Retratos chilenos: ¿por qué protestan en Santiago?
SANTIAGO DE CHILE (AP) — Una vez encendida la mecha, el enojo no pudo contenerse. La chispa que detonó las protestas en Chile fue el aumento a las tarifas del metro, pero 12 días después el gobierno ha fracasado en contener la inconformidad social y los analistas tienen claro que la irritación chilena responde a mucho más.
La desigualdad tiene tantas ramas como las manifestaciones han dejado ver desde las calles. Unos piden mejores servicios de salud; otros, sueldos más altos. Varios más exigen avances en la educación y también hay quienes demandan pensiones que alcancen para vivir.
El presidente Sebastián Piñera ha tomado algunas medidas para intentar calmar la crisis, pero el desasosiego no cede. Hasta el momento, ni la marcha atrás a las tarifas del metro ni la baja en el precio de servicios como la electricidad o el cambio a ocho ministros de su gabinete han bastado.
¿Qué espera los chilenos que se mantienen en las calles de Santiago?
ALEJANDRA REYES, TÉCNICA EN ENFERMERÍA DE 45 AÑOS
“Nosotros estamos en la marcha por la salud, por defender la salud pública, por el presupuesto, por la baja calidad que tenemos... El sueldo base de un técnico en enfermería --que estudiamos dos años y medio-- es de aproximadamente 176.000 pesos (poco más de 240 dólares). Ni siquiera un sueldo mínimo, ésa es la verdad”.
“Yo he protestado toda la vida, desde que empezamos a trabajar en hospital. Siempre hay migajas para los hospitales. Ahora el presupuesto es de 300 pesos por paciente (menos de medio dólar); eso es lo que está dando el ministro”.
“Quiero trabajar con un sueldo digno, igualdad para todos, porque no se puede decir que estamos bien... No estamos bien. Tenemos listas de espera, la gente se muere. La gente tiene que hacer bingos para poder costear algunas enfermedades, los enfermos esperan tanto tiempo para sus operaciones que se mueren esperando”.
CAROLINA UBILLA, EDUCADORA DE NIÑOS PEQUEÑOS DE 34 AÑOS
“Hoy estamos marchando en contra de la ley de Sala Cuna Universal porque esta ley precariza la educación parvularia (de niños pequeños). Pretende entregar dinero a las familias para que ellas vayan a cualquier tipo de jardín, particular o del Estado, y con un sistema de bono bien precario de 200.000 pesos (unos 274 dólares), opten por pagar sala cuna a su hijo. Esto es bien iluso porque ninguna sala cuna cuesta eso y le quita la responsabilidad Estado... Por años hemos luchado por la ley de sala cuna en donde el empleador paga la sala cuna de las trabajadoras. Con esta ley ya no se hace cargo de eso, sino que se utilizan fondos del seguro de desempleo”.
“Tiene que haber un cambio en el modelo, obviamente el Estado nos violenta por todas partes... Trabajo en salud, en un hospital de niños, y sufro lo que es no tener recursos para tratar a los niños, hay muchos que son destinados a la muerte”.
BENJAMÍN YÁÑEZ, ESTUDIANTE DE 18 AÑOS
“Antes habían muchos desmanes y la forma de protestar no necesariamente tiene que ser haciendo destrozos o cosas varias. Si queremos que el Estado nos escuche, se tiene que hacer de un manera pacífica, porque así trabaja el Estado y ellos no van a aceptar otra forma.
“(El gobierno) tendría que escuchar lo que de verdad quiere el pueblo, porque la privatización de este país es Brígida (difícil, escalofriante). No encuentro otra palabra para describirla. Hay cosas que el Estado podría hacerse cargo... Por ejemplo, la AFP (Asociación de Fondos de Pensiones), la cual es algo que lo está manejando un privado cuando no es necesario y lo puede hacer perfectamente el estado y eso sería incluso mejor”.
“El Estado debería hacerse cargo de la salud porque no podemos tener buena o mala salud dependiendo de cuanto paguemos. Una persona no puede vivir o morir solamente porque paguemos más o menos”.
“El Estado privatizó todo y lo que da más rabia es que los que están en el Parlamento muchas veces son dueños de estas empresas”.
BEATRIZ ASTORGA, ESTUDIANTE SECUNDARIA DE 15 AÑOS
“Hay mucha injusticia y el gobierno no nos quiere escuchar”.
“Yo marcho por la salud, porque es súper mala aquí; por la gente que muere esperando ser atendidos; por la AFP, porque son demasiados bajas, por las pensiones de los jubilados; por el alza de pasajes y por el gobierno en sí, porque aquí tiene que ser todo equitativo y Piñera sólo ve beneficios por él”.
