El "parole" genera cortocircuito en negociaciones de seguridad fronteriza en EEUU

El "parole" genera cortocircuito en negociaciones de seguridad fronteriza en EEUU
Marcelo Conde posa para un retrato en su apartamento el miércoles 17 de enero de 2024 en Las Vegas. Conde, un periodista político de Nicaragua, salió de su país en 2023 después de recibir amenazas de muerte porque no estaba en favor del presidente izquierdista Daniel Ortega. (AP Foto/John Locher)

WASHINGTON (AP) — El presidente estadounidense, Joe Biden, se está acercando a un acuerdo sobre seguridad fronteriza y fondos para Ucrania en el Senado mientras la Casa Blanca trata de resolver uno de los principales obstáculos: si se debe preservar la autoridad presidencial que permite el ingreso de imnigrantes a Estados Unidos en casos especiales de emergencias o conflictos internacionales.

La oposición republicana critica a esa autoridad presidencial conocida como “parole”, al considerarla una maniobra del gobierno de Biden que permite evadir al Congreso y allana el camino para que una inmensa cantidad de inmigrantes ingresen a Estados Unidos, sobrecargando aún un sistema de inmigración que no da abasto.

Pero esa medida del gobierno que permite la llegada legal de ciertos inmigrantes en determinados momentos específicos no es nueva. Ha sido usada durante décadas por diferentes administraciones para autorizar el arribo de imigrantes, desde húngaros en los años 1950 y vietnamitas en los 1970, hasta curdos iraquíes en los 1990. Para todos los que reciben ese beneficio puede representar un giro completo en su vida, un salvavidas.

“El parole me dio esta oportunidad, me ha hecho realizar mis sueños, mi vida”, dijo Emilia Ferrer Triay, que llegó de Cuba en 1980, cuando tenía 13 años. “Todo cambió desde el día que llegué. Yo veía que tenía un futuro, que aquí iba a poder vivir… que no había restricciones”.

Ferrer, su hermano menor y sus tíos fueron rescatados del mar después que el bote pesquero en el que viajaban se hundió en el Atlántico cuando trataban de llegar desde Cuba hasta Cayo Hueso, en el extremo sur de la Florida. Fueron parte de una emigración masiva de más de 125.000 cubanos que salieron desde el puerto cubano Mariel hacia Estados Unidos en 1980.

La mujer de 57 años dice que desde que el principio tuvo la oportunidad de ir a la escuela, aprender inglés y luego estudiar en la universidad. Trabaja a tiempo completo, está casada y tiene tres hijos estadounidenses. Ella también se convirtió en ciudadada de Estados Unidos ocho años después de haber llegado a este país.

“Sería muy infeliz si me hubiese tenido que quedar en Cuba”, dijo. “No tienes futuro, no puedes soñar. Aquí yo he podido hacerlo todo”.

Los senadores republicanos se han negado a aprobar cualquier ayuda adicional para Ucrania o Israel si no hay cambios en las políticas fronterizas. Las negociaciones han permanecido estancadas durante semanas, pero ambas partes han expresado que se están acercando a un acuerdo y el Senado podría considerar la ley tan pronto como la semana próxima.

Biden dijo a los periodistas el jueves: “No creo que nos queden aún puntos conflictivos”.

“Creo que sin dudas se están acercando al tema del lenguaje que tiene que abordarse sobre el parole”, expresó el senador republicano John Thune en el Congreso el jueves. “Y de una manera que limite el abuso de la autoridad. Vamos a esperar y ver cómo es cuando salga el texto, pero creo que muchas de estas preguntas serán con suerte respondidas".

En días recientes los negociadores han discutido posibles compromisos, entre ellos poner cupos máximos a la cantidad de migrantes elegibles para el parole, de acuerdo con dos personas familiarizadas con las negociaciones que hablaron con The Associated Press a condición de mantener su nombre en el anonimato.

El senador James Lankford, principal negociador republicano, dijo el jueves que quería estar seguro de que el presidente tenga que reportar la cantidad de migrantes que obtienen parole. “Tenemos que tener una mayor supervisión”, expresó.

Los votantes estadounidenses están cada vez más preocupados por el tema de inmigración y se espera que sea un asunto importante en los comicios presidenciales de 2024. El gobierno de Biden ha sido muy criticado por la oposición republicana, que sostiene que sus políticas han alentado la llegada ilegal de más y más migrantes a través de la frontera con México.

