Brasil: Bomberos lamentan no haber rescatado a hombre

Brasil: Bomberos lamentan no haber rescatado a hombre

SAO PAULO (AP) Solo necesitaban 30 segundos más, dijo un sargento del cuerpo de bomberos. Le había arrojado una cuerda con un arnés improvisado al hombre que colgaba de un edificio en llamas en el centro de Sao Paulo, y el hombre había logrado asegurar su pierna y hombros. Pero justo cuando el sargento y su equipo se preparaban para el rescate, el edificio colapsó, arrojando al hombre hacia una nube de escombros ardientes.

La televisión brasileña transmitió el espectacular intento de rescate del martes y el colapso del edificio gubernamental abandonado que había sido invadido ilegalmente. Al final, se cree que el único muerto fue el hombre cuyo rescate fracasó. Los bomberos y los perros entrenados continuaban buscando el cuerpo y otras posibles víctimas entre los humeantes escombros, algunos de los cuales seguían demasiado calientes para caminar sobre ellos. Ningún bombero resultó herido.

Claro, es imposible no conmoverse, dijo el sargento del cuerpo de bomberos Diego Pereira da Silva Santos. Era una víctima, era una persona que necesitaba ayuda, que gritaba por ayuda.

El sargento describió como él y su equipo subieron hasta el techo de un edificio vecino, abriéndose paso con ayuda de hachas. Dijo que le pidió al hombre que mantuviera la calma y solo viera a los bomberos, para intentar ignorar el calor abrasador del incendio.

Ya estaba asegurado, estaba listo, relató Santos. El problema fue que el edificio colapsó y la cantidad de escombros y brasas que cayeron sobre él.

El edificio, una vieja jefatura de la policía federal, se incendió alrededor de la 1:30 a.m. y los bomberos evacuaron a los ocupantes. La estructura de 25 pisos colapsó menos de dos horas después. Aún se investiga la causa del incendio.

Las llamas quemaron la fachada de un edificio vecino y causaron daños en una iglesia. En total, se evacuaron cinco inmuebles en la zona.

Sin duda, el incendio pondrá en relieve las ocupaciones ilegales de otros edificios abandonados en la ciudad más grande de Brasil. Las invasiones a menudo son encabezadas por grupos organizados que administran el lugar como si se tratara de un edificio residencial normal, con porteros y cobros de mantenimiento a los residentes. Existen otros casos menos formales y más precarios.

En un reportaje sobre las invasiones ilegales, The Associated Press reportó en julio de 2017 que había alrededor de 350 familias en la ex jefatura de policía. La prensa local indicó el martes que se cree que había entre 50 y 150 al momento del incendio.

El alcalde Bruno Covas ordenó a las autoridades de defensa civil una evaluación de los alrededor de 70 edificios invadidos que hay en la ciudad.

Es un edificio que no contaba con las condiciones mínimas para albergar personas, dijo el gobernador del estado de Sao Paulo, Marcio Franca, al sitio noticioso UOL después de visitar el lugar. Nunca debió permitirse que se ocupara.

Varias de las familias que huyeron del edificio en llamas montaron un campamento a las afueras de una iglesia cercana, en donde los vecinos y los negocios locales les proporcionaron suministros como pan, leche y agua embotellada. Algunas personas también llevaron ropa y zapatos usados.

Lohany Michely dijo que estaba dormida junto a su novio y su perro en un apartamento del tercer piso cuando escuchó a las personas en el exterior gritar sobre un incendio. Después de ver el humo, la pareja huyó en compañía de su perro y vieron como el edificio colapsaba unos 45 minutos después.

Familias enteras lo perdieron todo, comentó. La gente cree que las personas que viven en ocupaciones ilegales son animales. No somos animales, somos seres humanos.

Limpiar los escombros y localizar a las personas que estaban al interior al momento del incendio podría tomar días. Los escombros humearon durante todo el día y los bomberos indicaron que las labores de búsqueda fueron entorpecidas por el intenso calor. En un video publicado en su página de Facebook, los bomberos mostraron a un perro entrenado que inspeccionaba una zona y da media vuelta una vez que el calor se vuelve insoportable.

El incendio se registró en el centro histórico de la ciudad, que comenzó a vaciarse en las décadas de 1970 y 1980 después de una serie de incendios de que se desarrolló otro distrito empresarial. Actualmente, se trabaja por recuperar el vecindario, que tiene varias partes dilapidadas y abandonadas. Varios gobiernos de la ciudad han realizado campañas con la intención de embellecer y desarrollar nuevamente la zona, en la que viven gran parte de los indigentes de la ciudad y en donde los adictos al crack ocupan varias cuadras.

Junior Rocha, coordinador de una organización que administra tres edificios invadidos en el centro, dijo que el grupo toma medidas para evitar tragedias, pero los edificios son viejos y difíciles de mantener.

Las autoridades utilizarán esto para presionar nuestros movimientos y salir de estos edificios, comentó. El estado está actuando como si nosotros, los ocupantes, fuéramos los responsables de esto. No somos los responsables, la culpa es del sistema.

A Dayana da Silva le preocupa su futuro. Dijo que perdió todo en el incendio, incluyendo los papeles que documentan la enfermedad respiratoria de su hijo de 8 años, y le preocupan sus cuidados médicos.

Ya hemos vivido en albergues, dijo da Silva, quien estaba sentada en una plaza repleta de nuevas familias de indigentes. No volveremos ahí.

___

DiLorenzo reportó desde Sao Paulo y Prengaman desde Río de Janeiro. El fotoperiodista de AP Andre Penner, en Sao Paulo, contribuyó con este despacho.

Publicado en Inicio » Mundo »