“Las manifestaciones siempre han estado y siempre que pasa algo acuden a la violencia... pero el alza de pasaje como que rebasó el vaso y por eso la gente no quiere parar, porque aquí nadie tiene miedo a nada y van a estar hasta que se consigan resultados”.
NOEMÍ GONZÁLEZ, EDUCADORA DE NIÑOS PEQUEÑOS DE 27 AÑOS
“No a la sala cuna universal. Están privatizando la educación inicial y quieren sacar los niveles medios del jardín. Encontramos que es algo súper injusto porque no todas las mamás van a tener la opción de meter a sus hijos a los jardines. O sea, una mamá que no consta con un contrato laboral no va a poder meter a sus hijos. Están viendo a los jardines y salas cunas como si fueran una guardería y la educación inicial es la más importante y la están privatizando, le están quitando derechos a los niños más vulnerables y eso no puede ser posible”.
“No pueden escolarizar a un niño de tres años en niveles medios, en un colegio, no puede ocurrir esto, que le pongan un signo de peso en la frente de un niño. Eso está haciendo el Estado y no son billetes, son niños”.
“Vengo a manifestarme por el descontento, (por) la desigualdad, por todos los abusos que ha cometido el servicio militar, lo que han hecho estos carabineros, las mujeres violadas, las personas asesinadas, los 121 desaparecidos, porque estamos en un país democrático que se vistió de democracia, pero en realidad estamos en dictadura. El presidente se vistió de algo que no era y simplemente se convirtió en otro Pinochet más”.
NATALIA TORRES, ESTUDIANTE DE MEDICINA DE 24 AÑOS
“Nosotros como estudiantes de la salud vemos día a día lo que es la desigualdad social, cosas que no se muestran en la televisión. Ahora a la gente le está afectando porque rompieron una tienda, porque no pueden tomar el metro, porque la policía está disparando, pero esas son cosas que en el hospital o el CESFAM (Centro de Salud Familiar o consultorio) se ven a diario. Todos los días llega gente baleada al hospital, todos los días llega gente asesinada”.
“Yo desde que era adolescente venía a las manifestaciones, pero se ha visto que en este país las manifestaciones jamás han sido escuchadas. O sea, todos los arreglos que hacen los gobiernos son soluciones parches que no terminan ayudando a nadie; terminan enriqueciendo a los ricos y empobreciendo más a los pobres”.
“(El gobierno debería) terminar con muchas cosas, en primer lugar, terminar con las AFP (Asociación de Fondos de Pensiones), dar seguros en la salud y una educación gratuita de calidad... Mi papá es ecuatoriano. Él era tan pobre que sus primeros zapatos los tuvo a los ocho años, pero en Ecuador la educación es gratuita y por eso el día de hoy mi papá es médico, y yo tengo la vida que he tenido. Si en Ecuador la educación no fuera gratuita, yo no sé qué hubiese pasado con mi papá”.
SERGIO ORELLANA, INGENIERO DE 35 AÑOS
“Lo que está sucediendo ahora es algo realmente importante. Debemos tomar mucha atención: no es un grupo menor de personas que está tratando de manifestarse. Es un grupo mayor, millones de personas, a lo largo de todo Chile, están diciendo ‘basta’”.
“Fuimos potenciados por la vitalidad de los jóvenes, los estudiantes, que se atrevieron. No le tienen miedo a nada, no tienen nada que perder... Los adultos no porque tenemos un cargo al que responder, una responsabilidad laboral que sustenta nuestro hogar, las miles de deudas que tenemos, las preocupaciones a diario que vivimos porque no nos alcanza.... Yo soy profesional y no me alcanza, me estoy iniciando”.
ALICIA TORO, DUEÑA DE UN LOCAL DE COMIDA DE 65 AÑOS
“Yo protesto por algo que en realidad está mal, pero estoy en contra que destruyamos nuestro país. Estoy contra la violencia porque así las cosas no las vamos a arreglar”.
“Imagínese: yo tengo 65 años y estoy en la calle trabajando porque mi marido saca una pensión mísera. Entonces, ¿cómo yo no voy a estar con la protesta? Pero no justifico este vandalismo que se ha hecho en el país, porque es penoso. Yo he llorado”.
“Los mismos carabineros son personas que trabajan. Son jefes de hogar, son hijos. Dígame usted: una madre ¿cómo estará pensando que a estos niños le puede pasar cualquier cosa en la calle? Entonces, ¿cómo vamos a estar contentos con esto? Esto es para llorar: ver un país que había crecido y verlo destruido, quemado, botado en el suelo, no puede ser, así que los señores políticos, que todos se pongan las pilas, porque aquí todos son culpables”.