Uruguay se encamina a un posible balotaje

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Uruguay se encamina a un posible balotaje
Simpatizantes del candidato presidencial Daniel Martínez, del partido oficialista Frente Amplio, escuchan durante su cierre de campaña en Montevideo, Uruguay, el miércoles 23 de octubre de 2019. (AP Foto/Matilde Campodonico)

MONTEVIDEO (AP) — Uruguay enfrentará el domingo 27 una elección histórica. Los 2,7 millones de electores deberán definir qué desean para el futuro del país: si un cuarto gobierno consecutivo de la coalición de izquierda Frente Amplio o el gobierno de una alianza de partidos opositores, que van de la centroizquierda a la derecha.

“Está en juego la continuidad de un modelo que busca conjugar el crecimiento con la igualdad, con un énfasis en una agenda de nuevos derechos para las minorías, o un cambio hacia políticas más orientadas al mercado y que den respuesta a los reclamos de más orden y más seguridad pública”, dijo a The Associated Press el politólogo Adolfo Garcé.

El Frente Amplio, que representa al primer modelo, llegó por primera vez al gobierno nacional en 2005, rompiendo una hegemonía de los dos partidos fundacionales, el Colorado y el Nacional, que habían gobernado el país desde su nacimiento a la vida independiente en 1828. Desde entonces, el Frente Amplio consiguió tres mandatos consecutivos, no perdió ninguna elección y obtuvo siempre una mayoría absoluta en ambas cámaras del Parlamento.

Desde su llegada al poder en 2005, la economía no ha dejado de crecer, el poder adquisitivo de los salarios ha experimentado una fuerte suba y se han sancionado leyes que garantizaron derechos como el casamiento gay, el aborto y la venta de marihuana en farmacias.

Sin embargo, el tercer gobierno del Frente Amplio, encabezado por el presidente Tabaré Vázquez, ha tenido problemas importantes y finaliza con un índice de aprobación muy inferior a los anteriores. Una reforma educativa fracasó, el vicepresidente Raúl Sendic debió renunciar en 2017 jaqueado por casos de corrupción, la inseguridad pública se deterioró hasta alcanzar un récord de 414 homicidios en 2018, la economía se estancó, el desempleó subió hasta el 9% y el déficit fiscal alcanzó el 4,9%.

“Somos una fuerza política que está lejos de ser perfecta, pero hemos demostrado que en el gobierno hemos logrado tomar una serie de medidas que redujeron la desigualdad. Hemos disminuido la pobreza y la indigencia a los niveles más bajos de América Latina”, dijo Oscar Andrade, uno de los líderes del Frente Amplio, candidato al Senado por el Partido Comunista.

Según cifras oficiales, en marzo la pobreza se situaba en 8,1% de la población.

Los éxitos del Frente Amplio en ese terreno no son discutidos por la oposición, que sin embargo acentúa sus críticas en la creciente inseguridad pública, el fracaso de un sistema educativo donde solo el 40% de los jóvenes termina la secundaria y la mala administración de las cuentas estatales, que acumulan un déficit fiscal cada vez mayor.

“El domingo está en juego la continuidad de un gobierno que esgrime un izquierdismo antiguo y que ha sido insuficiente en temas sustantivos del Estado o la llegada de un gobierno más orientado a una modernidad de centro”, dijo a la AP el expresidente Julio María Sanguinetti (1985-1990; 1995-2000), quien se postula al Senado por el opositor Partido Colorado.

En el campo opositor, el partido que lleva la delantera es el Partido Nacional, que lleva como candidato a Luis Lacalle Pou, quien perdió en 2014 en la segunda vuelta ante Vázquez.

El candidato oficialista es el exalcalde de Montevideo, el socialista Daniel Martínez, representante de las alas más centroizquierdistas y socialdemócratas del Frente Amplio.

Según todas las encuestas, Martínez encabeza las preferencias con un porcentaje que oscila entre el 33% y el 41%, según el sondeo. Lacalle ocupa el segundo lugar con una intención de voto de entre 23% y 27%.

Los analistas dan por sentado que habrá una segunda vuelta en noviembre, ya que ningún candidato lograría obtener el 50% más uno de los votos. “En eso no podemos equivocarnos”, dijo el politólogo Garcé, quien estima que el Frente Amplio está en dificultades para repetir sus éxitos electorales anteriores.

Las últimas dos elecciones se definieron en un balotaje entre el Frente y el Partido Nacional, con victoria de la coalición de izquierda en los dos casos.

Los partidos que marchan tercero y cuarto en los sondeos, el Colorado y el derechista Cabildo Abierto, un grupo nuevo encabezado por un excomandante del Ejército que se ha transformado en la sorpresa de la campaña, ya han anticipado que votarán en una segunda vuelta por Lacalle o el candidato que se enfrente al Frente Amplio.

También el centroizquierdista Partido Independiente se inclina, en principio, por sumarse al arco opositor.

Y la Unidad Popular, un sector de izquierda más radical que el Frente Amplio, ya anunció que llamará anular los votos en una segunda vuelta.

Con ese panorama, el Frente Amplio tiene que acercarse mucho al 50% en la primera vuelta, porque en la segunda no tiene casi lugares donde ampliar su electorado.

“A pesar de que soy cristiano y no estoy de acuerdo con algunas leyes como la del aborto, yo voto al Frente Amplio porque el país avanzó, la gente está mejor. ¿Antes quién podía comprarse un auto?”, dijo a la AP Nicolás Robledo, trabajador de un lavadero de automóviles de 24 años.

En cambio, Pablo Gutman, un arquitecto de 53 años, dijo que votará por el candidato del Partido Colorado, Ernesto Talvi, en protesta por el “desastre” del sistema educativo. “En tres periodos de gobierno, contando con mayorías parlamentarias, el Frente Amplio no supo, no pudo o no quiso reformar la educación. Además, gestionó muy mal otras áreas y comprometió, entre otras cosas, la seguridad pública y la economía”.

Junto con la elección del presidente y el Parlamento se plebiscitará una propuesta de reforma constitucional impulsada por el senador Jorge Larrañaga, del Partido Nacional, quien consiguió más de 400.000 firmas de ciudadanos para que su propuesta plebiscitada.

Como respuesta a la ola de delitos, la reforma se propone capacitar a 2.000 militares para formar una guardia que colabore con la policía en la seguridad pública. Además, entre otras medidas, se incorporaría al ordenamiento jurídico la posibilidad de establecer la cadena perpetua para delitos graves, revisable a los 30 años.

Las encuestas marcan paridad entre partidarios de aceptar la reforma y de rechazarla.

El politólogo Garcé sostiene que la expectativa del domingo estará en conocer el porcentaje que saque el oficialismo. Si la cantidad de votos queda cerca del 40%, sus posibilidades de ganar la elección en segunda vuelta serán remotas. Si en cambio llega al 45% la historia sería otra.

Según su punto de vista, la oposición está más cerca de un triunfo.

“El resultado es impredecible -dijo- pero hoy creo que es más posible que la sorpresa sea que el Frente Amplio votó menos de lo esperado y no que votó más”.

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