La Palabra Que Une Al Mundo: Navidad

La Palabra Que Une Al Mundo: Navidad

Al iniciar el mes de diciembre, a todos sin excepción, nos cambia la vida. Nos volvemos más compasivos, alegres, empáticos, sensibles y hasta bondadosos, que lo que somos durante el resto del año. Sin importar la fe que profesamos, nos contagiamos de la esperanza, los buenos deseos y la confianza de tiempos mejores. Y es por una sola razón: La Navidad se acerca.

Aunque el nacimiento de Dios es el motivo central, cada país tiene su muy particular forma de celebrarla, en base a sus creencias, su geografía, su clima, sus fauna y flora, sus alimentos y sus leyendas, con lo que le dan un toque único, a esta gran fiesta. Hay algunas costumbres más populares que otras, ya sea porque se les ha dado una mayor difusión o que han sido adoptadas más rápida y fácilmente, pero eso no significa que las demás no serán tan maravillosas o interesantes.

Por esta razón, he decidido compartir en varias entregas, la manera en la que el mundo festeja la Navidad, separándolas por continentes. Así, podremos conocer aún más cómo cada uno interpreta este gran acontecimiento y por qué no, hasta podremos adoptar esas diferentes formas en nuestra muy particular fiesta en este año, que sin duda, nos ha cambiado la forma de ver la vida, relacionarnos y sobre todo, nos ha enseñado a diferenciar lo que tiene precio o valor.

Empezaré por las fascinantes y lejanas tierras de Oceanía, donde la Navidad se celebra en pleno verano. Toman muchas de sus tradiciones del Reino Unido y de los EEUU, pero las adaptaron a un clima caluroso. Decoran sus casas de manera similar que el resto del mundo y Santa Claus también tiene un papel importante, aunque le han cambiado la vestimenta. La han sustituido completamente, empezando por sombrero rojo, con el típico sombrero akubra, chanclas, ropa de verano y hasta el trineo con los renos, cuyo lugar ocupa una camioneta pickup amarilla, tirada por canguros. Sin embargo, también deja regalos debajo del árbol y en las medias colgadas, que se abren el 25 de diciembre.

El tradicional árbol de Navidad, es el elemento principal de los adornos en las casas y los sitios públicos, tales como plazas y centros comerciales, siendo las luces, lo que más destaca en ellos. Las calles y los comercios comienzan sus elaboradas decoraciones desde principios de noviembre, para delicia de grandes y pequeños. Uno de los símbolos más representativos en Nueva Zelanda, utilizado inclusive como árboles de Navidad, son las flores de Nochebuena o Poinsetas, a las que llaman Pohutukawas.

Las comidas o celebraciones empresariales son frecuentes durante todo el mes de diciembre, pero lo curioso es que no las llaman navideñas o de fin de año, sino que son conocidas como fiestas de ruptura. Es un periodo en el que mucha gente toma vacaciones, llamadas de verano, por lo que también las escuelas y universidades cierran sus ciclos, una semana antes de Navidad y retoman actividades hasta finales de enero o principios de febrero, lo que aprovechan para viajar y pasar las fiestas en familia, en otros países.

Una de las tradiciones más lindas es la KK o Kris Kringle, adoptada desde Europa, que buscaba reducir la compra excesiva de regalos. Se trata de escribir en un papelito, el nombre de un familiar o amigo, para darle regalo a una sola persona. Participan todos los miembros de la familia o las personas con las que se va a celebrar el almuerzo de Navidad, ya que después de comer, se abren los regalos y las familias católicas asisten a la misa de Navidad en la iglesia de su preferencia.

Tanto el 25 de diciembre como el día 26, mejor conocido como Boxing Day (Día de Boxear) son festivos en Australia y Nueva Zelanda, pero llenos de deportes como el box, el cricket o las regatas. El día de Navidad, organizan una barbacoa, que iniciaba partiendo crackers, pero que ya no es tan popular. Se ofrecen cortes de carnes, jamón, pavo, cordero, pescado, mariscos o pollo asado, acompañados con verduras y ensaladas, fruit cakes, tartas y el trifle, el tradicional pudín de Navidad, bañado con mantequilla de Brandy. Pero no pueden faltar ni el pastel Pavlova, el postre neozelandés más típico o los bastones de caramelo.

Comparten también los Carols by Candlelight , los villancicos a la luz de las velas, o en exteriores, los Christmas in the park (Navidad en el parque). Los más populares son Jingle Bells (Campanas Tintineantes) y Silent Night (Noche Silenciosa). Por lo general, terminan estos bellos festivales musicales con mucha pirotecnia. Hay cabalgatas carrozas y bandas de música, con temas navideños, por las calles principales de las ciudades que las personas disfrutan con gran alegría.

Debido a la poca actividad en esta época, los programas regulares de la radio y la televisión bajan considerablemente, llegando al punto de prohibir los comerciales. Pero lo compensan con repetir series, películas y programas especiales navideños de otros países. Pero lo que no puede faltar, es el mensaje de la reina Isabel II de Inglaterra, el día de Navidad, puntualmente a las 7:00 p.m., al igual que sucede el viernes Santo y el Domingo de Pascua.

Pasar una Navidad diferente, en un lugar tan único como el continente Oceánico, es también la celebración del presente y de la vida, reviviendo y compartiendo nuestra infancia de una manera maravillosa, aunque tengamos que dejarle a Santa Claus una bebida con hielo en vez de su chocolate caliente y galletas.

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