ONU: Disminuye la superficie de cultivos de coca en Colombia

BOGOTÁ (AP) — La superficie destinada a cultivar la planta de la que se extrae la cocaína disminuyó el año pasado en Colombia debido a una campaña del ejército para erradicar miles de esos arbustos, los cuales siguen siendo una espina en la historia del país.

De acuerdo con un informe difundido el miércoles por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por sus siglas en inglés), el área total de cultivos de coca disminuyó 9% en 2019 a 154.000 hectáreas (380.500 acres).

La noticia celebrada por el gobierno de Colombia se vio empañada por un hallazgo menos alentador: la producción real de cocaína aumentó ligeramente, alcanzando uno de sus niveles más altos en los últimos años a pesar de las incautaciones históricas de la droga.

El contraste entre ambos hallazgos en medio de la pandemia de COVID-19 deja entrever que las acciones de erradicación a corto plazo han tenido cierto efecto, pero al mismo tiempo los narcotraficantes han mejorado las técnicas de producción y cultivo. En diversas zonas habitualmente conflictivas el cultivo de coca ha declinado, aunque persiste en áreas fronterizas que enfrentan situaciones complejas, reservas naturales y otras zonas vulnerables carentes de una fuerte presencia institucional.

“Los enclaves explican (por) qué más cocaína a pesar de tener menos hectáreas de coca”, dijo Pierre Lapaque, representante en Colombia de la UNODC. “Y también son la razón de la violencia y de la inseguridad en estos territorios”.

En los últimos años, Colombia había registrado un aumento en los plantíos de coca, lo cual tensó las usualmente estrechas relaciones con Estados Unidos y también dificultó la capacidad del país para llevar la paz a zonas rurales donde grupos armados ilegales aún ejercen control a pesar del acuerdo de 2016 que puso fin al conflicto con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.

Según un informe de la Casa Blanca difundido este año, los plantíos de coca permanecieron a niveles altos récord en 2019. Ese estudio se basó más en información recolectada en los primeros meses del año, y existe la posibilidad de que pudiera no haber tomado en cuenta la intensa erradicación en meses posteriores.

La pandemia quizá agregó una nueva dificultad al intento de Colombia de erradicar los cultivos de manera definitiva.

Aunque los soldados han continuado sus labores de erradicación manual, se ha retrasado este año la esperada reanudación de las aspersiones aéreas, consideradas un componente crucial en la estrategia antinarcóticos de la nación. Las consultas sobre el medio ambiente con las comunidades afectadas —muchas de ellas en zonas remotas— se han paralizado.

El gobierno del presidente estadounidense Donald Trump ha estado apremiando a Colombia para que reanude las aspersiones desde el aire, las cuales fueron prohibidas en 2015 debido a preocupaciones ambientales.

“Si no rocían desde el aire, no van a eliminarlas”, declaro Trump este año.

Los hallazgos de la ONU que muestran una declinación en los cultivos de coca incluso sin las aspersiones dejan entrever que pueden lograrse avances sin llevarlas a cabo, dijeron varios analistas. Si se reanuda, el nuevo programa de aspersiones será menor y se efectuará en zonas más específicas.

“Esto quita algo de la urgencia de comenzar las fumigaciones aéreas”, dijo Adam Isacson, experto colombiano en la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos.

El histórico proceso de paz de Colombia ha avivado un debate paralelo sobre cuál sería la mejor manera para que el país se quite el señalamiento de ser el mayor productor de cocaína en el mundo. El acuerdo de 300 páginas prevé mejorar el nivel de vida en zonas rurales largamente abandonadas y alentar a los campesinos a sustituir sus cultivos de coca por otros, como el cacao.

El presidente Iván Duque, que en su campaña prometió modificar partes del acuerdo, ha hecho avances limitados en esas zonas. De las 101.000 hectáreas de coca erradicadas el año pasado, en sólo unas 7.000 hubo sustitución voluntaria. No se incluyeron más familias en el programa, en el que están inscritas unas 100.000. Según estadísticas, sólo 0,4% volvieron a plantar coca después de eliminar sus cultivos ilícitos.

Aunque las familias están recibiendo apoyos económicos, existen pocos proyectos alternativos de producción que les ayuden a una transición sustentable a largo plazo, afirmó Juan Carlos Garzón, experto en política sobre drogas en la Fundación Ideas para la Paz en Colombia.

“La erradicación se soluciona a corto plazo”, dijo. “La pregunta es: ¿qué haces a largo plazo?"

En general, en 2019 hubo tres veces más coca en Colombia que en 2013, el año con las menores cifras registradas. Al menos 124.600 familias participaron de alguna manera en la producción de la planta, según el informe de la ONU.

Al parecer la pandemia ha afectado la forma como se está efectuando el narcotráfico.

Se cree que los grupos delictivos exportaban grandes cantidades hacia Estados Unidos y Europa antes de la entrada en vigor de las estrictas cuarentenas, debido a las cuales algunas rutas aéreas y terrestres se vieron interrumpidas. Aparentemente esas organizaciones han comenzado a utilizar más el tránsito marítimo. Algunos informes dejan entrever que la coca ha bajado de precio y que los traficantes también redujeron sus compras, dependiendo más de las exportaciones de cocaína almacenada antes de la pandemia.

“Son muy buenos para adaptarse”, afirmó Garzón. “Al final del día tratan de mantener el flujo”.

El informe fue difundido el mismo día que seis soldados murieron en una emboscada que les tendieron disidentes de las antiguas FARC en Meta, una zona con persistente presencia de rebeldes y narcotraficantes.

“Fallecieron enfrentando el narcotráfico, protegiendo nuestra selva”, afirmó Duque. “Esta reducción que vimos hoy del área sembrada de coca es el producto de esos héroes".

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