Mongolia vota en elecciones parlamentarias
ULÁN BATOR (AP) — Mongolia, un aliado de Estados Unidos y ubicado entre Rusia y China, votaba el miércoles en elecciones parlamentarias en medio de un éxito considerable en la batalla del país contra el coronavirus, con apenas 215 casos registrados. El malestar económico, la corrupción y los problemas del servicio público dominan las preocupaciones en el país asiático de 3,2 millones de personas.
Los votantes que hacían fila ante las urnas en la capital, Ulán Bator, tenían que mantener una distancia de 2 metros (6,5 pies) entre sí. Una vez adentro, los trabajadores electorales verificaban su temperatura y distribuían desinfectante de manos.
Policías, elementos del ministerio del Interior y agentes de seguridad vigilaban atentamente los colegios electorales en respuesta a temores de manipulación de resultados, ya sea mediante compra de votos con efectivo o trasporte gratis provisto por los candidatos.
La electricidad y los sistemas de drenaje escasean especialmente en los barrios miseria que rodean la capital, mayormente habitados por expastores que abandonaron la vida en las estepas.
Las casillas abrieron sus puertas a las 7 a.m. y cierran a las 10 p.m. Los resultados finales serán conocidos el jueves. Algunos de los 2 millones de votantes depositaron sus votos en casillas móviles.
Mongolia ha mantenido una democracia de casi 30 años instituida luego de la adopción de una nueva constitución en 1992, tras seis decenios de comunismo. El Partido del Pueblo Mongol busca retener los 65 escaños que ganó en 2016 en la Gran Asamblea Estatal, de 76 escaños, mientras que su principal rival el Partido Demócrata tratará de recuperar parte de los escaños perdidos. Más de 600 candidatos compiten en 29 distritos.
Las áreas urbanas en el país mayormente rural son las más disputadas, con 28 candidatos en un distrito en Ulán Bator.
Mongolia tiene grandes riquezas minerales, pero ha pasado trabajos para atraer inversiones extranjeras debido al desplome en los precios de las materias primas y disputas entre el gobierno y grandes inversionistas, como el gigante minero Rio Tinto.
