Muy lejos de ser un lamento victimizador o una sistemática queja de la conductividad del otro, en la liberalidad de la "autonomía", el ejercicio individual y la búsqueda continua de la consecución de la tal plenitud personal; teorizando incansable y de manera circundante en un vacío de conceptos construidos sobre las vivencias propias, los momentos ambiguos, cotidianos y aún más habituales de lo que cualquiera  quiera admitir, se hace necesario reseñar detalles aparentemente inofensivos para unos, no obstante, peligrosos, agresivos y hasta violentos para otros.

En una era donde la libertad es asumida como un factor propio de cada uno, ciñéndose paradójicamente en una celda delimitante de auto señalamiento y carente de cualquier posibilidad de pretender e instar a sus pares respecto de una corresponsabilidad y/o reciprocidad inherente y nata al ser y pertenecer a un mundo indudablemente conectado, mutual y tangente.

Toda esta parafernalia académicamente verborreíca es sinceramente introductoria al propósito de exhibir algunos de estos patrones tácticos, o sea, para boletear a tanto pelafustán pseudo libertario, lengüi flojo, simulado y tibio de por ahí, con la que una se encuentra y lastimosamente se relaciona.

Esos con los que todas nos hemos tropezado y cuando de vez en vez nos cagan el alma, nos comemos toda la mierda solas y calladas, nos damos látigo y entramos en cierta autoconmiseración al culparnos cuales mártires de la incapacidad de la otra persona a valorar la compañía libre y voluntaria.

Ya entradas en gastos y hablando puramente de lo sexual, queridos compañeros heterogéneos y sexo-cariñosos, cuando hay un vínculo "sin compromiso social", no es necesario que nos estén participando constantemente de sus "planes amatorios" a detalle con otras personas, mucho menos acabando de coger con unx, es de mala educación, es humillante, es indigno.

No es imperioso machacarnos con comentarios sobre sus demás "víctimas" que nos estamos revolcando por el mero gusto de darnos placer sin necesidad de desplegar algún título social. Para ser clara, el hecho de no acordar exclusividad sexual, no significa anular el valor de la presencia compañera, entonces bien, no nos hagan sentir que somos su "polvo fijo" al que no hay que invertirle, ni esforzarse por conseguirlo. El que uno se come cuando no hay más.

Existen códigos indecibles y altamente poderosos, tener que explicarlos, siquiera insinuarlos es desgastante, frustrante, denigrante, incómodo y molesto. Es obligarse a enseñar algo que cada uno tiene que aprender desde su casa, que debe asimilar desde la dinámica de la coincidencia y aunque, suene algo elaborado, realmente es muy simple. Se trata de apreciar la existencia del otro y por qué no, de agradecer su elección por uno.

Amantes, amigxs, compañerxs, fuck friend, fuck body, arrocito en bajo, amigxs con derechos, amigxs que se comen-se cogen-se follan, solo es pa eso, amor contingente, etc  (póngale el nombre o la etiqueta que aplique para el caso), el mero intento por desprenderse de cualquier institucionalidad emocional es un acto loable y altamente valiente como para que en lugar de que nos aplasten los estereotipos socialmente producidos, ahora nos vengan a reducir las relaciones sexo-afectivas no convencionales.

En síntesis, no sea tan malparido de chatear con sus demás amantes mientras está en plan arrunche con alguien (menos escuchar en altavoz los audios); no esté contando sus peripecias sexuales activas y menos si se conocen entre ellxs; es miserable querer convertir en chascarrillo los desplantes y molestias causadas; de por Dios, no confunda honestidad con descaro.

Básicamente entienda e interiorice que ser libre no es hacer lo que le dé la gana, pasando por encima de los demás.

Yo en lo personal, ya me cansé y como siempre aplica la salida digna, dar la vuelta y romper cualquier posibilidad de reincidencia. Al fin y al cabo, en ése preciso instante de mi vida no me apetece nada que me genere malestar, inconformidad y menos de canjear placer momentáneo por malestar por coitum.

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