Los cubanos de Miami esperan cambios tras la muerte de Fidel

Las celebraciones en Miami por la muerte de Fidel Castro dan paso a misas y serias reflexiones

Los cubanos de Miami esperan cambios tras la muerte de Fidel

Las celebraciones en Miami por la muerte de Fidel Castro dieron paso a misas y serias reflexiones el domingo, en el que las calles lucieron tranquilas después de los ruidosos festejos de los cubano-estadounidenses la víspera por el acontecimiento.

Un exiliado cubano, dueño de una concesionaria de autos, intentó convertir el fallecimiento del revolucionario socialista en una oferta prototípica del capitalismo: concedía descuentos de 15.000 dólares en algunos modelos.

Y en declaraciones difundidas por la radio y la televisión, los principales colaboradores del presidente electo Donald Trump anunciaron que examinarían cuidadosamente el reciente restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.

En la iglesia católica St. Brendan en Westchester, suburbio de Miami, un miembro del coro leyó una declaración del arzobispo Thomas Wenski relacionada con la muerte de Castro antes de la misa.

No hubo una mención explícita de Castro durante la ceremonia dominical. Pero durante la lectura de la Oración de los Fieles, uno de los dos sacerdotes que oficiaron la misa oró por el "fin del comunismo, en especial en Cuba y Venezuela".

"Señor, escucha nuestras oraciones", respondieron los feligreses.

Afuera de la iglesia, el cubano-estadounidense Nelson Frau, de 32 años, cuyos padres huyeron de la isla en 1962, dijo que no le sorprendió que no se mencionara el nombre de Castro.

Indicó que la declaración de Wenski reflejó el papel de la Iglesia católica en Miami como mediadora para la paz entre los cubanos de esta ciudad y los que viven en la isla.

"Me parece que la Iglesia intenta actuar como mediadora en este momento, intenta que el pueblo cubano avance en lugar de que retroceda, no sólo la comunidad en el exilio aquí, sino también el pueblo cubano en la isla", afirmó Frau, empleado en el sector de atención a clientes.

Señaló que las celebraciones en las calles de Miami por la muerte de Castro fueron una "reacción natural".

"No hay que olvidar que esta es una comunidad en el exilio que ha sufrido mucho, más de 50 años", agregó. "l es una imagen de dolor para mucha gente. La celebración no es por su muerte, sino por el fin de esta imagen de dolor y sufrimiento".

Las manifestaciones ruidosas de golpes de cacerolas, bocinazos de vehículos y banderas al vuelo fueron el domingo considerablemente menores en La Pequeña Habana y otros vecindarios cubano-estadounidenses.

Las personas degustaban tranquilamente su café en la mañana afuera del restaurante Versailles el cual había colocado letreros en español describiéndose como la "Casa de los Exiliados"_, donde se ubicaron muchas de las celebraciones a lo largo de la afamada calle Ocho.

El domingo por la tarde la gente volvió a reunirse afuera del restaurante, por lo que la policía cerró otra vez la calle mientras un grupo gritaba lemas y portaba una gran bandera cubana. Un grupo de exiliados cubanos efectuó una conferencia de prensa en el museo Bahía de Cochinos, el cual recuerda la fallida invasión de 1961 que contó con el apoyo de la CIA.

Los exiliados convocaron a una gran manifestación en la Pequeña Habana el miércoles en la tarde.

Sin embargo, Castro continuaba en la mente de muchas personas, entre ellas el exiliado Arnaldo Bomnin, de la concesionaria Bomnin Chevrolet. El empresario ofrecía descuentos de 15.000 dólares para Corvettes y varias camionetas deportivas.

Bomnin dijo que la idea del descuento surgió de una conversación que tuvo con una compañía comercializadora sobre un comunicado de prensa en el que se mencionaba la ascendencia cubana de él tras la muerte de Fidel Castro. Bomnin indicó que él estudio medicina en Cuba, pero abandonó la isla cuando se enteró que el gobierno tenía pensado ubicarlo como doctor en una unidad militar.

En 1996 llegó a Miami, donde trabajó en una granja de aguacates y vendió mariscos antes de incursionar en los bienes raíces y la venta de vehículos.

La oferta no pretende ser un ardid publicitario para vender más automóviles ni lucrar con la muerte de Castro, afirmó. Al contrario, es una forma de retribuir a la comunidad y reflejar la esperanza que los cubanos de Miami tienen ahora de que haya un gobierno democrático en la isla.

"Yo no celebro la muerte de nadie", afirmó. "Lo que estamos celebrando es que estamos un paso más cerca para que haya democracia en Cuba; estamos un paso más cerca de la libertad en Cuba, de una sociedad libre en Cuba".

La isla también fue uno de los temas principales en todos los programas noticiosos del domingo, en particular los planes de Trump sobre las relaciones de Estados Unidos con la isla socialista y si el futuro mandatario dará marcha atrás al deshielo en las relaciones que impulsó el presidente Barack Obama.

La exdirectora de campaña de Trump, Kellyanne Conway, y el próximo secretario general de la Casa Blanca, Reince Priebus, dijeron que el magnate desea garantizar que Cuba no se esté beneficiando de decisiones unilaterales que no beneficien al pueblo estadounidense ni a los cubanos que viven en la isla.

"No vamos a tener un acuerdo unilateral desde Cuba hacia Estados Unidos sin que haya algunos cambios en su gobierno", declaró Priebus al programa "Fox News Sunday".

"La represión, mercados abiertos, libertad religiosa, presos políticos... esas cosas deben cambiar para que haya unas relaciones abiertas y libres, y eso es lo que cree el presidente electo Trump", agregó.

Ambos colaboradores no abundaron en detalles. Conway dijo al programa "This Week" de la ABC que Trump no se opone rotundamente al cambio de relación con Cuba.

"Trump está abierto a investigar y, de hecho, a ajustar las relaciones con Cuba", afirmó Conway. "Sin embargo, su crítica a lo sucedido en los últimos dos años es muy simple: es que no conseguimos nada a cambio".

En Miami, el reverendo Martín Añorga, de 89 años, dijo que fue pastor en una iglesia presbiteriana en Cuba cuando tenía veintitantos años.

Añorga escapó de la isla y durante casi tres décadas fue pastor jefe en la Primera Iglesia Presbiteriana Española en Miami hasta su retiro.

Dijo que durante años participó en diversos grupos anticastristas en Miami. Sin embargo, en las ceremonias religiosas sólo hablaba de las víctimas del régimen de Castro, no de Castro como hombre.

"Durante las ceremonias no hablan de política", afirmó Anorga. "Cuando yo era pastor, solíamos orar por las víctimas de Castro en Cuba. Las personas que fueron lastimadas por Castro nunca se recuperarán. Hubo separación de familias, de parejas. Solíamos orar por esas personas".

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La periodista Tamara Lush de The Associated Press en Miami contribuyó a este despacho.

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