¿Qué pasa si...?

Tienes hijos antes de casarte, tienes un enamorado que te dobla la edad, algunas veces sales todos los fines de semana a fiestas, en ocasiones tomas bebidas alcohólicas hasta perder el conocimiento...es correcto o incorrecto, he ahí el dilema.

Todos los seres humanos tienen lo que se llama: un momento de debilidad, desenfreno, un o unos espacios dentro de los 365 días del año donde decides hacer eso que para muchos es ir contra las normas de la cordura y el equilibrio.

No diremos si es correcto o incorrecto, simplemente lo veremos como aquel momento en el que la decisión del ser humano es definitiva en su actuar.

Nadie puede decir que lo obligaron, que no sabía, que siguió al grupo etc., bueno, lo puede decir, pero en el fondo sabe que todas las consecuencias son producto de sus decisiones.

En algunos casos llega el arrepentimiento, en otros la satisfacción, para algunos fue el abrir ese mundo desconocido, mientras para otros significaría el primer encuentro con su yo interior.

¿Qué pasa si...? Todo eso que nunca te atreviste hacer lo realizas en una noche, estarás rompiendo con las normas de conductas que te inculcaron en casa, o lo puedes tomar como ese momento clave para aprender a decir NO o SI a las cosas que verdaderamente quieres hacer.

No podemos ser cerrados en absoluto y decir: NUNCA LO HARÉ, YO NO TOMO MALAS DECISIONES, cuando en la vida enfrentas situaciones diversas que te pueden poner a prueba en el momento que menos te imaginas.

Si te atreves, haces eso que nunca pensaste, y al día siguiente despiertas y te cuestionas, te darás cuenta que no pasó nada por intentar o descubrir un poco de aquellas cosas que la vida te permite compartir.

Con esto no se quiere decir, que tomar desenfrenadamente, salir todos los fines de semana de fiesta en fiesta es lo más adecuado para algunas personas, pero finalmente se respeta para los que adopten ese estilo de vida.

No debe importar el qué dirán, debe importar que las decisiones que tomes en la vida sea racionales y sin perjudicar a otros, simplemente eres dueño o dueña de tus actos, y lo que hagas debes hacerlo convencido de ello, nunca por presión. Cuando aprender de ello esa pregunta que alguna vez todos se la hicieron ¿Qué pasa si...? Será menos frecuente en tu vocabulario.

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