La Crisis dentro de la Globalización

La Crisis dentro de la Globalización

Se debe considerar que en estos cuarenta años las cosas no han salido como se lo esperaba. De hecho, ¿cuándo ha salido algo como se lo tenía planeado?, pero mientras los días continúen, lo más probable es que las consideraciones que se tienen sobre el futuro se queden al final anotadas en los cuantos acuerdos que han pasado, pasan y están por pasar. Apenas son cuarenta años, una vida que levemente se encuentra en la cúspide de su existencia, y que sin embargo, nos ha dejado marcas que se han hecho imposibles de ignorar.

No viví en esa época, los frenéticos setentas en los que Occidente se encontraba en su lucha contra el Este Comunista, y donde poco a poco desaparecía el espíritu de libertad que llevó consigo la década de los sesenta, y como olvidar el cada vez más notorio ingreso de las drogas, que si bien se parecía mucho a la crisis de los años veinte, la única solución que se les pudo ocurrir por entonces, y que prosigue, es confrontar al fuego con fuego. Pero lo que realmente fue de importante por entonces fue la noción de un mundo globalizado, y que por medio de éste, lo "seguro" era que las crisis del pasado iban a quedar atrás, y a su vez, se conseguiría que la humanidad estuviese más unida. Aunque para entonces la idea sólo se la percibía en las nubes de quienes lo concebían, la llegada de los ochenta dio el impulso para que esta idea fuese prometedora, ya que el mundo de los negocios (el compra y compra, y luego ve como pagas) estaba empezando.

Pero esto era apenas el inicio, cualquier cosa podía pasar y, como ya dije, quedarse todo en papeles y sueños que se desvanecerían. Por lo tanto se llegó a los noventa y a lo que parecía el "nuevo orden mundial" tras la caída de la Unión Soviética. Todo Occidente celebró este cambio de postura, y como no, dejaron que los cabos sueltos continuasen como tal, dando así el paso al principio del fin, porque, como ya lo he mencionado en notas anteriores, el siglo XXI dio la senda de una serie de eventos que han puesto en duda estas ideas de unidad y progreso.

La primera señal fue la crisis económica que va para su noveno año, y que por ello se vieron los levantamientos en el principal corazón económico del mundo, Wall Street, y en donde las protestas buscaban cambios al modo en que se hacían, y hacen, los negocios. Si bien se intentó, y se siguen haciendo, las responsabilidades fueron distribuidas como chivos expiatorios, y en lugar de disminuir el problema, se vio en cambio un nuevo golpe con los "Panamá Papers", dando otra muestra de la cantidad de individuos que buscan despegarse del sistema al que protegen a diestra y siniestra.

La  segunda señal fue la "Primavera Árabe", en donde muchos celebraron, como lo fue alguna vez en los noventa, que el cambio estaba cerca para esta región, y que al parecer se movilizaba como la pólvora; y así fue, Libia cayó y ahora se encuentra más dividida que nunca, otros intentos se vieron interrumpidos o ahogados antes de tiempo como en el caso de las monarquías islámicas apoyadas en Occidente y, como claro ejemplo de lo mal direccionados que se encuentran los Estados y organismos internacionales, Yemen y Siria viven todavía en sus respectivas guerras civiles.

Y la tercera señal, y que en cierta forma engloba a los otras dos, es al punto en que la corrupción se ha ido expandiendo y asimilando, porque sin importar hacia donde se mire, la corrupción se ha extendido hasta exasperar los límites de toda comprensión, dando como resultado, si es que acaso se lo puedo llamar así, una total desconfianza a este modelo político, económico y social. Sino pregúntenselo al pueblo británico o norteamericano, o a los cada vez mayores movimientos nacionalistas que vuelven a resurgir en Europa, e incluso a la cada vez más borrosa noción de lo que significa ser de izquierda o de derecha en zonas como Latinoamérica, Asia o África.

Son casi cien años del fin de la Gran Guerra, y se dio a entender que ese será el fin de todas las guerras, pero se equivocaron; han pasado setenta años desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, y con ello se quiso dar a entender que los extremismos no volverían a aparecer, y al parecer también se han equivocado; el fin del Comunismo fue catalogado como el inicio de un mundo más unido y propenso a dejar de lado las diferencias, ¿acaso hoy en día está el mundo más unido?

Pero sin importar que se diga que el mundo está mejor que hace cien años, porque eso se dice para calmar a las masas, la verdadera pregunta debe ser ¿Cuál mundo está más seguro? Las guerras salieron de Europa, pero se esparcieron por sus antiguos dominios, y eso, sin lugar a dudas, no significa que el mundo esté mejor que antes. Y para terminar Ya que muchos todavía creen que viven bajo el nombre del pasado, y otros en cambio viven encerrados por los errores que también quedaron atrás, sólo por eso, la irrechazable individualidad, nos ha conducido a dudar hasta de un mundo globalizado.

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