¡En Contacto Contigo! fue un programa creado luego del festival homónimo presentado en 2012 por la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM (CDC), entonces dirigida por la Dra. María Teresa Uriarte y a cargo de Imelda Martorell, con la premisa de que la cultura impacta en la vida académica de los estudiantes. La finalidad era sencilla: Ofrecer a los alumnos de la Máxima Casa de Estudios la posibilidad de asistir sin costo a las actividades culturales que esta ofrece en sus recintos.

Quienes convivimos con él desde su nacimiento (en 2013) conocemos a fondo la calidez que lo caracteriza, la pasión con que el equipo trabaja día con día para ofrecernos la mayor cantidad de actividades y todos los boletos posibles, que poco a poco parecían insuficientes ante el inevitable crecimiento de la popularidad del programa entre la Comunidad Universitaria. Año con año se dio continuidad al Festival del programa que, desde 2017 con la entrada de Jorge Volpi a la CDC, cambió su nombre a Comunidad Cultura UNAM -o, como le gusta llamarle a la firma responsable de sus redes sociales AB Comunicación, "C_CulturaUNAM"- y esta pareció verse sustituida por los múltiples eventos que aparecieron desde el inicio de la nueva Coordinación como Vértice, Música contra el Olvido, El Aleph. Festival de ciencia y arte o IM?PULSO.

Desde los inicios de este programa, los alumnos fuimos llamados al buen uso de las cortesías que la Universidad otorgaba. Sin embargo, este fin de semana tuve una desagradable sorpresa al encontrar a dos presuntos alumnos vendiendo los boletos para OFUNAM que habían obtenido mediante la plataforma como se leía en el tipo de precio del boleto con el código "CORT_CONTACTO". No puedo describir lo indignante de escuchar a dos muchachitos diciendo "Nos sobraron boletos y pues te los vendemos. Dame $100 por cada uno, de verdad no son falsos ni nada", al más puro estilo de los revendedores de estadio de fútbol y luego huir corriendo de la Sala Nezahualcóyotl al ser confrontados (habiéndo tomado el dinero producto de su fechoría), argumentando a manera de excusa un verdadero absurdo: "es que a mi me los vendieron en la mesa" refiriéndose al lugar donde se entregan las cortesías del programa.

Tal situación me llevó -luego de reportarlos con personal de la Sala que en seguida comenzó a buscar soluciones- a comentarlo en Twitter (porque millenial) con la cuenta oficial del programa, administrada como dije antes por AB Comunicación. La respuesta me pareció poco menos que absurda y defensiva: "Hola @_mrclopez. Gracias por tu comentario. Suponemos que si afirmas que están inscritos a C_CulturaUNAM es porque los conoces (las cortesías no se entregan sólo a través del programa) ¿Nos envías un correo diciéndonos quiénes son para que podamos tomar medidas?".

Naturalmente, quienes no sólo llevamos años conviviendo con el programa (al que me refiero así luego de que me reviraran que ¡En Contacto Contigo! y Comunidad Cultura UNAM "no son lo mismo" en un claro desconocimiento de él) sino también con la Sala Nezahualcóyotl y su boletaje, y que además somos curiosos y hemos leído el boleto, sabemos perfectamente que, efectivamente, hay varias instancias que entregan cortesías y que cada una tiene un tipo de código, en este caso "CORT_CONTACTO". Se los pregunté a ellos, y francamente no supe si reír o llorar cuando respondieron un "Te reiteramos la invitación para que a través del correo [email protected] presentes las pruebas de reventa que has recabado este día". ¿En serio creen que uno de los primeros alumnos reconocidos en ese programa por sus constantes asistencias a eventos culturales va a mentirles acerca de algo que resulta indignante no sólo para quienes disfrutamos el programa, sino para todos los que amamos la cultura y su difusión? ¿Por qué pareció molestarles algo que evidenciaba un mal uso no de parte de Comunidad Cultura UNAM, sino de supuestos alumnos que se encuentran en ese supuesto al haber tenido en su poder boletos que rezaban "CORT_CONTACTO"?

No puedo creer que se vea una situación así con tanta chabacanería. Incluso hubo quien argumentó "muchos estudiantes son de escasos recursos y por eso lo hacen". ¿De verdad nos parece ese un pretexto para lucrar con los beneficios de la Universidad? Y lo que es peor, ¿de verdad quienes manejan las redes sociales del Programa defienden a este tipo de personas con un "si afirmas que están inscritos es porque los conoces", como diciendo que miento intentando hacer ver mal a unos muchachitos a quienes, según entiendo por sus respuestas, "no les puedo probar que vendieron las cortesías" siendo que las tuve en las manos y vi el código? Porque todavía se dieron el lujo de responderme que «los (boletos) que no tienen costo, sean para el programa o para cualquier otra dependencia o persona dicen simplemente "cortesía"» que, además, es falso. No es posible que una firma así tenga en sus manos una cuenta Universitaria que, se supone, también da soporte a los beneficiarios. Ojalá regresara a manos de Ana López Portillo, quien fue la primera en dar atención al público y nos trataba con un afecto digno de un programa con el nombre que ocupaba originalmente (y que, con estas contestaciones, les hubiera quedado grandísimo en esta ocasión).

Queridos AB Comunicación: Ni mi tuit ni las respuestas buscan desprestigiar a un programa que se construyó con tanto esfuerzo y que me dio tantas satisfacciones como beneficiario y colaborador por 5 años consecutivos en los Festivales. Respuestas como la suya crean en este tipo de personas (por no llamarlos "delincuentes juveniles") una franca sensación de inmunidad a través de "si y sólo si los conoces puedes asegurar que los boletos que tenían son del programa", además de demostrar que no tienen idea de qué programa publicitan en redes sociales. ¿En serio no conocen el código de los boletos que Comunidad Cultura UNAM entrega? ¿Tampoco sabían que el programa se llamó originalmente ¡En Contacto Contigo!? Porque eso dieron a entender. No sólo me indignó ver a esos aprovechados sacando desmerecida ventaja sobre un beneficio universitario que jamás debe ser usado con fines de lucro dada la nobleza de su origen, sino que intentaran hacerme ver como mentiroso ante el desconocimiento pleno que demostraron con sus respuestas en un tema que nos tenía severamente molestos a todos los que lo presenciamos en el vestíbulo de la Nezahualcóyotl.

La reventa y mal uso de programas universitarios no representa a la UNAM ni a sus valores. Esa no es la ética de un Universitario, que debe regirse y distingirse por los más altos principios de honestidad, honorabilidad y responsabilidad y la respuesta de AB parece abrir la puerta a romper reglas o aprovecharnos de las buenas intenciones en total impunidad, lastre que ha arrastrado nuestra sociedad por mucho tiempo y que nos empeñamos en destruír con educación quienes hemos sido parte de la Comunidad UNAM.

No, amigos universitarios. Comunidad Cultura UNAM no es un negocio ni una plataforma que deba usarse con la finalidad de obtener beneficios económicos.

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