EEUU: Demanda pide frenar uso de trampas de cianuro

EEUU: Ambientalistas entablan demanda para frenar el uso de dos venenos para matar depredadores

EEUU: Demanda pide frenar uso de trampas de cianuro

Grupos ambientalistas y de bienestar animal interpusieron el martes una demanda en la que acusan que el gobierno viola la Ley de Especies Amenazadas al permitir que empleados federales en el oeste del país utilicen dos venenos para matar depredadores y proteger al ganado.

La demanda presentada por el Centro de Diversidad Biológica y otros grupos ante una corte federal de Montana, busca la prohibición inmediata de los venenos en zonas en las que podrían afectar a especies federalmente protegidas, como el oso grizzly y el lince canadiense.

Uno de los dispositivos, de nombre M-44, parece un aspersor de riego, pero cuando los depredadores atraídos por una carnada activan un resorte, el objeto esparce cianuro.

Un muchacho de Idaho de 14 años resultó lesionado el mes pasado cuando, junto a su perro, revisó uno de los dispositivos en un terreno federal cerca de su casa ubicada a las afueras de la localidad de Pocatello. El perro falleció.

"Las bombas de cianuro son asesinos indiscriminados", dijo Collette Adkins, abogada y bióloga en el Centro para la Diversidad Biológica, con sede en Tucson, Arizona. "Es necesario prohibir estos peligrosos pesticidas, pero hasta que esto ocurra, no deberían ser utilizados en lugares en donde puedan afectar a personas, mascotas o vida silvestre en peligro de extinción".

En la demanda se acusa al secretario del Interior y al Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre. El Departamento de Justicia, que defiende al gobierno en caso de demandas, no respondió por el momento a mensajes telefónicos y por correo electrónico en busca de comentario.

Los M-44 se plantan para matar coyotes y otros depredadores de ganado. En 2016 mataron a unos 12.500 coyotes, la mayoría de ellos en estados del oeste de Estados Unidos. En una petición realizada la semana pasada, otros grupos de ambientalistas señalaron que durante los últimos 20 años los dispositivos han matado a cerca de 40 perros y provocado lesiones a un puñado de personas.

El otro veneno nombrado en la demanda es un pesticida de nombre Compuesto 1080, que se utiliza en collares alrededor del ganado y es ingerido por los depredadores que atacan.

La demanda dice que los collares pueden matar a carroñeros, además de que pueden zafarse o pincharse, lo que permite que el veneno quede regado en la naturaleza.

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