Lista: las inesperadas peculiaridades del disco De repente

Lista: las inesperadas peculiaridades del disco De repente

Una de mis músicas favoritas es la venezolana. Realmente uno puede encontrar cosas muy interesantes en el mundo de la música llanera en general, y es por eso que C4 trío es uno de mis grupos favoritos. Hace ya bastante escuché un disco que sacaron con el cantante Rafael "pollo" Brito, y hace poco me puse a redescubrirlo. Una joya, la verdad.

Para hablar en términos generales, el disco (De Repente) lleva a un engalanamiento del floclor muy interesante, tanto estética como conceptualmente. Nos ofrece unas fusiones muy peculiares, y si hay una palabra que describe este disco es esa: "peculiar". De Repente es un disco que en cada canción nos ofrece algo más, es un producto musical cuidado hasta el más mínimo detalle, ¡y cómo no, si tienen al mejor grupo de cuatristas que he escuchado! ¡Y a Rodner Padilla en el bajo! Menudo trabajo. 

No obstante, no voy a hablar del disco como concepto ahora, sino que voy a hablar de las peculiaridades, canción por canción, con una justificación ya sea lírica o musical.

Aquí vamos.

1) Yo sin ti no valgo nada:

El disco parte con un ritmo muy bailable y una letra bastante alegre. Es un tema bueno, y hasta bastante normal, y en cualquier radio podría sonar bajo el rótulo de merengue (aunque no es merengue, sino que, en estricto rigor, es una Jota carupanera). ¿Dónde está la peculiaridad de este tema? Pues sencillo: como sabrán, los ritmos bailables destacan por una percusión muy movida, pero nos encontramos con un grupo sin percusión. En el primer tema del disco, nos encontramos con un uso rítmico del cuatro venezolano muy interesante. No se extraña la percusión, porque estos cuatristas la reemplazaron a la perfección, y eso es una particularidad muy interesante. ¿Cómo sería lo normal? pues hay dos opciones: o derechamente llevaría percusión, o suena vacío. Es muy complejo lograr llenar el espacio de la percusión.

2) De repente:

Si el anterior tema fue bailable, este es mucho más para escuchar que para bailar. La letra es preciosa, y la composición es de Aldemaro Romero, autor de una de mis piezas orquestales favoritas: fuga con pajarillo. Desde el principio vemos que esta canción es preciosa, tanto por su letra, como por su melodía. Yendo en orden, partimos escuchando armónicos, lo que suele ser bastante grato, y se nos insinúa una melodía con una semicadencia curiosa. O sea, antes de que entre la voz, ya nos encontramos en situaciones de armonía llamativas. Realizar un análisis armónico sería lo ideal, pero eso será para algún medio más específico. El primer verso nos muestra lo complejo de la armonía, que tiene, solo para mencionar un par de cosas superficiales, intercambios modales, funciones transitorias, alejamientos tonales en general y resoluciones irregulares. A eso le sumamos la letra y nos encontramos una pieza espectacular. Si bien a ratos se queda quieta, la armonía tiende mucho a moverse en el verso. ¿Cómo sería normalmente? Llevaría los cuatro acordes del pop: I-vi-IV-V (una secuencia muy sencilla con la que se puede hacer mashup de varios temas), que es la que usa Stand y me.

3) Y deja:

Un tema también tocado por Rubén. Una melodía preciosa, una letra muy linda, y una sensación de progresión a lo largo del tema que habla muy bien del arreglo y la producción. Armónicamente, resulta interesante, también con intercambios modales. El solo va sobre dos acordes, que resultan difícil de relacionar para hilar una idea musical. Las voces de fondo suenan muy bien. El tema en sí es no solo peculiar, sino osado. Es un tema que no pega, tal vez por su ritmo más calmado que bailable o por su armonía más para escuchar que para tararear, sobre todo por su peculiar forma de terminar las ideas musicales. Vocalmente, resulta un poco complicado cantar el final de algunas estrofas. Pasajes muy lindos, pero que no cualquiera podría cantar si lo escucha en la radio (como ejemplo, ese "vivir logramos" antes del solo de cuatro). ¿Cómo sería normalmente? La melodía tendría que simplificarse para que hasta mi abuela pueda cantarla sin perder mucho sentido de la canción.

4) Isn't she lovely:

Sí, el tema de Stevie Wonder. A estas alturas, ya resulta un clásico. Explotado hasta el cansancio por los bajistas y repertorio casi obligatorio para una jam session, Isn't she lovely es un tema muy anglo y muy jazzístico si se quiere. Cuesta imaginarlo sonando en el timbre de un cuatro venezolano. Este tema es una peculiaridad en sí para lo que venimos escuchando. La introducción que escuchamos, además, es muy percusiva (lo que me hace sospechar de Jorge Glem). Nos encontramos con bastantes solos muy interesantes, y aquí podemos escuchar brillar a Rodner Padilla en todo su esplendor, sobre todo en una sección donde hace tapping. En síntesis, este tema como concepto de fusión de jazz y sonido llanero es la peculiaridad. Otra peculiaridad más acotada es el cambio de clave que tiene casi al final, donde cambia de un pulso binario (4/4) a uno ternario (6/8), un cambio rarísimo. ¿Cómo sería normalmente? O jazz, o llano, pero no ambos, y sin ese cambio de cifra (y clave), en pro de nuestro conocido y explotado 4/4.

