El carbón en Alemania: ¿Defender el clima, o cumplir la ley?

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El carbón en Alemania: ¿Defender el clima, o cumplir la ley?
Manifestantes chocan con policías junto a la mina Garzweiler de lignito a cielo abierto el martes 10 de enero de 2023, en la aldea Lützerath, cerca de Erkelenz, Alemania. (AP Foto/Michael Probst)

ERKELENZ, Alemania (AP) — El destino de una pequeña aldea ha desatado un acalorado debate en Alemania en torno al continuo uso de carbón en el país y si el enfrentar el cambio climático justifica infringir la ley.

Activistas ambientales han estado enfrascados en una disputa con la policía, que el miércoles comenzó a aplicar operativos de desalojo en la aldea de Lützerath, al oeste de Colonia, que será demolida con bulldozers para permitir la expansión de una mina de lignito cercana. Fueron arrojados algunos fuegos de artificio y piedras a agentes antimotines a medida que ingresaban al poblado, los cuales despejaron bloqueos de caminos y retiraron a los manifestantes.

Los activistas se habían negado a obedecer un fallo judicial emitido el lunes que les prohibía estar en el área. Algunos excavaron zanjas, erigieron barricadas y se apostaron encima de trípodes gigantes en un intento por impedir que la maquinaria pesada llegara a la aldea, antes de que la policía los obligara a retirarse valiéndose de la fuerza.

“La gente está poniendo todos sus esfuerzos, toda su vida en esta lucha para mantener el carbón bajo tierra”, dijo Dina Hamid, portavoz del grupo activista Lützerath Lebt (Lützerath Vive).

“Si este carbón es quemado, realmente vamos a arruinar nuestras metas climáticas”, declaró. “Así que estamos tratando de proteger los objetivos para el clima por medio de nuestros cuerpos”.

El debate resurgió horas después en una reunión en la vecina ciudad de Erkelenz, cuando un funcionario regional acusó a los activistas de estar dispuestos a “derramar sangre humana” para defender la aldea, la cual ya ha sido abandonada.

Stephan Pusch, que encabeza la administración del distrito, dijo que, aunque simpatiza con los objetivos de los manifestantes, había llegado el momento de renunciar a Lützerath. El último habitante de la aldea se marchó en 2022 tras ser obligado a vender a la empresa eléctrica RWE.

“Ustedes ya alcanzaron su objetivo. Ahora despejen la cancha”, declaró en medio de abucheos.

Muchos no estuvieron de acuerdo, alegando que el poblado es más que un fuerte símbolo de la necesidad de detener el calentamiento global.

Estudios indican que del subsuelo de Lützerath podrían extraerse aproximadamente 110 millones de toneladas de carbón. El gobierno y RWE dicen que este carbón es necesario para garantizar la seguridad energética de Alemania, la cual está bajo presión debido a la suspensión en el suministro de gas ruso por la guerra en Ucrania.

Los críticos responden que quemar tanto carbón le dificultaría mucho a Alemania, y al mundo, mantener el calentamiento global en un máximo de 1,5 grados Celsius (2,7 Fahrenheit), según se acordó en el Acuerdo de París en 2015.

“En estos momentos nadie quiere estar afuera en el frío, defendiendo un bosque o una aldea”, dijo Maya Rollberg, una estudiante de 26 años que había viajado desde el sur de Alemania. “Pero creo que las personas se han dado cuenta de que tienen que hacer eso para (proteger) a las generaciones futuras”.

Dietmar Jung, un sacerdote retirado que acudió a la reunión, dijo estar cansado de escuchar a las autoridades decir que RWE tiene a la ley de su lado.

“Siguen recurriendo a la situación jurídica”, señaló. “Pero el derecho a vivir no desempeña un papel aquí (para ellos)”.

Pusch, el jefe de la administración regional, le advirtió a los manifestantes que infringir la ley en forma intencional no ayudaría a su causa en un país donde la toma violenta del poder y los horrores de la dictadura aún están en la memoria de mucha gente que los vivió.

“Les diré sinceramente que me da miedo que mis hijos crezcan en un mundo en el que ya no vale la pena vivir”, señaló. “Pero estoy al menos igual de atemorizado de que mis hijos crezcan en un país en el que todo el mundo se haga justicia por propia mano”.

“Ustedes no salvarán el clima del mundo por sí solos”, declaró Pusch. “Sólo (lo haremos) si logramos que la mayoría de la población nos apoye”.

En Alemania y en otras partes se han llevado a cabo debates similares en meses recientes sobre qué tan lejos puede llegar la desobediencia civil, en medio de una ola de bloqueos de caminos y otras acciones drásticas por parte de manifestantes que exigen medidas más estrictas para combatir el cambio climático.

Algunos activistas por el clima dicen que a fin de cuentas la ley está de su lado, y citan un fallo de la Corte Suprema en 2021 que obligó al gobierno a incrementar sus gestiones para disminuir las emisiones. También hacen notar que los compromisos que adquirió Alemania en el Acuerdo de París son jurídicamente vinculantes.

En declaraciones posteriores a la reunión, el estudiante Jannis Niethammer reconoció que la disputa en torno a Lützerath toca cuestiones fundamentales.

“Es una cuestión de democracia y de cómo hacemos realmente que una democracia avance en dirección de la protección del clima, hacia la justicia climática”, señaló.

Janine Wissler, una legisladora federal y colíder del partido opositor La Izquierda, insinuó que la salida a este enfrentamiento sería que el gobierno revirtiera su decisión en la que permitió que la aldea fuese demolida.

“Si queremos alcanzar nuestras metas climáticas y tomarnos en serio el acuerdo climático de París, entonces el carbón debajo de Lützerath necesita quedarse en el terreno", le dijo a The Associated Press a un costado de la protesta.

Wissler criticó un acuerdo alcanzado el año pasado entre el gobierno y RWE para permitir la extracción minera debajo de la aldea a cambio de que Alemania ponga fin al uso de carbón antes de lo previsto. Algunos expertos dicen que, en síntesis, ese acuerdo derivará en una mayor cantidad de emisiones.

“Ya estamos experimentando sequías, hambrunas e inundaciones. El cambio climático ya está ocurriendo”, señaló. “Y por lo tanto es necesario corregir las decisiones equivocadas”.

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Frank Jordans está en Twitter como: @wirereporter

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La cobertura de The Associated Press sobre el clima y el medio ambiente recibe apoyo de varias fundaciones privadas. La AP es la única responsable de todo el contenido.

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