El Arte de Elegir Nuestra Pareja Ideal

El Arte de Elegir Nuestra Pareja Ideal

El amor definitivamente ha evolucionado mucho. Pero, seamos honestos, algunas cosas no cambian y siguen tan vigentes como hace siglos. Y una de ellas es encontrar una persona a quien amar y sobre todo, que tenga buenos sentimientos. Desde luego hay algunos seres humanos que les encanta sufrir, involucrarse en relaciones tóxicas y cortarse las venas, con una galleta de animalitos, pero ese es otro tema.

Hablo de la gran mayoría de individuos, que desea entablar una relación sana y sobre todo, duradera. Y aunque parece algo sencillo, esta búsqueda resulta a veces, una misión imposible. La razón es simple: no sabemos qué estamos buscando. Puede resultar hasta graciosa esta afirmación, pero la mayoría de las personas no saben lo que quieren, lo que no y peor aún, ni siquiera quiénes son.

Cuántas veces no hemos escuchado que solamente atraen a gente complicada, que escogen perdedores o cazafortunas, que se aprovechan de sus parejas de una u otra manera y cualquier otra cantidad de lamentaciones, como si no fuéramos responsables de las elecciones que hacemos. Mucho se ha dicho que para obtener resultados diferentes, hay que hacer cosas diferentes y nunca como hoy esta premisa tiene vigencia.

Pero ¿Cómo empezar esta lista que suena tanto difícil como eterna? Si lo quiero gordo, flaco, alto chaparro, rubio, castaño o hasta pelirrojo. Es un ejercicio que parece difícil empezar, pero que una vez encaminados, va fluyendo fácilmente. Lo más importante es no limitarse, aunque su lista haga palidecer a cualquier pliego petitorio del sindicato más exigente. Mientras más específicos sean, será más fácil encontrar esa pareja ideal y sobre todo, descartar a los sujetos que no se adecuen a su lista.

Aquí tienen un ejercicio muy sencillo. Imaginen por un momento que se sacaron el premio mayor de la Lotería y que no tienen problemas de dinero. Ante tan maravilloso panorama, lo primero que quieren es tener la casa de sus sueños. Aunque la han imaginado muchas veces, les cuesta trabajo poner las ideas que tienen en palabras y sobre todo, materializarlas. ¿La quieren grande, pequeña, con jardín, alberca, cuántas habitaciones, muchos baños, una cocina enorme, con un espacio para poder ver la televisión, un comedor para mucha gente, varias salas, cocheras para varios autos, etc.?

Pues lo mismo pasa cuando nos imaginamos las características de la persona que queremos encontrar, tener a nuestro lado y conservar como el compañero de esta gran aventura llamada vida. Lejos de que eso parezca descabellado, es lo mejor que podemos hacer. ¿Por qué? Simplemente porque entre más específicos seamos, será más fácil no solamente encontrarla sino atraerla. Desde luego que cada lista es muy personalizada, pues no todos queremos lo mismo en nuestra pareja. Desde luego habrá ideas descabelladas con las que la mayoría no estén de acuerdo, pero eso es muy personal y como dicen, siempre hay un roto para un descosido.

Sin embargo, un punto importante es que para "construir" esa lista, es importante ser un buen "arquitecto". Quiero decir que, al igual que la edificación de una casa, la supervisión es importantísima pues hay que tener ciertos parámetros o guías, para concretarla de manera más eficaz. Definitivamente todas las características son buenas, lo malo son los extremos a las que las llevamos, incluyendo a las más nobles y buenas.

Ernesto un amigo arquitecto, siempre me ha dejado claro que por buenos que sean sus albañiles, hay que marcarles ciertas directrices, pues hay maestros de obras que construyen un muro en medio de una ventana o peor aún, se les olvida hacer la puerta principal en la entrada de una casa. Parece cómico pero pasa lo mismo con las relaciones personales. Hay que marcar hasta dónde permitimos los límites y sobre todo, lo que no se permite.

Habrá a quienes la puntualidad sea muy importante mientras que para otros, es algo que no les quita el sueño. O también que necesitan a alguien sumamente expresivo y que sepa bailar a su lado, mientras que para algunos pueden quedarse sentados muy cómodamente, moviendo únicamente las niñas de los ojos o no les quite el sueño que su compañero olvide su aniversario de bodas, haciendo una verdadera tragedia mientras que otros lo festejan cada día...

Pero tal vez lo más importante de esta lista sean los defectos, aquellos con los que se puede lidiar, con la certeza de, que, conforme pasen los años, se acrecentarán y pueden llegar a ser intolerables. Así, esos pequeños olvidos pueden ser importantes o no, dependiendo de la plena conciencia que se tenga de ese defecto. Sin embargo, algo que nos hace verlos como algo más llevadero es la intención con la que se realizan y sobre todo, no tomarlos como algo personal o hecho a propósito para sacarnos de nuestras casillas.

En fin, si se quiere conseguir pareja, primero hay que saber qué se quiere y que no, qué se ofrece para aportar a esa relación y qué no se puede aportar a ella. Pero sobre todo, lo más importante, que se sepa construir una relación honesta, sana y hasta divertida, tomando siempre en cuenta que no hay que olvidarse nunca  de hacerle la puerta de la entrada.

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