Ahora valoraré todo mucho más. Tu fuerza de voluntad es lo que te hace llegar. Rodilla nueva pero ahora soy como un niño con zapatos nuevo." Un niño que disfrutará del fútbol en la Premier como no lo hizo en su niñez.

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