Muro privado viola tratado con México, dicen en EEUU
HOUSTON (AP) — Una compañía favorecida por el presidente Donald Trump para construir el muro fronterizo infringió las obligaciones estadounidenses de un tratado con México por colocar una valla limítrofe privada a muy corta distancia del río que separa a ambos países, determinó la parte estadounidense de una comisión binacional.
La Comisión Internacional de Límites y Aguas concluyó que la valla de postes de acero de 4,8 kilómetros (3 millas) de largo que Fisher Industries colocó a sólo 10 metros (35 pies) del río Bravo (Rio Grande en Estados Unidos) podría agravar las inundaciones y solicitó a la compañía que haga modificaciones al proyecto. La parte estadounidense de la CILA difundió el miércoles una copia de su carta dirigida a Fisher Industries.
El proyecto, llevado a cabo en terrenos privados en el Valle del Río Grande, en el sur de Texas, fue promovido inicialmente como una iniciativa en línea del grupo We Build the Wall (Nosotros construimos el muro), integrado por simpatizantes de Trump, para recaudar recursos que superaron los 20 millones de dólares.
La obra se convirtió en una vitrina para Fisher Industries de Dakota del Norte, cuyo presidente, Tommy Fisher, ha promovido a la compañía en Fox News y otros medios conservadores. El senador federal republicano Kevin Cramer también conversó con Trump sobre la empresa, dijo Fisher el año pasado en Fox News.
Fisher Industries ganó en diciembre un contrato por 400 millones de dólares para construir una sección del muro fronterizo gubernamental en Arizona. Una unidad interna de control del Pentágono dijo después que investigaría la concesión del contrato.
Fisher Industries construyó la cerca en enero después de que un juez federal canceló una orden restrictiva que había solicitado el National Butterfly Center (Centro Nacional de la Mariposa), una organización sin fines de lucro.
La valla está más cerca de la orilla del río que los tramos construidos por el gobierno, algunos de los cuales se ubican a 1.600 metros (una milla) o más de distancia. Esto porque Estados Unidos y México han acordado compartir el agua y la electricidad generada por el río Bravo. Las construcciones de gran envergadura en la llanura de inundación podrían cambiar el flujo del agua y perjudicar a las comunidades a ambos lados de la frontera.
En la carta, la comisión expone algunas de las mismas conclusiones que los opositores al proyecto, de que instalar los postes muy cerca del río podría atrapar escombros y desviar el flujo del agua en una manera que podría agravar una inundación durante una tormenta. En un punto en la valla, la comisión detecto una posible desviación de dos veces la tasa aceptable.
La comisión no solicitó a Fisher Industries que derribara la valla. En su lugar, pidió a la compañía que instalara compuertas, realineara la cerca o sopesara otras maneras de atenuar una posible inundación.
Tommy Fisher dijo el miércoles que su equipo estaba trabajando con la comisión para encontrar una “solución de mutuo acuerdo”. Agregó que, en caso de una gran inundación, sus cuadrillas podrían derribar algunos postes de la valla para permitir el libre flujo del agua.
Javier Peña, abogado del National Butterly Center, dijo que duda que las cuadrillas puedan retirar postes durante una tormenta. El centro aún desea que la cerca sea retirada, afirmó Peña.
“No sabemos si hay algún tipo de remedio que pudiera disminuir el riesgo”, agregó.
Scott Nicol, un activista del sur de Texas opuesto a la construcción de muros fronterizos, dijo haber preguntado por qué la comisión no le solicitó a Fisher Industries que retirara la valla.
“Si hay una inundación significativa en el río Grande, este muro será arrancado y sus bolardos se estrellarán contra casas, negocios y la presa que esta río abajo”, declaró.