Cárceles con pabellones para veteranos de guerra en EEUU
ALBANY, Nueva York, EE.UU. (AP) Los veteranos de combate que juegan a las cartas en la cárcel del condado de Albany lucen los mismos uniformes anaranjados que el resto de los reclusos, con la palabra INMATE (reo) impresa en sus pantalones. Pero reciben un servicio con el que no cuentan los demás: tienen un pabellón especial en el que lidian con problemas comunes en la mayoría de ellos, como adicciones y estrés postraumático asociado con sus servicios en las fuerzas armadas.
No estamos solos con nuestros pensamientos todo el día, dijo James Gibson, de 31 años y quien sirvió en la Armada, preso durante 60 días por desacato en un juzgado. Todos los que estamos aquí servimos. Tenemos al menos eso en común.
Estos pabellones para veteranos de guerra son cada vez más comunes en las prisiones de Estados Unidos, donde el sistema judicial está poniendo creciente énfasis en ayudar a los ex soldados. Hay muchas probabilidades de que los veteranos presos sufran trastornos mentales, sobre todo estrés postraumático, según datos de la Oficina de Estadísticas del Buró de Justicia.
A nivel nacional, los veteranos representan el 8% de la población carcelaria y hay al menos 86 cárceles y centros de detención que les ofrecen servicios especiales, de acuerdo con estadísticas del gobierno. Muchos de esos programas fueron instaurados en los últimos cinco años.
En algunos de los dormitorios de media docena de prisiones de la Florida se iza la bandera todos los días y se hacen formaciones, como en los cuarteles militares. Otros, como el de Albany, tratan de evitar la asociación con el servicio militar. En San Francisco se ofrecen clases de yoga y meditación y se trabaja con un centro de tratamiento de veteranos local. Pero el objetivo común es crear un espíritu de cuerpo y un espacio seguro en el que los veteranos puedan hacer frente a sus problemas y reincorporarse a la sociedad.
Roberto James Davis, de 62 años y quien sirvió en el ejército, dijo que una estadía de dos meses en un centro de detención para veteranos en San Bruno, cerca de San Francisco, en el 2016 lo ayudó a cambiar su perspectiva de las cosas tras décadas de arrestos y abuso de sustancias. Ahora tiene un trabajo estable como camionero.
Esta vez empecé a escuchar a los demás, expresó. Estaba decidido a que, si me daban otra oportunidad, la iba a aprovechar al máximo, y lo estoy haciendo.
El área común del pabellón para veteranos de Albany es un sitio espartano, flanqueado por dos pisos de celdas individuales, que recientemente albergó a una docena de hombres que sirvieron en distintas ramas de las fuerzas armadas y en distintas épocas, algunos incluso en la guerra de Vietnam.
El área tiene todo el aspecto de un penal, a pesar de algunos emblemas militares en una pared. La diferencia con el resto de la cárcel es que los veteranos reciben tratamiento intensivo y ayuda de la agrupación sin fines de lucro Soldier On.
Una reciente mañana, diez individuos se sentaron en mesas e hicieron dibujos de lo que estuvieron haciendo en los últimos años. El ejercicio los ayudó a reflexionar sobre las decisiones que tomaron y que los llevaron a la cárcel.
Tuve muchas conversaciones buenas con algunos de los muchachos, indicó Wesley Merriwether, de 23 años, durante una sesión en grupo una mañana reciente. Soy joven y no puedo dar muchos consejos, solo puedo decirte que debes mantener la cabeza en alto.
Enviamos a todos estos jóvenes al exterior y cuando regresan muchos de ellos tienen estrés postraumático, problemas de violencia doméstica, de drogas, dijo el sheriff del condado de Albany Craig Apple, que abrió el pabellón para veteranos hace más de tres años. Creo que pudimos haberlos tratado mejor o haber hecho algo por ellos.
Apple dijo que solo el 6% de los 331 veteranos que participaron en el programa de Albany volvieron a la cárcel, lo que es un porcentaje bajísimo comparado con el promedio general, que está por encima del 40%.
Ayuda el hecho de que Soldier On ofrece servicios para cuando los reos recuperan la libertad, incluso vivienda.
Cuando Tommy Hartman fue liberado tras cumplir una sentencia a 90 días el año pasado en Albany, tenía un lugar adónde ir. Se alojó en una residencia temporal de Soldier On en Leeds, Massachusetts.
También consiguió un trabajo con Soldier On.
Me prepararon para salir adelante cuando recuperase la libertad, comentó. En lugar de sentarme por ahí, jugar a las cartas, ver televisión y hacer ejercicios, estaba haciendo cosas positivas para cuando me reincorporase a la sociedad.