Dirigente de ISIS muerto en Siria era una figura turbia
BEIRUT (AP) — El líder del grupo Estado Islámico que fue abatido fatalmente durante una incursión estadounidense en el noroeste de Siria era una figura misteriosa, que jamás se dejaba fotografiar ni aparecía en público o en los videos de ISIS.
Murió en la misma provincia de Idlib —en poder de los rebeldes— donde los estadounidenses cazaron hace dos años a su predecesor Abu Bakr al-Baghdadi, a cierta distancia de los principales sitios del este de Siria e Irak donde el grupo impuso un “califato” en enormes extensiones de territorio.
Veterano de las milicias desde la invasión de Irak por Estados Unidos y sus aliados en 2003, tomó el nombre de Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi al asumir el mando del grupo tras la muerte de al-Baghdadi en la incursión de octubre de 2019. Le correspondió la tarea de reagrupar los restos de la milicia tras la caída de su califato y durante su pase a la clandestinidad para librar una insurgencia en Irak y Siria.
Tras años de emboscadas de bajo nivel, los milicianos de ISIS habían comenzado a perpetrar ataques más audaces y de mayor repercusión, El mes pasado, atacaron una prisión en el noreste de Siria para liberar a sus camaradas encarcelados, lo que generó una batalla de 10 días con las fuerzas kurdas que dejó un saldo de 500 muertos.
No está claro si la muerte de su líder le restará impulso al grupo.
Amir Mohammed Saeed Abdul-Rahman al-Mawla, su verdadero nombre, nació en 1976 en Tel Afar, Irak. Se cree que era de la etnia turcomana. Se graduó de la Universidad de Mosul con estudios de Derecho Islámico.
El hecho de que al asumir como “califa” del Estado Islámico tomara el apodo de al-Qurayshi, indica que él, como su predecesor, se consideraba emparentado con la tribu del profeta Mahoma.
Tal como al-Baghdadi —muerto en la aldea de Barisha, a unos 24 kilómetros de distancia— al Qurayshi pasó sus últimos días en la provincia de Idlib, una zona en poder de grupos insurgentes hostiles al grupo extremista.
Residía en una casa de dos pisos en Atmeh, cerca de la frontera con Turquía. La incursión del jueves por la madrugada mató además a 12 personas, entre ellas cuatro mujeres y seis niños, de acuerdo con los socorristas.
Pocas personas en Atmeh sabían quiénes rentaban la casa. Los vecinos dijeron a los periodistas en el lugar que el hombre que vivía en la planta alta con su familia se había identificado como Abu Ahmad, un sirio de la provincia de Alepo desplazado por la guerra.