La Tradición de Los Nacimientos Navideños Mexicanos

La Tradición de Los Nacimientos Navideños Mexicanos

Los nacimientos son parte importante de los festejos navideños en México y a veces, más que el propio árbol de Navidad. Son la demostración fehaciente del talento y la creatividad de nuestros artesanos, una explosión de color, talento, materiales, técnicas y tamaños, que les dan vida a las mejores manifestaciones de todos estos elementos juntos. Pero los nacimientos son otra aportación de los españoles que llegaron a América en el siglo XVI, como un elemento más de evangelización que utilizaron, primero los jesuitas y los franciscanos, siendo los agustinos, los que los consolidaron.

Los llamados misterios, belenes o nacimientos aparecieron durante la época de Adviento y se dice que surgieron de la costumbre de tener en las casas, un pequeño altar o retablo con imágenes alusivas al nacimiento de Jesús, para recordar la cercanía con Dios y promover la oración. Pero realmente el que inició dicha costumbre fue San Francisco de Asís, en el siglo XIII quien en la gruta de Greccio, en Riete, Italia, montó la primera representación con personas y animales reales, para que todos pudieran entender este importante hecho, según lo relata Lucas 2.7.

Posteriormente, las personas quisieron repetirlo en sus casas e iglesias, pero usando pequeñas figuras, ya fueran de barro o madera, costumbre que se extendió rápidamente por toda Italia y el resto de Europa, hasta llegar a España, donde tuvo una acogida muy especial. Así, los frailes pudieron explicar el Misterio de la Navidad a los recién conquistados. Al ser algo tan vistoso y religioso, los nuevos americanos los acogieron con mucho gusto y rápidamente se volvieron una costumbre muy común. Se coloca el 8 de diciembre, el día de la Inmaculada Concepción y se levanta el 6 de enero o algunos prefieren hacerlo el 2 de febrero, día de la Candelaria.

Montar un nacimiento es una tradición familiar, cuando los mayores construyen y colocan la escenografía, es decir, grutas, ríos a escala y sobre todo el pesebre, mientras que los demás van acomodando las figuras principales y hasta las series de luces que lo iluminarán. Sin embargo, la última figura que se coloca es el niño Dios, el 24 de diciembre, día en que nació y por el miembro más joven, después de arrullarlo. Una vez terminado, la familia unida reza un rosario o alguna otra oración, para empezar a prepararse para la Navidad.

Aunque hay varios estilos de nacimientos, una representación tradicional incluye a la Sagrada Familia integrada por la Virgen María ya sea embarazada o con el niño Dios ya nacido y San José. Se incluyen el Arcángel San Gabriel, el ángel de la anunciación, el buey, el burro, los pastores con sus borregos y los Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltasar, con las ofrendas de oro, incienso y mirra, con las que llegaron a adorar al niño Dios.

Pero la imaginación juega un papel muy importante al colocar diversas escenas pues se montan desde pasajes bíblicos, llamadas Misterios, como la Anunciación, la Huida de Egipto, la Presentación del niño Jesús en el templo. Pero las más populares son las escenas costumbristas en las que los puentes, caserios, guajolotes, puercos, gallinas y hasta pollitos, tienen un papel protagónico. Y ni qué decir que cada país o región le agrega sus personajes más representativos o elementos más comunes.  En los nacimientos mexicanos se colocan magueyes, nopales o figuras con estereotipos muy específicos como organilleros, taqueros, carteros, por mencionar algunos.

Algunos de los más representativos son:

  • Pastor durmiendo.- Representa el descanso después de trabajar.
  • Vitivinicultor.- Recuerda la Eucaristía.
  • Pescador. Representa a San Pedro, pescador de almas
  • Borrachos.- Son la unión entre lo profano y lo sagrado
  • Gitana.- Al predecir el futuro, lo hace también con la pasión de Cristo.

Los vendedores tienen un significado específico, dependiendo de la época en la que se dé su mercancía y que corresponde a los cumpleaños de los miembros de la familia, ya que abarcan los meses del año:

  • Enero.- El carnicero o el vendedor de piñas
  • Febrero.- El vendedor de quesos o el vendedor de jamaica
  • Marzo.- El pollero o el vendedor de limones
  • Abril.- El vendedor de naranjas o el vendedor de lechugas
  • Mayo.- El panadero o el vendedor de mangos
  • Junio.- La tortillera o el vendedor de manzanas
  • Julio.- El vendedor de jitomates o el vendedor de cerezas
  • Agosto.- El vendedor de sandías o el vendedor de elotes
  • Septiembre.- El vendedor de zanahorias o el vendedor de tunas
  • Octubre.- El vendedor de higos o el vendedor de aguacates
  • Noviembre.- El vendedor de castañas o el vendedor de alcachofas
  • Diciembre.- El vendedor de pescado o el vendedor de guayabas

Dependiendo del tamaño y el montaje de cada nacimiento, los hay abiertos que los puede visitar todo el mundo e inclusive interactuar con ellos o cerrados, que se pueden ver a distancia. Fijos, con figuras estáticas o móviles, donde sus personajes tienen algún tipo de movimiento. También existen los miniatura, que se realizan como verdaderas obras de arte e inclusive en los escenarios más diversos como puede ser dentro de la cáscara de una nuez o monumentales, cuyas piezas superan varios metros de altura.

Desafortunadamente años atrás cayeron un poco en desuso, pero el uso de materiales muy novedosos y el gran interés por organizar concursos nacionales, estatales y hasta exposiciones en museos y casas de cultura, los han revivido afortunadamente, acercando a las nuevas generaciones. Gracias a ellos, el verdadero espíritu de la Navidad, se disfruta, se entiende y sobre todo se vive en familia.

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