El origen de muchos ritos en las bodas

El origen de muchos ritos en las bodas

Las bodas a lo largo de la historia, parten de la necesidad de legitimar las relaciones entre los individuos y perpetuar así, la familia, como la base de la sociedad. No siempre han tenido el valor jurídico de nuestros días, como en la antigua Roma, donde solamente los miembros de la clase alta se casaban si querían heredar su patrimonio a sus descendientes directos. De no hacerlo, corrían el riesgo de que inclusive, hasta sus amigos resultaran beneficiados.

Muchos de los ritos que se les han incorporado, se derivan de tradiciones, supersticiones y costumbres, que se siguen fielmente hasta nuestros días y de las que muchas veces se desconoce su origen o razón de su existencia. La Edad Media fue la época en la que más se le añadieron y se instauraron. Además, se creía que aquellas que no se cumplían, eran motivo para desafiar al destino y podían llamar a la mala suerte. Las más significativas son:

El anillo de compromiso

El origen de los anillo se remonta a los egipcios, pues sus primeros vestigios fueron hallados en varias tumbas en 2800 a. C. La forma más usada era el círculo, por representar lo infinito, donde no había ni principio ni fin. Muchos de los tratados de la antigüedad se sellaban con un anillo, ya que siempre se han considerado como parte de Dios, como también son símbolo de status de la Iglesia Católica entre obispos, cardenales y el propio papa, los cuales se besan en señal de respeto, como lo dice el Génesis 41 42:44. Inclusive, al encontrarlos en botines y tesoros, se entregaban a la Iglesia, porque les pertenecían como su posesión divina. Esta es la razón por la cual se les llama alianzas.

No es de extrañar que al considerar al matrimonio como un convenio, se optara por formalizarlo con la entrega de un anillo de ese compromiso y posteriormente, se incorporaran a la ceremonia religiosa. El rito de los anillos en el matrimonio fue tomado de los griegos, posteriormente adoptado de una ceremonia pagana entre los romanos y más tarde, agregado a la católica. En el Antiguo Testamento se habla de que se pedía la mano de la novia con un anillo. Para el siglo IX, el papa Nicolás I decretó que al entregar el anillo a la novia, era ya una declaración oficial de la intención de casarse. El primer anillo de compromiso del que se tiene conocimiento como tal lo recibió María de Borgoña, del Archiduque de Austria, el emperador del Sacro Imperio Romano, Maximiliano I, en 1477. Fue la madre de Felipe el Hermoso y suegra de Juana la Loca.

Los griegos también fueron los primeros en colocarlo en el cuarto dedo de la mano izquierda o anular, ya que tiene una vena que lo conecta directamente con el corazón. Otra razón para ponerlo en ese dedo, es que durante la ceremonia nupcial cristiana, el sacerdote lo bendice, tocando con los anillos cada uno de los tres primeros dedos de la mano izquierda, diciendo: "En el nombre del Padre (dedo gordo)... del Hijo... (dedo índice) y del Espíritu Santo...(dedo anular) " y termina colocando en el dedo anular. Hoy en día, son el símbolo de la promesa de amor eterno y fidelidad que hace la pareja ante Dios, comprometiéndose a estar unidos por siempre, razón por la cual los anillos van grabados con el nombre de los novios y la fecha de la boda en su interior, como recordatorio.

Antes, el novio debía entregarle el anillo de compromiso a la novia en el momento de pedir su mano, pero hoy en día se acostumbra primero dar el anillo de una manera sorpresiva, romántica e íntima y después. En tiempos remotos en lugar de dar un anillo o joya, el novio le regalaba zapatos a la novia y se los colocaba, sellando así el compromiso matrimonial. De allí que esta costumbre inspirará el cuento de la Cenicienta, del cual hay muchas versiones pero la más conocida es la del autor francés Charles Perrault, de 1697 y a la que también llamó "La Zapatilla de Cristal".

El color blanco del vestido de la novia

La Reina Victoria inició la costumbre de usarlo en su boda, al casare con el príncipe Alberto de Saxe-Coburg, el 10 de febrero de 1840, pues anteriormente, la realeza acostumbraba usar plateado en estas ceremonias. Aunque hoy en día se considera una idea en desuso, se supone que expresa pureza, virginidad e inocencia.

Antiguamente era un símbolo de poder económico y de estatus social de la novia. Hasta el siglo XVIII, para la novia de clase media, el color con el que se casaban era más práctico, por cuestiones económicas, ya que escogían uno que también pudieran usar en otras ocasiones especiales. Las novias también lo elegían de acuerdo a su preferencia y ciertas creencias sobre los colores:

  • AMARILLO: Sentía pena por su futuro esposos. En la India y en la Antigua Roma era de buena suerte.
  • AZUL: Su amor era verdadero.
  • CAFÉ: Se establecería en el pueblo donde vivía.
  • GRIS: Se iría lejos.
  • NEGRO: Deseaba regresar a su ciudad natal, aunque luego se consideró de mala suerte.
  • ROJO: La novia deseaba morir. es muy popular en países orientales y en la India, por ser el color tradicional de boda, pues hasta hace pocos años, el blanco era el color para usar en los velorios y se asociaba con la muerte.
  • ROSA: Su espíritu se hundiría.
  • VERDE: Le apenaba que la vieran, aunque para los irlandeses era el color tradicional, mientras que para otras culturas, era señal de promiscuidad y mala suerte.

Actualmente el color va desde los tonos crema, champaña, hueso, rosa pálido, combinaciones y más elementos, dependiendo del gusto de cada quien.

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