Vi un partido de los más pequeños del Barça y quedé impactadoJoachim Löw

La EscolaFCB nació hace más de un decenio para iniciar en el Idioma Barça a los niños con más dominio del balón de los alrededores de Cataluña y del mundo.

Más tarde, el seleccionador de Alemania, Joachim Löw, explicó antes de proclamarse campeón del mundo su fascinación y fijación por la escuela azulgrana: "Vi un partido de los más pequeños del Barça y quedé impactado. Lo nunca visto. Fue la recreación del Barça grande. Juego estructurado, veloz y sin balón. Pequeños Xavis y Messis. Aún nos queda trecho para aprender", argumentó.

Desde la llegada de Rosell y Bartomeu, la Masía ha pasado a un segundo plano en el ámbito futbolístico. A pesar de ello, la junta directiva vio un capital simbólico extraordinario para obtener beneficios económicos explotando y vendiendo esa imagen a través del marketing. Sin embargo, la Masía y las secciones deportivas dejaron de ser principales predilecciones dentro del club y el interés fundamental pasó a ser el lucro. Cuanto más turbio, mejor.

El Barcelona se transformó en un centro de negocios opacos. Como se explica en el libro FIFA MAFIA en 2011 se eliminó la sección de béisbol del club, que contaba con setenta años de antigüedad y se apostó por el fútbol playa. No fue casualidad. Una de las empresas de Rosell (Ailanto) estaba ligada junto a la Federación Brasileña de Fútbol Playa y su socio Teixeira dirigía la comisión de fútbol playa en la FIFA. 

A la vez que se iban sumando casos y más casos de corrupción, el Barcelona dejó aparcada La Masía. Se echó a Albert Benaiges, uno de los gurús de la cantera azulgrana. El estilo de juego se fue erosionando y la gestión de la Masía degradando. Se desprendieron de Thiago, el sustituto ideal para Xavi, si se sabía conciliar con el exceso de adornos, la incompleta disciplina posicional y las lesiones a sus solo 22 años.

En la actualidad es el futbolista con más pases de toda Europa con el Bayern de Múnich. Se marchó por la mitad de lo que ha costado André Gomes. Pero él no tenía de representante a Jorge Mendes...

El Triplete de 2015 y el Doblete de 2016 opacaron las corrosivas tendencias de un Barcelona florentinizado, cada vez más apegado a las comisiones de los palcos y distanciado del modelo de juego y de la cantera. El PSG de Unai Emery desnudó al Barça. Di María con menos de 20 toques de balón desarboló a la defensa azulgrana, Draxler hizo otro destrozo, y Rabiot y Verratti se mostraron impecables en la medular.

La directiva y su prensa afín responsabilizaron a Zubizarreta el primer año y ahora harán lo mismo con Luis Enrique si no se produce un milagro en el partido de vuelta al toque de corneta entre Iniesta y el tridente. Bartomeu es un Florentino en miniatura. 

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