América Latina entre lo posible y lo deseado: Petro en Colombia y AMLO en México

América Latina entre lo posible y lo deseado: Petro en Colombia y AMLO en México
América XXI

Después del aplastante triunfo electoral en segunda vuelta del candidato oficialista, Carlos Alvarado sobre su adversario, el conservador, Fabricio Alvarado en Costa Rica, el tema de la efectividad de las encuestas vuelve a quedar en entredicho. Los sondeos previos a la justa electoral ubicaban a los Alvarado casi en empate técnico, incluso, se llegó a decir, que un solo voto podría definir la jornada electoral dada el estrecho margen en la intención de votos entre ambos. Al final no fue así, don Carlos Alvarado ganó el solio presidencial con casi 35 puntos por arriba de don Fabricio. Envidiable sin duda la democracia Tica. Ahora, los próximos escenarios electorales en América Latina nos ubican en Colombia y México. 

En Colombia, Gustavo Petro Urrego, el economista de izquierda, cuyo movimiento político "Colombia Humana" se ubica como uno de los favoritos en las elecciones presidenciales (esto según las encuestas locales), ha despertado dudas acerca de su compromiso con la democracia dado su silencio en temas de política exterior como el de la dictadura chavista de Venezuela a la cual no ha querido repudiar. En México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), Politólogo y Escritor, el candidato recurrente primero del PRD, luego de MORENA y ahora de la alianza "Juntos haremos historia" autoproclamado de izquierda y con un discurso populista e irracional, se perfila también según (las encuestas locales), como posible ganador de Los Pinos en México.

Una coincidencia interesante entre ambos candidatos es que tanto Petro en Colombia fue Alcalde de Bogotá y AMLO fue jefe de Gobierno en la ciudad de México. Uno y otro salieron con buenas calificaciones y sin escándalos de corrupción tras concluir su mandato, hasta aquí todo bien. Pero no es lo mismo gobernar una capital que a una nación completa, este último ejercicio exige no sólo la honradez que ambos candidatos pueden ofrecer, se requiere sobre todo, el talento para unir, para generar riquezas a partir de un inquebrantable compromiso con la Justicia Social, la libertad y la democracia. Colombia como México son naciones con enormes problemas de seguridad ciudadana, pobreza en el campo y altos índices de violencia armada.

Si agregamos a estos elementos, el paternalismo y la demagogia de una izquierda que sueña combatir la desigualdad social haciendo más desiguales entre sí a sus ciudadanos, entonces podemos ver en el espejo de Venezuela el posible resultado. Se percibe en los mensajes de Petro y AMLO un sabor agridulce a resentimiento, deseo de castigar a los que les han hecho más complicada su carrera política a lo largo de los años. Para los que hemos vivido experiencias parecidas en otras geografías de esta América Latina con gobiernos autoproclamados de izquierda, sabemos que lo primero que hacen al llegar al poder los populistas es declarar enemigos del pueblo a quienes critiquen su gestión y a los generadores de riquezas (Iniciativa Privada), luego, se hacen del control de los medios y modos de producción.

Aunque es válido destacar que en Nicaragua, el dictador Daniel Ortega diseñó su propio modelo económico, él se llama de izquierda pero a decir verdad su régimen fascista ha corrompido a gran parte de la clase política autoproclamada "opositora" y a un sector del empresariado al que se le ha premiado con exenciones fiscales y "generosas oportunidades de inversión" dando paso a un binomio perjudicial para la institucionalidad y la democracia del país, en donde el poder político y económico conviven en una suerte de luna de miel eterna dejando sin efecto los más elementales derechos de la ciudadanía y muy particularmente del campesinado y la clase trabajadora. También ese modelo atroz puede resultar de ambos aspirantes, ojalá y no.

Colombia y México tienen este año un compromiso irrenunciable con el futuro de sus pueblos y de América Latina en general, a las urnas hay que llegar con esperanzas no con odio, con visión de futuro no con resabios del pasado. Los populistas jamás podrán generar nada bueno, la retórica izquierdista es solo eso (palabrerío) se requiere de hombres y mujeres calificados en las asignaturas del entendimiento, de la inclusión, de la política sana a la que aún hoy es posible aspirar viendo el ejemplo de José "Pepe" Mujica, tragedias, ya tenemos muchas, en este lado del planeta, Nicolás Maduro, Evo Morales, Daniel Ortega, y Raúl Castro, solo para citar a algunos, seguro estamos que no nos hacen falta ni Petro ni AMLO en este feo cuento de los populistas en el poder, no. 
 
   

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