México: Investigan asesinato de activista contra taladores
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Las autoridades en el occidente de México informaron el jueves que investigan el asesinato de un indígena que se oponía a la tala de árboles, el crimen más reciente dentro de una serie de homicidios y desapariciones que han afectado a activistas en la región.
Los fiscales en Michoacán, un estado azotado por la violencia, dijeron que Alfredo Cisneros fue asesinado a tiros a principios de semana en el pueblo indígena purépecha de Sicuicho.
Cisneros era un dirigente local y un activista contra la tala de árboles, y miembro del consejo comunitario de tierras. Las comunidades indígenas de Michoacán han luchado durante años contra la minería y la tala ilegal de bosques de pino y oyamel en la región montañosa. Los madereros suelen talar árboles para plantar aguacates, un cultivo de exportación muy lucrativo en Michoacán.
El asesinato de Cisneros ocurrió poco más de un mes después de que dos activistas comunitarios opuestos a la minería desaparecieran en otra parte de Michoacán. Su vehículo baleado fue hallado en una carretera pero se desconoce la suerte de las víctimas.
El Consejo Supremo Indígena de Michoacán dijo en un comunicado que Cisneros “fue un defensor incansable de los bosques, del territorio y de los derechos colectivos de Sicuicho”.
El consejo dijo que el activista denunció “ante la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y ante gobierno del estado de Michoacán, la tala clandestina de los bosques de pino y combatió el cambio de uso de suelo que se promueve para la siembra inmoderada de aguacate”. Señaló que grupos armados, a los que identifica como “paramilitares”, han intentado apoderarse de tierras comunales y bosques.
Por décadas, Michoacán era el único estado en México autorizado a exportar aguacate a Estados Unidos, lo que causó excesivo interés por cultivar el producto. Pocas comunidades han logrado impedir las actividades de los taladores y aguacateros, pero enfrentan constantes presiones y amenazas de violencia.
En otras zonas donde los activistas han sido secuestrados y amenazados, como Villa Madero, Michoacán, hay indicios de que los cárteles de la droga podrían estar involucrados con tala y huertos ilegales de aguacate.
Julio Santoyo, un activista opuesto a la tala en villa Madero, dijo que el gobierno estatal y las asocaiciones de cultivadores han promovido al aguacate como la respuesta para los agricultores locales, lo que ha aumentado la hostilidad hacia los ambientalistas.
Santoyo dijo que los defensores del ambiente son vistos como enemigos del progreso y parias que buscan obstaculizar el desarrollo. Los homicidas destructores del ambiente asumen como algo normal agredir la vida y la libertad de quienes se oponen a sus actividades ante las pocas probabilidades de que se les castigue, agregó.
El consejo dijo que los habitantes indígenas de la localidad de Cisneros habían cerrado carreteras locales en protesta para exigir que los homicidas sean llevados ante la justicia.
“En Michoacán impera la inseguridad y la impunidad”, dijo el consejo.
En un hecho de violencia que remarca esa aseveración, la fiscalía informó el jueves que sujetos armados asesinaron a tiros a seis personas en un parque en la localidad de Suhuayo, al norte de Sicuicho.
Los fallecidos fueron cinco hombres y una mujer. Las causas continúan en investigación, pero la zona próxima al estado vecino de Jalisco ha sido escenario de cruentas disputas por territorios entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y grupos delictivos locales.
Las localidades indígenas como Sicuicho también son afectados por un movimiento autonomista frente a las autoridades municipales.
Aunque el consejo describe esta medida como un intento para preservar las costumbres y lengua purépechas, muchas localidades lo hacen para acceder a recursos federales y estatales sin tener que depender de autoridades municipales a menudo corruptas.
El asesinato de Cisneros ocurrió un mes después de que el abogado Ricardo Lagunes y el profesor Antonio Díaz desaparecieran el 15 de febrero cerca de la localidad de Aquila, en Michoacán.
Ambos se oponían activamente a la extracción de mineral de hierro a gran escala en la localidad de Aquila. Los habitantes se han quejado desde hace mucho tiempo de la contaminación causada por la enorme mina a cielo abierto y la violencia que ha llegado a la zona, al tiempo que se ofrecen pocos beneficios a las comunidades.
A pesar de una intensa búsqueda y la presión internacional para encontrar a ambas víctimas se desconoce su paradero y su suerte.