5) El tresillo:

Una gaita zuliana cuya peculiaridad está en la voz: un cuatrillo. Sí, tiene un cuatrillo en un comás de 6/8. En términos sencillos, el ritmo se mueve de a tres en este contexto, pero ese "desencaje" que se puede percibir es porque ahí, en vez de haber tres, hay cuatro ataques. Lo más interesante es cuando hacen el cuatrillo a dos voces. ¿Cómo sería normalmente? Sin ese ritmo extraño, que hasta para estudiantes de música resulta tedioso y complejo.

6) Océano:

Ya, tenemos un tema de Djavan traducido. Algo bastante atípico. El tema mantiene la estructura del original, con un par de variaciones, y un poco más rápido que el original, con un gusto menos ochentero y con una tímbrica nueva que hace que, aunque uno ya se sepa de memoria el tema original, el nuevo sea algo interesante. Realmente no puedo decir mucho de Djavan. Tal vez recomendarlo, pero como es conocido, ni eso. Simplemente un crack. ¿Cómo sería normalmente? Djavan lo tocaría. No es común encontrarse con covers de Djavan.

7) Déjala bailar/seis por derecho:

El primer tema, del gran Chico Buarque, popularizado por Soledad Bravo con Willie Colón. Partió como más samba que otra cosa, no obstante, C4 trio y el pollo Brito se basaron en la versión de Soledad, que es una salsa. Aquí sería interesante y hablar de la diferencia entre ambas versiones. La original no tenía coro, o al menos no como se le conoce en la industria, y esa es una peculiaridad que comparte con Uptown funk, y como en la salsa en el coro va el pregón (que le da un sabor sonero al asunto), la versión de Soledad Bravo sí tiene un coro, pero no cualquier coro, sino que un coro que para varios que lo hemos escuchado, destaca por su belleza. En el disco nos encontramos con una versión de la versión, ¿qué más se le puede agregar a un tema completado magistralmente? Pues este grupo agregó algo muy interesante: el inicio lo convirtió en un merengue venezolano, que está en 5/8. ¿Saben lo complejo que puede llegar a ser adaptar una melodía de 4/4 a 5/8?  Pues mucho, y a eso hay que sumarle que después de la primera estrofa tenemos un paso a salsa. Se pasaron de 5/8 a 4/4, y no solamente allí, sino que después del primer coro lo vuelven a hacer. ¿Cómo se haría normalmente? Sin ese 5/8.

Eso ya es peculiar per se, no obstante, en este track, ellos lo pegaron con un seis por derecho, que es un joropo. O sea, en cuatro minutos tenemos tres cifras distintas. Y bueno, creo que por primera vez en todo el disco, tenemos al cuatro tocando derechamente joropo, que es por lo que se le conoce fuera de venezuela.

8) Norwegian wood:

El nombre lo dice todo. Efectivamente, es el tema de Los Beatles, solo que reconstruido. Una intro muy C4. La peculiaridad aquí nuevamente es la fusión: música derechamente anglo, pero en cuatro venezolano y bajo... vaya locura. Claro que modificaron cosas, como esa suerte de modulación que tiene en una parte entera. ¿Cómo sería normalmente? No se tocarían cosas del tema, sería menos quebrado rítmicamente y tendría voz.

9) Hasta que vuelvas:

Este tema entra con una melodía sencilla y bella, pero después la convierte en un acompañamiento, haciendo de la combinación de ambas algo con otro significado. Es un recurso no solo ingenioso, sino bello. Armónicamente, es complejo, y creo que es la letra más linda de todo el disco. Para colmo, está en 5/8. ¿Cómo sería normalmente? La letra no sería tan potente, la adición de la segunda voz no estaría, y estaría en 4/4, y con sonidos sintetizados. 

10) Lucerito:

El tema Lucerito no es sencillo, y por eso llama la atención el uso de quintas, que se considera tosco. Llega a sonar rockero, para después sonar a danzón. Este tema, curiosamente, tiene drums y efectos. En su contexto, es el más raro. Aún cuando en la industria los efectos son lo más común que hay. De hecho, ahí, en los efectos, va la peculiaridad. Y es que el cuatro con el ataque modificado (más o menos un wah-wah) son realmente una rareza tímbrica que nunca había escuchado, y que realmente vale la pena escuchar.

 

En síntesis, este disco es una verdadera rareza musical, que tiene fusión, tradición y experimentación. Además, es un disco corto, por lo que se puede escuchar en diversos contextos. Lo recomiendo para escuchar concentrado o para hacer el aseo

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