Lucha interna podría frustrar campaña separatista catalana

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Lucha interna podría frustrar campaña separatista catalana
Manifestantes independentistas muestran una estelada, o bandera independentista catalana, durante una marcha a favor de la secesión de la región española de Cataluña, en el norte de España, el jueves 12 de octubre de 2017. (AP Foto/Álvaro Barrientos)

BARCELONA (AP) El movimiento separatista catalán corría el riesgo de desintegrarse a causa de las crecientes luchas internas por la estrategia adecuada para culminar el viejo deseo de que la región próspera se separe de España y se convierta en un Estado independiente.

Los separatistas radicales, que quieren que la próspera comunidad autónoma de 7,5 millones de habitantes se separe de España, presionan por una declaración definitiva de independencia en los próximos días. Los moderados todavía esperan iniciar negociaciones con las autoridades centrales españolas, que insisten en que fue ilegal el controvertido referéndum en el que se basaría tal declaración de independencia.

Las divisiones se ampliaron el sábado, cuando el partido de ultraizquierda CUP, socio de la coalición que gobierna en Cataluña, exigió que el presidente del gobierno regional _la Generalitat catalana_, Carles Puigdemont, afirme de manera inequívoca de la independencia catalana antes del lunes, el plazo fijado por el gobierno central español.

Si Puigdemont no cumple, El CUP podría retirar su apoyo a la coalición gobernante en el Parlamento regional catalán, dijo su portavoz, Nuria Gibert. Una medida de este tipo probablemente derribaría al gobierno de Puigdemont y obligaría a convocar a elecciones.

"Hasta que no la haya (una declaración de independencia), no vemos ningún sentido en continuar la actividad parlamentaria normal", agregó Gibert.

El CUP le había dado a Puigdemont un mes para intentar conversaciones con el gobierno español, pero el presidente de la Generalitat catalana decepcionó al partido y a los grupos de base del movimiento secesionista el martes pasado, cuando vaciló en hacer una declaración de independencia ante el Parlamento regional.

En cambio, Puigdemont pidió a los legisladores separatistas que retrasaran la declaración directa de independencia durante "unas semanas" para dar más tiempo al diálogo con el gobierno central en Madrid.

Gibert dijo que la posición ambigua de Puigdemont solo crea confusión.

Mientras el CUP aumentaba la presión sobre Puigdemont, el principal aliado del presidente regional apeló a los secesionistas a dejar de discutir y apoyar a su líder.

"Debemos mantener la unidad necesaria para recorrer todo el camino en esta senda hacia una república", dijo el vicepresidente regional de Cataluña, Oriol Junqueras, también líder del partido Esquerra Republicana de Catalunya.

Junqueras pronunció su mensaje a 200 miembros de su partido en su sede en Barcelona. El partido forma parte de una coalición de gobierno con los conservadores de Puigdemont en el Parlamento regional de Cataluña y su lealtad es crítica para el impulso secesionista.

Junqueras dijo que la mejor manera de avanzar era que los secesionistas mostraran al mundo quiénes son los que quieren ofrecer diálogo y quiénes lo rechazan.

El gobierno conservador de España, encabezado por el presidente de gobierno Mariano Rajoy, también está presionando a Puigdemont. Le dio el lunes como plazo para que aclare su posición sobre la independencia, así como un ultimátum para que se ajuste a las leyes españolas antes del 19 de octubre o se enfrente a la pérdida de algunos o todos los poderes autónomos de la región.

Además de estar políticamente entre la espada y la pared, Puigdemont se enfrenta a un éxodo de bancos y empresas que han estado trasladando sus sedes de Cataluña a otras partes de España por temor de que, en caso de secesión, se queden fuera del mercado común de la Unión Europea.

El gobierno español también ha advertido que la crisis constitucional en Cataluña ya está perjudicando a la economía.

Puigdemont afirmó que tiene un mandato para la secesión después de que el voto por el "Sí" a la independencia ganó un referéndum el 1 de octubre. Esa consulta fue suspendida por la Corte Suprema de España tras considerar que fue inconstitucional. Solo el 43% de los votantes elegibles emitieron su voto en medio de una fuerte represión de la policía española. Los partidos en contra de la secesión boicotearon el referéndum.

Las encuestas muestran que la mitad de los 7,5 millones de habitantes de Cataluña no quieren separarse de España. Las fuerzas a favor de la unión han realizado grandes concentraciones en Barcelona esta semana.

La Unión Europea apoya una España unida y ningún gobierno extranjero apoya a los separatistas catalanes.

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