Tras muchos años de búsqueda, Samuel Umtiti se empieza a consolidar como el central que necesitaba el Barcelona desde la marcha de Carles Puyol. Incluso sus compañeros de vestuario han bromeado con un montaje en que le caracterizaban como al excapitán azulgrana.

El defensa de origen camerunés suma un 89% de victorias con el FC Barcelona y es el único jugador de la plantilla con más del 80% esta temporada.  Su buen hacer como central saca de quicio a delanteros. En la Copa ha sufrido dos agresiones flagrantes sin castigo por parte de William José y Aduriz.

De físico prominente y con una exuberancia terrorífica, la jerarquía de Umtiti en el eje de la zaga impone, y más que la ejerza en tan poco tiempo y en un lugar tan complicado para los centrales como el Camp Nou en el que es un pecado dar un pelotazo. Por ese puesto pasaron con más pena que gloria grandes inversiones de futbolistas como Cáceres (16,5 millones), Henrique (10), Chigrinski (25), Vermaelen (20) o Mathieu (20), que sumadas son casi 100 millones y han jugado reconvertidos Song, Abidal, Adriano o Mascherano.

Para testear el trabajo de Umtiti, de 23 años, como defensa culé podemos seguir el buen criterio de Óscar Cano, que ha compendiado el juego de posición en 'El modelo de juego del FC Barcelona'. En esta obra se explican las tareas que han de realizar los centrales para desarrollar el estilo azulgrana:

En la organización defensiva:

  1. Como integrante del bloque retrasado, controlar receptores alejados, evitando ser superados y movilizados.
  2. Detener el juego en caso de desequilibrios.
  3. En caso de recepción por parte de atacantes y existir posibilidad de contraataque, retroceder evitando las penetraciones por detrás de la línea hasta distancia eficaz de lanzamiento, permitiendo relaciones sobre pasillos laterales.
  4. Controlar a oponentes que manifiestan desmarques de finalización.

En defensa organizada:

  1. Basculación evitando intervalos en anchura y profundidad respecto a compañeros colindantes.
  2. Acosar en circulación a oponente directo que se desmarca en posesión. Si recibe evitar que se gire. Posibilidad en estas circunstancias de Defensa del Pase y Va.
  3. Control a distancia del oponente si nuestra ubicación es alejada respecto a poseedor del balón. Evitar desmarques de penetración y movilizaciones.
  4. Evitar relaciones sobre atacantes situados en el interior del área como oponente directo del poseedor.
  5. Controlar a oponente dentro del área ante posibilidad inminente de envío.

Durante el contraataque:

  1. Relacionarse sobre compañeros mejor ubicados para dirección del contraataque.
  2. Avanzar, siempre que se aseguren las posibilidades de progresión, para aproximar al equipo, facilitando así próximo proceso en ataque organizado u organización defensiva.

En ataque organizado:

  1. Ubicarse en anchura para circulación de balón.
  2. Valorar el riesgo en cada intervención.
  3. Seleccionar rápidamente (no precipitado) pase adecuado.
  4. Superar con las relaciones líneas de fuerza.
  5. Cambiar sentido de la circulación permanentemente.
  6. Posibilidad de desplazamiento específico de balón ante ausencia de oposición directa.
  7. Relacionarse sobre desmarques de posesión y penetración de jugadores más adelantados.
  8. Desmarques de posesión por detrás de la línea del balón para garantizar continuidad a través del cambio en el sentido de la circulación.
  9. Circulación equilibrada para aproximar al equipo y facilitar ciclo de juego.

En este contexto de juego, a pesar de los grandes matices que separan al equipo de Guardiola y el de Luis Enrique, el central zurdo galo es ya clave. Umtiti el futbolista del equipo con más precisión en el pase (92.1%), por delante de Busquets o Piqué (90%) y en Liga cuenta sus partidos por victorias (10). El equipo ha sumado con el central francés 30 de 30 puntos posibles y sin él suma 11 puntos de 27 posibles.

Aunque llegó por sorpresa y sin ser muy conocido, desde la discreción iguala o supera el nivel Laporte o Marquinhos, que sonaron para el conjunto de Luis Enrique. Él mismo se describe como un jugador "calmado, discreto y trabajador". Es de esa casta escasísima de jugadores que, citando al futbolero y cantante Bob Marley, no vive para que su presencia se note sino para su ausencia se sienta.

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