Una cápsula soyuz con tres tripulantes de la EEI a bordo aterriza en Kazajistán

Una cápsula soyuz con tres tripulantes de la EEI a bordo aterriza en Kazajistán
La astronauta de la NASA Loral O'Hara (izquierda), el cosmonauta ruso Oleg Novitsky y la bielorrusa Marina Vasilevskaya (derecha), en el interior de la cápsula Soyuz MS-24 tras aterrizar en una zona remota cerca de la localidad de Dzhezkazgan, en Kazajistán, el 6 de abril de 2024. (Bill Ingalls/NASA vía AP)

MOSCÚ (AP) — Una cápsula espacial rusa con dos mujeres y un hombre a bordo aterrizó el sábado en la estepa de Kazajistán tras sus misiones en la Estación Espacial Internacional.

La Soyuz MS-24 con el cosmonauta Oleg Novitsky, la astronauta de la NASA Loral O’Hara y la bielorrusa Marina Vasilevskaya tocó tierra al sureste de la remota localidad de Dzhezkazgan a las 12:17 horas.

En el laboratorio orbital siguen los astronautas de la NASA Michael Barratt, Matthew Dominick, Tracy Dyson y Jeannette Epps, y los cosmonautas Nikolai Chub, Alexander Grebenkin y Oleg Kononenko.

O’Hara llegó a la EEI el 15 de septiembre de 2023 y pasó allí un total de 204 días, de acuerdo con la NASA.

Novitsky y Vasilevskaya despegaron hacia el espacio el 23 de marzo, dos días después de lo previsto. El lanzamiento de la soyuz en la que viajaron con Dyson estaba previsto para el 21 de marzo, pero se canceló en el último momento debido a una pérdida de tensión en una fuente de alimentación, según Yury Borisov, director de la agencia espacial rusa, Roscosmos.

La demora obligó a la tripulación a realizar un viaje de dos días y 34 órbitas a la estación espacial. Si se hubiese realizado según lo previsto, el trayecto habría sido mucho más corto ya que habría requerido apenas dos órbitas.

La estación espacial, que ha sido un símbolo de la cooperación internacional tras la Guerra Fría, es uno de los últimos campos de colaboración entre Moscú y Occidente ante las tensiones por la invasión rusa de Ucrania. La NASA y sus socios esperan seguir operando el puesto orbital hasta 2030.

Rusia sigue confiando en versiones modificadas de cohetes de diseño soviético para poner en órbita satélites comerciales, además de para llevar mercancías y tripulaciones a la Estación Espacial Internacional.

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