“Para el pueblo estadounidense, lo que está haciendo la administración Biden es ilegal. Está incentivando la inmigración ilegal”, dijo el senador republicano Lindsey Graham. Describió al parole como la “herramienta preferida” del gobierno demócrata que ha permitido que demasiadas personas ingresen a Estados Unidos.

Pero el sistema de inmigración estadounidense ha estado quebrado por años, y cada gobierno que ha pasado ha puesto a prueba los límites de su autoridad ejecutiva mientras el Congreso se ha negado a actuar. El enfoque de la administración de Biden —de frenar el ingreso ilegal por la frontera y al mismo tiempo abrir nuevas vías legales para que algunos inmigrantes que tienen patrocinadores puedan llegar por avión— es el más reciente de una serie de intentos de poner en orden el sistema de inmigración del país.

Esa autoridadad presidencial de Biden es conocida como parole, o libertad condicional, porque de otra manera los migrantes permanecerían detenidos mientras sus casos se ventilan en las cortes de inmigración. A través de esa medida, se les permite ingresar legalmente a Estados Unidos. Aunque también es una libertad condicional, nada tiene que con la libertad condicional que obtiene una persona en el sistema criminal después de haber terminado una condena en prisión.

Durante el gobierno de Biden, Estados Unidos ha utilizado bastante el sistema de parole humanitario. Estados Unidos trajo en avión a unos 80.000 afganos desde Kabul después de la llegada al poder del Talibán. También ha admitido a decenas de miles de ucranianos que huyeron tras la invasión rusa.

En enero de 2023, la administración demócrata anunció un plan para admitir cada mes a 30.000 cubanos, nicaragüenses, venezolanos y haitianos, siempre que tengan un patrocinador financiero y lleguen por avión en lugar de cruzar la frontera terrestre con México. Para este proceso, crearon una aplicación móvil donde la gente puede solicitar desde otro país venir a Estados Unidos, en lugar de viajar directamente sin esa autorización.

El estado de Texas demandó judicialmente al gobierno federal para frenar el programa, alegando en parte que atraía demasiada gente a la frontera. Los senadores republicanos también lo han criticado.

Los senadores demócratas y activistas de inmigración, en cambio, sostienen que el parole es una herramienta valiosa para las personas que huyen de situaciones peligrosas en su países y para controlar la frontera. Antes de que existiera el programa, los migrantes de esas naciones representaban a la vasta mayoría de personas que ingresaban ilegalmente a Estados Unidos, pero desde su implementación ha caído drásticamente la cantidad de migrantes de esas nacionalidades que son detenidos.

“Ese es un modelo importante para el futuro que también hemos visto reducir la congestión en la frontera”, dijo Andrea Flores, quien trabajó como asesora de políticas en las administraciones de los presidentes Barack Obama y Biden, y ahora es vicepresidenta de FWD.us, una organización no gubernamental que aboga por los inmigrantes.

A lo largo de los años, la herramienta ha sido empleada para ofrecer refugio seguro y rápido a los inmigrantes. Los funcionarios del gobierno de Biden se resisten a abandonarla no sólo ahora, sino también en el futuro.

“Es muy importante entender que es empleada actualmente como una forma en que la administración puede gestionar mejor el flujo de personas en la frontera, de manera planificada”, señaló el senador Chris Murphy, el principal demócrata del Senado en las negociaciones.

El periodista político Marcelo Conde huyó de Nicaragua en 2023 después de haber recibido amenazas de muerte por no apoyar al presidente izquierdista Daniel Ortega. Temía que si salía legalmente de su país, mostrando su pasaporte en el aeropuerto, sería detenido y encarcelado.

Por eso salió por la frontera terrestre hacia Honduras, luego pasó por El Salvador y Costa Rica, y aplicó al programa con el patrocinio de su madrina.

“El parole se volvió una oportunidad, pero también una dicotomía porque no se aprobó rápido”, dijo Conde, de 34 años, en una reciente entrevista telefónica desde su casa en Las Vegas. “Fueron más de 100 días de espera”, explicó.

A poco de llegar a Estados Unidos obtuvo permiso de trabajo y está viviendo en Las Vegas, donde labora en un restaurante. Conde habla español, francés e inglés, y espera poder trabajar pronto como periodista.

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Salomon reportó desde Miami.

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