¿Es el auge de la energía nuclear la clave para un futuro energético sostenible en el sudeste asiático?
El sudeste asiático busca diversificar su matriz energética apostando por la energía nuclear, pese a desafíos económicos, tecnológicos y sociales.
El contexto de la energía nuclear en el sudeste asiático
En el sudeste asiático, una de las regiones de más rápido crecimiento en términos de demanda energética, la energía nuclear está ganando atención como una alternativa limpia y confiable. Países como Filipinas, Vietnam, Indonesia y Malasia están explorando cómo integrar esta fuente de energía en sus sistemas energéticos para diversificar su capacidad y reducir la contaminación ambiental.
Un caso emblemático es la planta nuclear de Bataan en Filipinas, que fue terminada hace más de cuatro décadas pero ha permanecido inactiva por cuestiones de corrupción y seguridad. Sin embargo, un renovado interés global en esta tecnología está impulsando esfuerzos para reactivar proyectos y construir nuevas plantas en la región.
¿Por qué la energía nuclear?
La energía nuclear, a diferencia de las centrales de carbón, gas u otros combustibles fósiles, no emite gases de efecto invernadero durante su operación. Según datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA), aproximadamente el 10% de la electricidad mundial se genera actualmente a partir de energía nuclear. En términos de capacidad, esto supera a toda la capacidad generadora de electricidad en África.
Además, los avances tecnológicos han reducido los riesgos relacionados con esta fuente de energía, haciendo que las plantas sean más seguras y económicas. Una de las opciones más destacadas son los reactores modulares pequeños (SMRs por sus siglas en inglés), que ofrecen flexibilidad, menores costos de construcción y más seguridad en comparación con los reactores tradicionales.
El impulso regional: países comprometidos
- Filipinas: Se estudia la posibilidad de reactivar la planta de Bataan con la ayuda de expertos coreanos.
- Vietnam: Revivió su interés nuclear al firmar un acuerdo con Rusia tras haber suspendido un proyecto en 2016 debido a costos excesivos.
- Indonesia: Planifica construir hasta 20 plantas de energía nuclear en los próximos años.
- Malasia: Está incluyendo propuestas nucleares en sus planes energéticos futuros.
- Otros países: Singapur firmó un acuerdo de cooperación nuclear con EE. UU., mientras países como Tailandia, Camboya y Myanmar también muestran interés.
El costo de la energía nuclear
A pesar de las ventajas, la energía nuclear enfrenta importantes desafíos económicos. La construcción de nuevas plantas requiere inversiones significativas y puede tomar años antes de generar ganancias. Un claro ejemplo es un proyecto en Idaho, EE. UU., donde los costos iniciales proyectados de $55 por megavatio-hora (MWh) aumentaron a $89 por MWh antes de cancelarse. Esta situación ilustra cómo los costos pueden inflar rápidamente, generando incertidumbre tanto financiera como técnica.
Asimismo, la falta de experiencia técnica en algunos países supone una barrera. Vietnam, por ejemplo, estima necesitar alrededor de 2,400 ingenieros y científicos calificados para reiniciar su programa nuclear. Esto implica no solo construir plantas, sino establecer una base educativa y tecnológica sólida.
Lecciones del pasado: Fukushima y Chernóbil
Eventos catastróficos como el desastre de Chernóbil en 1986 y el accidente de Fukushima en 2011 han dejado una marca imborrable en la percepción pública sobre la energía nuclear. Estos incidentes motivaron a países como Tailandia y Malasia a detener o reconsiderar sus planes nucleares. La seguridad sigue siendo una parte crucial del debate debido a los riesgos asociados con accidentes y la disposición de residuos nucleares.
La geopolítica y el mercado del uranio
Otro obstáculo importante es la concentración del suministro de tecnología nuclear y uranio. Rusia, por ejemplo, controla aproximadamente el 40% del suministro mundial de uranio enriquecido. Esto plantea riesgos para la diversificación y autonomía energética en caso de tensiones geopolíticas.
¿Qué depara el futuro?
La energía nuclear tiene un papel potencialmente transformador en la región, pero requiere un marco regulatorio adecuado, financiamiento internacional y aceptación pública. Según Faith Birol, directora ejecutiva de la IEA, se espera que el año 2025 marque un récord histórico en generación de electricidad nuclear debido a nuevos proyectos y tecnologías más eficientes. Esto podría abrir camino a una nueva era en la que la energía nuclear sea una alternativa clave para abordar el cambio climático y satisfacer la creciente demanda energética.
A medida que los países del sudeste asiático exploran mejorar su infraestructura y superar desafíos financieros y sociales, la cuestión no es solo si la energía nuclear es una opción viable, sino cómo pueden hacerlo de manera responsable, segura y sostenible.