ANÁLISIS: “Éxito” de Trump en Siria cede la región a Rusia

ANÁLISIS: “Éxito” de Trump en Siria cede la región a Rusia
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, junto al secretario de Estado, Mike Pompeo, el miércoles 23 de octubre de 2019 en la Sala Diplomática de la Casa Blanca, en Washington. (AP Foto/Jacquelyn Martin)

WASHINGTON (AP) — El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró el éxito en Siria el miércoles y ofreció una escena para el recuerdo aludiendo a su promesa de campaña de que pondría fin a la implicación de Estados Unidos en “guerras infinitas”.

Pero con su repentina retirada de lo que describió como “arena ensangrentada”, el presidente cedió la influencia estadounidense en una amplia región a sus rivales y podría haber arrojado a Oriente Medio a una nueva etapa de incertidumbre.

En declaraciones en la Casa Blanca, Trump argumentó que los gobiernos anteriores al suyo habían derrochado demasiado dinero y sangre en luchas religiosas y tribales en las que Estados Unidos no tenía por qué intervenir.

“Hemos gastado 8 billones de dólares en guerras en Oriente Medio, sin haber querido en realidad ganar esas guerras”, dijo Trump. “Pero después de gastar todo ese dinero, y de todas esas vidas perdidas, los hombres y mujeres jóvenes, de tantos heridos graves, Oriente Medio es menos seguro y menos estable que antes de que empezaran esos conflictos”.

Sin embargo, analistas y legisladores dijeron que Trump había proclamado una victoria en una crisis en la frontera de Turquía y Siria que podría decirse que él mismo creó, al tiempo que restaba importancia a la realidad de que ha reforzado la posición de Rusia.

Las voces críticas también señalan que la maniobra socavará los avances de las fuerzas lideradas por Estados Unidos en la lucha contra el grupo extremista Estado Islámico. Además, el presidente aún tiene que reparar el daño político a su propia base de votantes entre los que dicen que abandonó a los kurdos, que fueran aliados de Washington y lucharon junto a las tropas estadounidenses para derrotar al grupo EI en el nordeste de Siria.

El presidente declaró la operación un éxito al día siguiente de que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, cerraran un acuerdo para repartirse el control de una franja a lo largo de la frontera entre Turquía y Siria.

Turquía obtendrá el control en solitario de zonas de la frontera siria capturadas en su invasión. Fuerzas de los gobiernos turco, ruso y sirio supervisarán el resto de la región fronteriza. Y los antiguos aliados de Estados Unidos, los combatientes kurdos, dependen de que Rusia y Siria preserven parte de la autonomía kurda siria en la región.

“La única duda que queda es si el presidente Trump actúa directamente a instancias de los líderes rusos y turcos, o si ignora de forma deliberada sus propios fracasos”, dijo el senador Bob Menendez, el demócrata de mayor rango en el Comité de Relaciones Exteriores en el Senado.

El mandatario replicó a sus detractores.

“El trabajo del Ejército no es ser la policía del mundo”, dijo Trump. “Otros países deben intervenir y hacer su parte. Eso no ha ocurrido. El hito de hoy es un paso clave en esa decisión”.

Esta es la nueva versión de una vieja queja de Trump, que acusaba a Europa de racanear y dejar la mayor parte de los gastos a sus amigos estadounidenses. Pero en este caso particular, parece estar presentando como un logro el haber cedido a Rusia influencia política y militar en Oriente Medio.

Al aplaudir de forma implícita a Moscú por aliarse con Ankara para patrullar parte de la frontera siria, Trump parecía respaldar las ambiciones de Rusia de ganar influencia en Siria.

Hacerlo iba en contra de los esfuerzos previos de la Casa Blanca por limitar la influencia de Rusia en el único país de Oriente Medio en el que tiene presencia militar permanente. Durante el gobierno de Obama, el Pentágono rechazó cooperar con Rusia tras la intervención militar de Moscú en apoyo del presidente de Siria, Bashar Assad.

“Básicamente, Estados Unidos ha cedido su influencia y poder en Siria a los rusos, los turcos y los iraníes”, dijo Seth Jones, experto antiterrorista en el Center for Strategic and International Studies. “Creo que el mayor problema en el largo plazo es que la mayor potencia en la región no es Estados Unidos, son los rusos”.

El propio jefe del Pentágono nombrado por Trump, Mark Esper, lamentó hace poco lo que describió como un alejamiento de Turquía respecto a Occidente, a cambio de una relación más estrecha con Rusia.

“Están alejándose de la órbita occidental, si quiere verlo así”, dijo Esper en una entrevista en Fox News el 13 de octubre. “Les vemos comprar armas rusas, acercándose al presidente Putin. Les vemos hacer todo esto que, francamente, nos preocupa”.

Trump también parece haber dejado pasar el momento de desafío de Turquía del verano pasado ante la insistencia de Washington de que cancelara sus planes de comprar un sofisticado sistema antiaéreo ruso que es incompatible con la OTAN, de la que Turquía es miembro. Se suponía que esa compra de armas conllevaría sanciones económicas estadounidenses contra Turquía, pero no se aplicaron.

El senador Lindsey Graham, republicano de Carolina del Sur, dijo que la alianza militar con las Fuerzas Democráticas Sirias era fundamental para evitar que el grupo EI resurja en la región.

“No creo ni confío en que Turquía, Rusia o Assad tengan la capacidad o el deseo para proteger a Estados Unidos de amenazas islamistas radicales como ISIS”, dijo Graham, partidario de Trump pero que ha sido crítico con la retirada de Siria. ISIS es otro acrónimo para el grupo EI.

La crisis comenzó este octubre cuando Trump ordenó retirar al grueso de los aproximadamente 1.000 militares estadounidenses en Siria, después de que Erdogan le dijera en una llamada telefónica que las fuerzas turcas iban a invadir el nordeste de Siria. El objetivo de Turquía era alejar a los combatientes kurdos de la frontera. Ankara considera a las fuerzas kurdas terroristas y una amenaza constante en su frontera sur.

Trump anunció la semana pasada que impondría sanciones contra Turquía por el ataque a los kurdos. Pero el miércoles confirmó que no se aplicarían las medidas punitivas, después de que Ankara aceptara un cese el fuego permanente con los kurdos.

Pero incluso Trump pareció dudar de lo duradero de la paz.

“Uno también definiría la palabra ‘permanente’ en esa parte del mundo como un poco cuestionable. Todos entendemos eso. Pero sí creo que será permanente”, dijo Trump.

Cuando Trump declaró una victoria, algunos se quejaron de que Turquía hubiera evitado cualquier consecuencia por sus actos.

“Es impensable que Turquía no sufra consecuencias por comportamiento malévolo que fue contrario a los intereses de Estados Unidos y nuestros amigos”, tuiteó Mitt Romney, republicano de Utah.

Pero Trump rechazó las críticas de los que le acusan de ceder la responsabilidad estadounidense en una de las regiones más complicadas del mundo.

“La misma gente a la que vi y leí -dándonos consejos a mí y a Estados Unidos- era gente a la que llevaba muchos años viendo y leyendo”, dijo Trump. “Son los que nos metieron en el caos de Oriente Medio pero nunca tuvuieron la visión o el valor de sacarnos. Solo hablan”.

Y para Trump, salir -por desordenado que parezca - es todo lo que importa.

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Las periodistas de Associated Press Shelley Adler y Deb Riechmann contribuyeron a este despacho.

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NOTA DEL EDITOR — Madhani cubre la Casa Blanca para The Associated Press. Burns cubre el Ejército de Estados Unidos y seguridad nacional para The Associated Press desde 1990.

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