Caso Odebrecht cobra otra víctima política, ahora en Ecuador

Caso Odebrecht cobra otra víctima política, ahora en Ecuador
Manifestantes sostienen fotos del expresidente Rafael Correa y el actual vicepresidente Jorge Glas afuera de la Corte Suprema en Quito, Ecuador, el lunes 2 de octubre de 2017. La Corte ha ordenado prisión preventiva para Glas para ser investigado por corrupción en relación a la empresa brasileña Odebrecht. (AP Foto/Dolores Ochoa)

QUITO (AP) Los escándalos de corrupción que han vinculado a políticos de diversas nacionalidades con la empresa brasileña Odebrecht han cobrado una nueva víctima: el vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, hasta hace unos meses intocable bajo el cobijo del expresidente Rafael Correa, pero que ahora ha pasado su primera noche en prisión.

Glas se entregó a la policía el lunes para cumplir una orden de la Corte Nacional de Justicia, que dispuso prisión preventiva mientras adelanta el caso judicial en el que también están involucrados un excontralor, un tío de Glas, dos exministros y expresidentes de la empresa estatal Petroecuador, entre otros de los 17 implicados.

El vicepresidente pasó su primera noche de encierro en una pequeña cárcel del norte capitalino reservada a personas que no son presos comunes. En la mañana empezó a recibir visitas de sus allegados, el primero de ellos su hermano Heriberto. La vicepresidencia informó que Glas pidió vacaciones de dos meses, paralelamente a la prisión preventiva.

Las revelaciones de los delatores de Odebrecht lograron poner contra las cuerdas a poderosos políticos de varios países de la región, como Brasil y Perú, y envió a varios de ellos tras las rejas.

A pesar de su situación legal, Glas sigue como vicepresidente porque la ley en Ecuador dispone que ese cargo queda vacante por renuncia, luego de tres meses de abandono o por decisión de las tres cuartas partes de los miembros de la Asamblea después de un juicio político, donde el partido de gobierno tiene mayoría con 74 miembros del total de 137 legisladores.

El analista político, Ramiro Aguilar, dijo a The Associated Press que una solución digna para la situación sería que la Asamblea el enjuicie políticamente y que le saque del cargo para dar gobernabilidad al país, pero ese organismo está dominado por legisladores de Alianza País y eso parece es improbable.

Aguilar agregó que el mayor problema potencial de Glas no es la cárcel, sino evitar su tío revele información que lo perjudique. l sabe todo, a dónde fue la plata, quién tiene la plata, a quien repartió la plata, dijo. Lo mejor que le podría pasar al tío es volverse delator mediante un acuerdo con la fiscalía, buscando una pena menor y que no le metan en un cárcel común. La fiscalía sospecha que Rivera era el nexo entre los contratistas y el vicepresidente y otros altos funcionarios de estado.

Mientras tanto, el Lenín Moreno podría encargar las funciones de la vicepresidente no el cargo a uno de sus ministros.

El procesamiento y detención de un alto funcionario público hubiese sido impensable durante el gobierno de Correa (2007-2017), quien gobernó este país con mano de hierro que a menudo rayaba en el autoritarismo. Sus funcionarios, por ejemplo, eran intocables.

Durante la gestión de Correa, Glas ocupó dos ministerios. Por cuatro años, y hasta mayo pasado, fue vicepresidente, cargo para el que fue reelecto junto a Moreno, pero cayó en desgracia a inicios de agosto tras revelaciones de un delator de Odebrecht que lo identificó como parte de la millonaria red de corrupción.

El analista político, Santiago Basabe, dijo a la AP que más allá de las acusaciones a Glas, de asociación ilícita, es un delito menor, cuyo proceso judicial puede tardar muchos años por la dinámica del proceso judicial en Ecuador, pero falta investigar y descubrir otros delitos de corrupción más grandes que se generaron en el anterior gobierno.

Correa, quien ahora vive Bélgica, escribió en su cuenta de Twitter: Un hombre honesto ha perdido su libertad (Glas). ¡Que tiemble el mundo!. Nuestro vicepresidente, ejemplo de hombría de bien y dignidad. ¡Basta de la judicialización de la política!.

Odebrecht reconoció la entrega de 33.5 millones de dólares en coimas a funcionarios públicos ecuatorianos a cambio de la concesión de grandes obras de infraestructura, producto de lo cual se ha destapado el mayor escándalo de corrupción de la historia contemporánea.

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