Reseña AP: “Nomadland” es una odisea americana distinta

Reseña AP: “Nomadland” es una odisea americana distinta
Esta imagen proporcionada por Searchlight Pictures muestra a Frances McDormand en una escena de "Nomadland". (Searchlight Pictures via AP)

La gran recesión no sólo eliminó empleos, también borró un pueblo entero. Seis meses después de que la empresa de materiales de construcción U.S. Gypsum cerró sus puertas en Empire, Nevada, un pueblo fabril desde 1948, su código postal fue retirado y sus habitantes forzados a marcharse. Esta breve historia da inicio a la extraordinaria “Nomadland” de Chloé Zhao, que sigue a una de esas residentes, Fern (interpretada por Frances McDormand), en una travesía por el oeste estadounidense sin un destino en particular.

Fern vive en una furgoneta, en parte por elección y en parte por las circunstancias. El cierre de Empire, la costosa y lenta muerte de su esposo y un profundo deseo de soledad y exploración la han dejado con pocas relaciones y aún menos posesiones, que reduce a lo esencial y lo más sentimental. Todo lo demás lo deja en una bodega de una desolada carretera nevada que parece estar literalmente en medio de la nada. Podría incluso estar en la luna.

No escuchamos casi de Fern en un principio, o a lo largo de la película en realidad. Un gerente de fábrica de Amazon habla más que ella en las primeras escenas. Esa es una de las bellezas de “Nomadland”, basada en el libro de Jessica Bruder sobre las víctimas colaterales de la economía moderna. Esta es una exploración discreta, algo romántica pero mayormente realista de un población marginal de trabajadores mayores y recién jubilados que viven el resto de sus días deambulando y tomando trabajos esporádicos con cheques igualmente irregulares como empleados de temporada en parques nacionales, la atracción turística Wall Drug de Dakota del Sur y enormes bodegas de Amazon a través de un programa llamado CamperForce.

McDormand se desaparece en Fern, lo cual no es un logro menor para una actriz tan famosa como ella. No tiene un monólogo impactante contra del sistema que le ha dejado tan poco, o una confesión entre lágrimas sobre porqué salió a la carretera. Uno encuentra va captando cosas por aquí y por allá en conversaciones normales que ayudan a propulsar su travesía hacia su silenciosa conclusión. Fuera de eso, Fern está ahí para escuchar y aprender. Es el vehículo a través del cual conocemos a un veterano de Vietnam con estrés postraumático, a una mujer que vio morir a sus padres de cáncer y al exiliado de la América corporativa que vio a un amigo deteriorarse en un trabajo de escritorio con un bote estacionado en su garaje sin estrenar. Muchos son nómadas auténticos, como Linda May, un personaje principal en el libro de Bruder, y el evangelista sobre ruedas Bob Wells, una minicelebridad por derecho propio.

Existe una tensión constante que nos hace sentir que las cosas pueden dar un giro, pero la mayor parte del tiempo esta es una película llena de almas nobles. Simplemente no son las que acostumbramos ver en cine. Desde su primera película, Zhao se ha sentido atraída a actores no profesionales, que suele usar muy bien. Pero “Nomadland” se eleva sin duda gracias a la incorporación de talento experimentado, como David Strathairn en un gran papel de reparto, que sabe cómo habitar la pantalla.

Zhao es una descendiente espiritual de otro poeta cinematográfico, Terrence Malick, y hay varias tomas que parecen salidas directamente de “The New World” (“El nuevo mundo”). Pero ella va incluso más allá que Malick en algunos momentos. Él mantiene a personas interesantes y reales en la periferia y a las estrellas glamurosas en el centro de sus películas. Ella las mantiene sin remordimiento en la periferia.

Debo de admitir que me daba algo de ansiedad volver a ver “Nomadland” después de nombrarla mi película favorita de 2020 hace unos dos meses. Uno nunca sabe qué sucederá al ver una película por segunda vez, si tu apreciación aumentará o disminuirá, si te sentirás tan vigorizado como la primera vez o, en el peor de los casos, te aburrirás. Este no es el tipo de película que uno quiere ver cada semana. Pero dos meses fue el tiempo perfecto para enamorarme nuevamente de “Nomadland”.

No dejes que palabras como “favorita al Oscar” y “consentida de la temporada de premios” se entrometan con tu apertura al filme. Esta película es un pequeño milagro y una experiencia meditativa única.

“Nomadland”, un estreno de Searchlight y Hulu, tiene una clasificación R (que requiere que los menores de 17 años la vean acompañados de un padre o tutor) de la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPAA, según sus siglas en inglés) por desnudos completos. Duración: 108 minutos. Cuatro estrellas de cuatro.

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Lindsey Bahr está en Twitter como www.twitter.com/ldbahr

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