Países sopesan monitorear salud y ubicación de la gente

Países sopesan monitorear salud y ubicación de la gente
Cameron Karosis, un vendedor de software de 27 años, posa para una fotografía frente a su casa en Cambridge, Massachusetts, el 14 de abril de 2020. (AP Foto/Elise Amendola)

A medida que todos los países analizan cómo y cuándo poner fin a las órdenes de confinamiento y reanudar sus actividades económicas y sociales, cada gobierno está adoptando medidas para vigilar más de cerca a sus ciudadanos. Son todo tipo de naciones, ricas y pobres, autoritarias y libres.

En China, Corea del Sur y Singapur se han creado o extendido nuevos sistemas para rastrear a las personas enfermas y sanas, y dónde han estado. En Israel, Alemania, Italia y otros lugares se han debatido o ensayado otros sistemas de monitoreo, algunos de los cuales utilizan datos de localización por GPS y otros que recogen datos médicos de las personas.

El desafío es buscar un equilibrio entre limitar la propagación de la pandemia y darles nuevamente a las personas la libertad de moverse fuera de sus hogares.

Antes de la pandemia, Cameron Karosis luchaba por proteger su información personal, pero el terror que vivió tras contagiarse de COVID-19 _comenzando el mes pasado con dolores de cabeza y fiebre, antes de agravarse con problemas respiratorios y luego ser llevado al hospital_ hizo ahora que esté ansioso por revelar lo más posible para ayudar a detener la propagación del virus.

Karosis ya ha compartido detalles personales con los investigadores de salud de Massachusetts. Dijo que si se le pidiera que descargara en su celular una aplicación capaz de monitorear su estado de salud y su paradero sin revelar públicamente su nombre ni dirección en Cambridge, también lo haría.

"Estoy enfermo y estoy en cuarentena, así que me hago responsable de ello", dijo el vendedor de software de 27 años. "Tienes el potencial de matar a otras personas".

Ya sea que la perspectiva sea obtener un "pasaporte de inmunidad" o usar aplicaciones de rastreo en el celular, el objetivo es proteger la salud pública, pero los expertos dicen que también es importante evitar un escenario delicado donde los datos recopilados para minimizar la propagación de la enfermedad se almacenen indefinidamente, disponibles sin límites para los agentes de la ley o susceptibles de ser robados por los hackers.

"Necesitamos construir las protecciones necesarias para proteger las libertades civiles", dijo Jake Laperruque, abogado de la organización sin fines de lucro Project on Government Oversight, con sede en Washington. "Si se recopilan nuevos datos con fines de salud pública, sólo deben utilizarse con fines de salud pública".

Los científicos creen que los cientos de miles de personas que ya se han recuperado del virus en todo el mundo probablemente tengan cierta inmunidad contra futuras infecciones, pero no están seguros de cuánto tiempo. Para garantizar que los casos nuevos no sobrecarguen la capacidad de los hospitales, todo plan para relajar los confinamientos incluirá disposiciones para rastrear a los infectados.

"El virus no va a desaparecer. Si todos salimos en una fecha determinada, se propagará ampliamente otra vez", dijo el doctor Tom Frieden, experto en enfermedades infecciosas y exdirector de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés). "Eso significa que debemos pensar cuidadosamente sobre cómo y cuándo saldremos".

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